Cuando se habla del estallido social durante el paro nacional, época iniciada el 28 de abril de 2021, que marcó la historia de Cali (especialmente), viene a la mente la inconformidad de muchos jóvenes por no tener oportunidades laborales, educativas, por no verse representados en la sociedad.
Fue bajo ese escenario que, desde entonces, se han venido abriendo puertas para ellos, y una de estas es Compromiso Valle, una iniciativa liderada por Propacífico. A la misma se ha unido un alto número de empresarios de la región para brindarles no solo un empleo formal, sino también capacitaciones en lo laboral y en habilidades para vivir mejor: liderazgo, aprender a perdonar, mejorar la convivencia con los demás, entre otros temas relevantes.
En cuanto a los cargos que los muchachos desempeñan figuran: operarios de producción, auxiliares de bodega o logísticos, asesores comerciales, auxiliares de cocina y meseros. También trabajan en construcción, servicios generales, impulsadores, recepcionistas, agentes call center, isleros en estaciones de gasolina y guardas de seguridad.
Arely Riascos, de 25 años, es una de las 39 personas que empleó Carvajal Educación Colombia, de las cuales el 66 % fueron mujeres. Esta habitante del barrio Comuneros pasó de vender dulces en los semáforos de Cali, a madrugar todos los días, “motivada y contenta”, a vestir un “uniforme bonito” en esta compañía que produce y comercializa útiles escolares y productos de oficina.
No oculta su felicidad al decir que le da gracias a Dios por la oportunidad de poder transformar su vida y la de sus dos hijos, quienes hoy “pueden abrir la nevera y encontrar en ella todo lo que quieran”.
Para ella, son de gran valor “los beneficios que me da Comfandi, el subsidio de vivienda, porque desde que inicié el proceso, empecé a ahorrar para mi casa”. De la empresa Carvajal Educación Colombia valora el compañerismo, la equidad, el respeto y las oportunidades. Sin duda, las oraciones que hacía al Señor por un buen empleo se le cumplieron a esta joven madre.
Por su parte, George González asegura que es satisfactorio tener su primer trabajo y devengar un salario con el que le ayuda a su padre en los gastos del hogar. A su empleo llegó luego de enviar su hoja de vida a la Fundación Carvajal, “donde vi que ofrecían unos cursos. Después me dijeron que me iban a capacitar en auxiliar de producción, y a los pocos días me contrataron”, relata el joven, de 19 años.
Hoy continúan laborando en esta empresa el 40 % de los jóvenes que ingresaron inicialmente, afirma Sara Acosta, gerente de Talento Humano de Carvajal Educación Colombia, al explicar que “nuestro plan de trabajo lo determina la temporada escolar”; no obstante, han podido dejar a algunos jóvenes “a los que les ha ido muy bien”.
Algunas empresas han formado al personal en temas como diversidad, equidad e inclusión, con el fin de facilitar el proceso para ambas partes y que los jóvenes que ingresan se sientan acogidos.
Cambios dentro de las empresas
De acuerdo con Sara Acosta, dado que el 38 % de los jóvenes que han empleado corresponde a población migrante (venezolanos), tuvieron que incurrir en procesos adicionales, aunque implicara un aumento en el costo de los trámites de contratación.
También debieron adaptar requisitos del profesiograma, es decir, el documento que especifica las características de los cargos, guardando la normatividad relacionada con seguridad y salud en el trabajo. “Porque algunos no cumplían los requisitos de estatura o de masa corporal”, explica Acosta.
1811 personas han accedido a un empleo formal en los casi dos años que tiene la iniciativa Compromiso Valle.
Debido a que en ocasiones los jóvenes no tienen recursos para pagar un transporte, la organización realizó jornadas con el fin de desplazarse hasta sectores más cercanos a sus viviendas, para que presentaran las pruebas psicotécnicas, documentación, etcétera.
En el caso de Naturesse, empresa de productos de cuidado personal a partir de la biodiversidad, el cambio que hicieron fue más de preparación de los colaboradores para entender a los nuevos compañeros, sus orígenes e idiosincrasia, afirma la gerente, Natalia Osorio. Resalta que desde que nació la compañía propenden por mejorar la vida de la población vulnerable que no tiene ninguna experiencia, con el fin de sacarlos de la informalidad y así cortar el círculo de pobreza. Actualmene, labora con ellos Bilma Sinisterra, una madre soltera que anteriormente se ganaba la vida vendiendo chontaduros en las calles de Cali.
Nacida en Timbiquí, Cauca, Bilma destaca un cúmulo de beneficios recibidos por su nuevo trabajo, entre ellos, que sus dos hijos ahora “ya se pueden quedar en casa, porque antes, en días lluviosos, nos empapábamos. También he mejorado mi presentación personal, me preocupo por expresarme mejor (cambiar el léxico), ya que tengo grandes seres humanos en la empresa”, sostiene la mujer, de 30 años. Sin dudarlo, enfatiza en que todo ha valido la pena y que lo más difícil es “tener que dejar de manejar mi tiempo como yo quería por cumplir reglamentos establecidos en la empresa”.
1500 participantes del proyecto de la ruta de empleabilidad se encuentran actualmente en el proceso de formación.
Para Julián Arango, gerente general de la organización Hércules, una de las razones para unirse al proyecto de ruta de empleabilidad, es “porque todos nos merecemos un mejor futuro, pues si mejoramos el entorno, ganamos todos”. Recuerda que de un grupo de personas que visitaron la planta, algunas fueron vinculadas, entre ellas, tres mujeres para labores que hasta entonces eran desempeñadas solo por hombres, debido a condiciones de nuestra producción”. De todo este proceso inclusivo también se beneficia Carlos Andrés Salgado, joven residente en Siloé, quien luego de hacer parte de la autodenominada ‘primera línea’, aplicó a la capacitación Motores de Vida, de la Fundación Fanalca y por su desempeño sobresaliente, hoy labora como mecánico en Fanalca, la empresa ensambladora y comercializadora de motos.
Es de anotar que, a la fecha, 439 empresas se han unido a Compromiso Valle como donantes, aliadas ejecutoras de programas, empleadoras o firmantes del pacto por la empleabilidad inclusiva. Algunas de ellas son Bellatela, Contubos, Bivien, Crepes & Waffles, Mainco Health Care, Spataro, Eka, Versa, Fortox, Eficacia, Summar, Listos y Gestión Asertiva.
Juan Eduardo Molina, del Área de Desarrollo de la Panadería El MolinoLa gente que nos enviaron para laborar en la empresa es excelente, y con gran calidad humana. La experiencia superó las expectativas
Lo que ellos reclaman
La mayoría de jóvenes consultados coincide en afirmar que lo que más necesitan son oportunidades laborales y educativas para así poder mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
Otros le dan mucho valor a la información sobre empleos, tal como afirma Carlos Andrés Torres, de 24 años, quien labora en Carvajal Educación Colombia. Esto, según el residente en Altos de Santa Elena, porque muchas veces la información no les llega. De ahí la importancia de que existan canales de comunicación en este sentido. También piden más flexibilidad de los empresarios. “Uno sale de grado 11, hace alguna tecnología para terminar más rápido, pero lo rechazan por no tener experiencia. Y por eso más de uno se pone a hacer cosas que no debe o a trabajar en la informalidad”, puntualiza Érika Riascos, compañera de labores de Torres.
Compromiso Valle
- La iniciativa Compromiso Valle articula a ciudadanos, empresas, líderes y fundaciones para aportar al cierre de brechas sociales.
- A través de seis ejes, busca construir oportunidades para población vulnerable. La ruta de empleabilidad inclusiva arranca en el eje de Transformación de Proyectos de Vida, con la formación en habilidades blandas, a través de los programas de la Fundación Sidoc y de ProPacífico.
- Cabe destacar que a la fecha se han formado 3987 personas. De ellas, el 74 % logró una vinculación laboral; aproximadamente el 60% se mantiene empleada, y el resto que no está trabajando, lo estuvo al menos durante 3 meses, pues los contratos eran temporales.