El teniente de fragata Alfonso Mesa hizo parte del equipo de la Base Naval ARC Bolívar que, en diciembre de 1961, descubrió un galeón que había sido hundido 350 años atrás. Hoy se hace muchas preguntas sobre el nuevo hallazgo. ¿En realidad existe el San José?
En la sala del apartamento hay un cuadro del ARC La Atrevida, uno de los primeros veleros de Colombia.
- En él viajamos a Cuba en 1952, dice Alfonso Mesa Álvarez, teniente de fragata.
En otro cuadro se exhibe un buque petrolero y enseguida, sobre la pared, cuelga la espada de dotación de un marinero.
- A la Armada ingresé en febrero de 1952. Me retiré 11 años después, en 1963.
El teniente nació en Sevilla, Valle. Su abuelo, Camilo Álvarez, fue uno de los colonos que fundaron el pueblo. En ese entonces, inicios de la década del 40, los Álvarez eran una familia acaudalada. Tenían tierras, sobre todo.
Sin embargo, debido a la violencia partidista, la familia, que era liberal, fue expulsada por los conservadores.
Cuando llegó a Cali en 1944, Alfonso tenía 11 años y una mano adelante y otra atrás. Si pudo ingresar al colegio Santa Librada fue gracias a una beca. Así cursó todo su bachillerato.
El problema surgió cuando llegó el día de elegir la universidad. No tenía dinero para empezar una carrera. En ese entonces tampoco había la opción de trabajar de día y estudiar de noche. Así que decidió aceptar la propuesta que le hicieron los reclutadores de la Marina que visitaron el colegio: ingresar a la institución, hacer una carrera sin pagar una moneda.
- A los tres años me gané otra beca y me enviaron a estudiar a Inglaterra, para especializarme. Así que me amañé más.
Durante su estadía en la marina adquirió lo que él considera un hobby: la historia Naval. Leía documentos históricos, revisaba los archivos de Indias, se reunía con los más importantes historiadores de Cartagena, ofrecía conferencias.
En una ocasión dio un discurso para los oficiales de la Armada sobre el almirante español Blas de Lezo. Lo llamaban El mutilado del mar. Era manco, cojo y tuerto. Y sin embargo, en 1741, venció al almirante inglés Vernon, quien pretendía tomarse a Cartagena.
- Blas de Lezo es uno de los personajes más importantes para la historia de Colombia. Si él no hubiera derrotado a Vernon, hoy seríamos ingleses. De alguna manera, cambió para siempre nuestro destino.
Lezo hundió seis de los navíos con los que Vernon pretendía apoderarse de la Ciudad Heroica y decenas más quedaron en muy malas condiciones. Según los historiadores, los barcos estarían enterrados bajo el agua, frente al Club Naval de Cartagena.
Por los días en que dio la conferencia, Alfonso le pidió a Dussan Bulic, un buzo rumano amigo suyo, que investigara si en realidad era cierto lo que decían los historiadores: que frente al Club Naval debían de haber varios barcos hundidos producto de la batalla de Lezo con Vernon. Era finales de 1961.
- Le dije: me gustaría constatar que lo que escribo, es cierto. Y, de una vez, prácticas tu buceo.
Días después, Dussan y otro buzo confirmaron la sospecha de Alfonso, pese a que en ese entonces no se tenía gran tecnología para hallar naufragios. El traje de Dussan, incluso, incluía el viejo casco de buzo que se ven en las películas antiguas.
Tras el hallazgo, y con la ayuda de un viejo martinete, algo así como una grúa marina, sacaron del fondo del mar cinco cañones de los galeones ingleses. Un galeón se llama así justamente por eso, por tener cañones.
La noticia se publicó enseguida en los periódicos nacionales. Pólvora petrificada en el primer cañón, tituló, por ejemplo El Espectador. Alfonso muestra el recorte del diario sentado en el balcón de su apartamento.
- Fue un hallazgo importantísimo. Encontramos la historia de Cartagena y de Colombia bajo el agua. La crónica de la batalla que permitió que no fuéramos ingleses. Eso es mucho más relevante que lo que se está hablando hoy: el galeón San José. Se dice que tiene miles de millones de dólares, cuando no se sabe si es cierto. Como marino, tengo muchas dudas.
El teniente se acomoda en su asiento, hace una pausa, como quien se dispone a revelar un secreto importante.
Para empezar, dice, duda de la ubicación del galeón San José. Según los informes oficiales, se habría encontrado frente a las Islas del Rosario. Lo que no encaja es que aquella no era la ruta para llegar a España, el destino final del galeón.
-Uno que ha sido marino y que se navegó todas las costas sabe que al salir de Bocachica para ir hacia España no se pasa por las Islas del Rosario. Es como devolverse. Entonces hay muchas contradicciones sobre el galeón. Esa es apenas una. La otra tiene que ver con el tesoro. España sabía que en ese galeón viajaban tesoros inconmensurables. ¿Tú crees que ante una fortuna como esas, España no envío barcos para sacar esos tesoros? El tesoro pudo estar en un principio a 50 metros de profundidad, por citar un caso. Pero a medida que va pasando el tiempo, esos 50 metros se convierten en 100, en 150 metros, por el peso. Entonces no creo que España hubiera dejado perder esa fortuna. Y esta la otra historia: la de la empresa norteamericana que dice haber encontrado el galeón hace 20 años. ¿Por qué no tomaron el tesoro? Si alguien encuentra un tesoro, lo saca. Como marino, tengo el criterio moral para dudar de lo que nos están contando sobre el San José.
Alfonso suspira. Como si se sintiera impotente. Finalmente, dice, los historiadores son vistos como viejitos que de vez en cuando publican algún artículo. Poco los escuchan. Cuando se hizo el descubrimiento de los galeones hundidos por Lezo, propuso que en Colombia se hiciera un gran museo naval que exhibiera los vestigios hallados bajo el mar y que cuentan la historia del país. Aún espera la respuesta.
El San José
Según los historiadores, el galeón San José salió cargado de oro desde Cartagena con destino a España el 7 de junio de 1708.Estaba dirigido por el almirante José Fernández de Santillán. Según el mito, el galeón cargaba piezas de oro y plata, principalmente.El galeón fue hundido por el navío inglés El Expedition, un barco comandado por Charles Wager.
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