En la calle 18 n.° 180-00 en Cali, Valle del Cauca se lleva a cabo el velorio de la campeona mundial de patinaje, al que pueden asistir todos los caleños que deseen despedir a la deportista con los honores que se merece y acompañar a su familia en este doloroso momento.
A la 1:11 p. m., uno de sus hijos dio unas sensibles palabras: “Me acuerdo de las subidas al cerro los sábados a las 5:00 a. m., tus consejos de disciplina, ¿quién no se cayó en una competencia? Y ella saltaba la baranda para decirnos párese y siga. La cucha tenía la última palabra, porque siempre hablaba con amor. Yo quería que esta ceremonia representara su llegada al cielo, y te cuento, mamá, que ayer fuiste Trending Topic en Colombia y hasta a nivel mundial. Te describen como la mujer maravillosa que eres, pero mi mamá es mucho más que eso, para nosotros como hijos, hay un tesoro que muy pocos conocen. Cuando dicen que uno viene a aprender en este mundo, ella terminó siendo la maestra de todos. Su nobleza era incomparable, si les digo las cosas que ella perdonaba, ustedes se asombrarían. Se fue de este plano físico sin rencor, sin rabia”.
“Criaste a los mejores hijos, nos diste todas las herramientas que nosotros necesitamos, nos dejaron a cinco chinches que se aman, y que más que nunca estarán unidos, por eso te digo que te vayas tranquila y descanses. Te amamos, mami”.
1:15 p. m., otra de sus hijas manifestó: “Eras la mujer más fuerte que habíamos conocido. Una campeona, eras nuestra regañadientes cuando no hacíamos caso. En este momento, no se me ocurre ningún momento. Siempre te recordaré por tus frases, por nunca rendirte. Me decías hágale mija, no se vaya a quedar tirada en el piso. Nunca perdiste la capacidad para no perder la esperanza. Siempre nos dijiste que nadie nunca nos puede quitar lo bailado, y eso haré. Te levantabas muy temprano con nosotros para llevarnos al colegio, y luego llegabas a las ocho de la noche a la casa con nosotros, eras nuestro ejemplo. Salías mucho de viaje y siempre esperábamos que nos trajeras un regalito. Te amo, mamá”.
1:19 p. m. Después de las palabras de su hija, una mujer del equipo colaborativo de Luz Mery dijo: “Ella no se fue, ella está en este coliseo. Cuando se paraba y me decía: Natis, qué podemos hacer para mejorar. Ella está en todos nosotros, y puedo asegurar que a cada uno de los que está aquí les dijo algo que ustedes no van a olvidar nunca, porque ella era eso, sus frases, al llegar, sus frases con esa energía. Ayer me senté en su escritorio y quise escribirle algo, me decía Natis, ayúdame con esto que yo para escribir soy muy mala, y hoy le quise escribir algo lindo, pero no pude. Ella era todo, una amiga, una hermana, una mamá, una tía, una maestra, una profesora, y se lo diré siempre, solo una madre como ella puede serlo todo al mismo tiempo. Te amamos siempre”.
Cabe decir que, mientras esto ocurría en el centro deportivo Luz Mery Tristán, el nombre de la patinadora aparecía en 52k tan solo en Twitter.
1:32 p. m. El padre que presidió la Eucaristía continuó con un homenaje de admiración y cariño a Luz Mery Tristán, en un acto de fe, que llenó de esperanza a todos los asistentes en medio del dolor. “Que Dios bendiga este centro deportivo y siga siendo un canto al deporte, abierto para todos quienes quieren triunfar y salir adelante, y una enseñanza para todos, de que viviendo bien la vida ganamos el premio en el campeonato de la vida. La idea es apuntarse a vivir bien. Que Dios bendiga a estos hijos y los siga conservando muy unidos. Quedamos tristes por la partida de Tristán, pero tenemos fe, en que como ella, alcancemos el premio de la vida eterna”.
Siendo la 1:37 p. m., culminó la misa en homenaje a Luz Mery Tristán, una ceremonia cargada de muchas emociones, y del notable dolor de sus familiares y amigos más cercanos, quienes la despidieron con agradecimiento y bellas palabras.
Se espera que hacia las 3:00 p. m., se esté cumpliendo con las exequias de Luz Mery Tristán.
Una leyenda del patinaje que quedará en el corazón del Valle
Tristán (60 años) marcó la senda del patinaje colombiano. Nacida en Pereira, pero radicada en Cali desde niña, la afamada patinadora se inició deportivamente en el ciclismo, donde fue una de las pioneras en el país, incluso compitió en carreras internacionales.
Sin embargo, sus grandes triunfos llegaron sobre los patines en línea, donde rompió récords del mundo.
En 1990 batió el registro global para los dos mil metros y días después se colgó su primera medalla mundial en los campeonatos que se realizaron en Bello (Antioquia), en la competencia de los cinco mil metros.
Tras su retiro de las pistas, Tristán se dedicó a la formación de patinadores, a través de una escuela de formación de donde salieron figuras de ese deporte como Daniela Mendoza, Rommy Muñoz, Sebastián Garcés y Johana Viveros, entre otros.
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