En los años recientes se ha venido incrementando la presencia de ciudadanos extranjeros en el país con circular roja de Interpol, que llegan huyendo de sus países de origen por diferentes delitos como narcotráfico, lavado de activos, secuestro, tráfico de armas y hasta homicidio.
Estos delincuentes, sin embargo, no escogen su destino al azar, sino que, al parecer, ya tendrían conocimiento sobre regiones o ciudades en las que no solo pueden obtener protección de grupos organizados del crimen, sino además expandir su actividad delincuencial, mientras disfrutan de algunas bondades de estas localidades como el clima y las mujeres.
De ahí que no es extraño que Cali sea una de las ciudades que les resulte atractiva a estas personas prófugas de la justicia, ya que cuenta con un aeropuerto internacional por donde se pueden mover con facilidad, usando documentación falsa, pero también una salida al mar por el puerto de Buenaventura.
Precisamente, el pasado 3 de febrero, la Policía detuvo en la capital vallecaucana, con notificación roja de Interpol, al ciudadano iraní -alemán, Pouya Mohmini, sindicado presuntamente del envío ilegal de más de 16 toneladas de cocaína desde Paraguay hacia el puerto de Hamburgo, Alemania.
Según las investigaciones, desde este municipio estaría organizando y coordinando otras acciones criminales. Su captura se llevó a cabo en Ciudad Jardín, en el sur de Cali, y tras ser requerido por agentes de Interpol Colombia se identificó como Reza Raskshan, nombre con el que ocultaba su verdadera identidad. Días después fue extraditado a Alemania.
El pasado 31 de diciembre de 2023, también se había hecho efectiva la captura de un ciudadano estadounidense, Joshua Aaron, quien era solicitado por una Corte del estado de Tennessee por los delitos de robo de identidad agravado, fraude de correo y fraude electrónico.
De acuerdo con la Justicia de ese país, este hombre sería responsable de usar nombres, identidades y correos de distintas personas para cometer delitos.
Otra captura que también fue muy sonada en la ciudad fue la del albanés, Lirio Ajazi, alias Mario, quien durante varios meses logró evadir el cerco de las autoridades.
Este presunto narcotraficante fue detenido en un apartamento del barrio El Limonar y, según se conoció, había llegado a Colombia sin llamar la atención de las autoridades locales. El extranjero frecuentaba los mejores restaurantes y discotecas de Cali, en compañía de una atractiva mujer que, a la postre, se convertiría en el eslabón para llegar a él, en septiembre del año pasado. Ajazi era considerado por las autoridades francesas como un objetivo de alto valor que había emitido una circular roja de Interpol en su contra.
¿Qué dice Interpol Colombia al respecto?
La Dirección de Investigación Criminal e Interpol OCN (Oficina Central Nacional), precisó que Cundinamarca, Boyacá, San Andrés y Amazonas, son las zonas del país en la que se materializaron el mayor número de retenciones por notificación roja de Interpol, pero sobre todo en Bogotá porque es el principal punto de ingreso de nacionales y extranjeros a Colombia.
Otros departamentos también atractivos para la llegada y ocultamiento de prófugos son Valle del Cauca, Antioquia y el Eje Cafetero, esto atendiendo cuatro patrones criminales.
Primero, porque en estos departamentos pueden encontrar contactos de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de estupefacientes con las que ya han trabajado, lo que les permite dinamizar su accionar criminal en latitudes diferentes a las de la nación en la que son requeridos.
Segundo, buscan zonas del país con facilidad para establecerse de manera casi invisible. Para ello, utilizan nombres y documentación falsa u obtenida de manera irregular en busca de evitar o evadir el accionar de la Fuerza Pública.
Tercero, las zonas fronterizas de Colombia con Centro y Suramérica facilitan la salida irregular de prófugos ante eventuales controles de las autoridades nacionales, además de una cadena de información delincuencial entre actores criminales en las que se sugieren diferentes modalidades delictivas, así como países donde pueden expandir sus actividades ilícitas.
Y cuarto, según los investigadores, con los ciudadanos nacionales existe una especie de voz a voz en estas zonas, donde se promociona el salir del país para delinquir en otros y de esta manera, generar una base económica que les permita devolverse a Colombia e invertir esos dineros en negocios legales.
No obstante, durante el 2023 se materializaron 229 extradiciones (16 % de incremento respecto al año anterior, 30 extradiciones más que en el 2022) de ciudadanos requeridos por su vinculación en delitos transnacionales.
¿Por qué se esconden en el país y en Cali?
Héctor Herrera, experto en seguridad, aseguró que lo hacen porque los operativos que se hacen a nivel de búsqueda de antecedentes son mínimos.
“Migración Colombia debe tener unos filtros más rigurosos para establecer quién llega al país, si la visa es verdadera o falsa, dónde se va a quedar, cuánto tiempo. O de lo contrario, aplicar sanciones como hacen en otros países cuando uno se queda más del tiempo permitido”, sostuvo Herrera.
Y agregó: “Estas personas operan como vendedores externos y vienen acá y hacen alianzas con bandas que se dedican al lavado de activos, al narcotráfico, a la clonación de tarjetas de crédito, a hackear cuentas, a la trata de personas, a vender armas y a robar sin ser detectados. Tanto el delincuente extranjero aprende del colombiano como el connacional del extranjero. Esto es lo que se conoce como el delito transnacional”.
Para Jorge Mantilla, investigador en seguridad, hay tres factores.
“Estas personas vienen también por la oferta de protección que hay por parte de estructuras del crimen organizado o delincuenciales, tanto en Medellín, Cúcuta, la Costa Caribe y por supuesto en Cali, que además tiene una importancia específica por estar tan cerca al puerto de Buenaventura y al Pacífico, pero también por su cercanía con el norte del Cauca, que es uno de los enclaves cocaleros más importantes del país”, expresó Mantilla.
Y tercero, además de estos contextos de protección, de alguna manera perciben una comodidad en la medida que pueden disfrutar de su dinero con cierta impunidad por la baja efectividad que, a su parecer, tienen las autoridades colombianas y por los esquemas de corrupción tan fuertes que existen en el país.
Finalmente, Hugo Acero, experto en seguridad, coincidió en que algunos llegan “para acordar envíos de droga o para verificar la calidad del producto antes del embarque, vía aérea o marítima”.
Y enfatizó: “Las mafias mexicanas, albanesas, turcas e italianas, entre otras, solo tienen delegados de negocios en nuestro país para negociar y enviar drogas a otras naciones”.