"En Cali tendemos a improvisar las obras”, con esa frase Miguel Charry, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Valle del Cauca, describe la falta de planeación de una ciudad que se acerca a sus 500 años.
Charry, es un convencido de que se debe comenzar a planear un metro para la ciudad tal como lo hizo Medellín y lo está proyectando Bogotá, “por que en un futuro la ciudad no va a soportar un vehículo más”.

Asimismo, habla sobre la vulnerabilidad en la que se encuentra Cali, basado en la experiencia obtenida mientras participó en la elaboración del estudio de microzonificación sísmica de la ciudad. En diálogo con El País este ingeniero civil también da su visión del impacto de las megaobras y los proyectos viales del Sur que impulsa el alcalde Armitage.

Empecemos hablando de las obras del empréstito que impulsa el Alcalde Armitage en la Vía Cali – Jamundí, ¿son necesarias?
Todas son necesarias. El problema es que no hay una unidad en la planeación de las obras que se realizan en Cali (…) lo que pienso es que hay que hacer vías para los carros pero también hay que impulsar obras para los peatones.

¿Estas obras sí van a desembotellar el sur de Cali?
Claro que sí, pero no son la solución definitiva, hay que buscar alternativas. Llevamos diez años hablando del MÍO, de sus problemas, cuando Medellín ya tiene metro y Bogotá lo va a tener. Pero Cali no ha pensado seriamente en el metro. Es que el MÍO también ocupa las vías y ya no nos caben los carros en la ciudad.

¿Entonces cuál es la solución, en materia de movilidad, para Cali?
La solución no es ampliar y ampliar vías para meter más carros, si no tener varios medios alternativos de transporte. Llegará de nuevo un momento en que el trancón vuelve. Lo que deberíamos es estar pensando en el tren ligero, un tranvía, un metro.

Ese es un proyecto que está liderando la Gobernación del Valle pero parece que, por ahora, la Alcaldía de Cali no le copia…
Tal vez sean desconfianzas políticas. Pero hay que hablar del tren ligero o el metro para Cali. Deber ser un sistema que pueda integrarse con los buses del MÍO, con los ciclistas, con el MÍO Cable en la ladera, pero con una sola tarifa. Ya Bogotá demostró que el Transmilenio no da más de su capacidad, está funcionando bien, está cumpliendo horarios, tiene una buena flota de buses pero ya se copó. Entonces se deduce que una ciudad grande sin metro no es viable. Es el momento de pensar un metro para Cali. Hay que entrar, aunque sea, en la cultura de un tren ligero.

Eso suena más a un sueño...
Cali tiene una gran ventaja y es que tiene el trazado y los terrenos (el corredor de la Calle 25), nosotros tendríamos la mejor posibilidad de tener un metro sí  quisiéramos  hacerlo. Por ejemplo, los suelos de Bogotá son malos y aún así lo van a realizar.

Va a llegar un momento en que se cope la movilidad de Cali y el metro es una de las alternativas viables.

Y quién en la administración Armitage tiene vocación para ver ese tipo de proyectos a futuro.


Yo diría que Gustavo de Roux. A él le cabe la ciudad en la cabeza. El doctor de Roux debería estar destinado para tener esas visiones de ciudad más allá de una Alcaldía. Que le dejen a Cali rutas de desarrollo. Hay que tener una visión prospectiva al 2036 para cuando Cali cumpla 500 años. Yo le diría a esta Alcaldía que estamos tratando de sacar los carros pero no nos funciona el MÍO (…) vaya a ver dónde está el plan de andenes. Día a día aumentan los vehículos por la ciudad. La gente no se está cambiando del carro al MÍO, sino al revés.

Entonces faltó planeación…
Nosotros trabajamos hace unos años un proyecto llamado Cali 2036 donde comenzamos a pensar la Cali de los 500 años. Y pensamos la ciudad que queríamos e imperó el desarrollo sostenible, pero el Alcalde de turno lo puso en el anaquel del olvido y el que llegó no le puso atención.

Usted cómo imagina la Cali de los 500 años, la del 2036.
Sostenible en materia de movilidad. Cambiando los carros por trenes. Una ciudad planificada. Me la imagino con un río Cauca navegable con un malecón, una ciudad que no esté de espalda a su principal afluente.

Cambiamos de tema. Usted es experto en sismorresistencia.  Explíquenos esa afirmación en la que sostiene que el 70 % de las edificaciones de Cali son vulnerables en caso de presentarse un sismo de grandes proporciones.

En Cali hay registros de sismos desde 1525, pero solo en 1970 comienzan a hacerse estudios en EE.UU. de cómo se diseñan edificios y cómo se refuerzan las estructuras. En 1976 sale un manual para aplicarlo a través de un código de sismo resistencia, en 1981 se conocen las normas, de cumplimiento voluntario. En 1983, luego del terremoto de Popayán, el Gobierno aplica una serie de normas sísmicas y en 1984 sale el primer código de sismo resistencia en Colombia de uso obligatorio. Todo esto lo digo para señalar que solo la ciudad, que fue hecha después de 1984, tiene normas sísmicas. Por eso digo que más del 70 % de las construcciones de Cali no tiene las normas.

Por ejemplo, el edificio del CAM y Emcali no tienen esas normas…
Por ejemplo.

Explíquenos algo. Si soy propietario de una casa construida en los años 70- antes de las normas- ¿la puedo reforzar sísmicamente ?
Hoy se puede reforzar con columnetas de acero para que resista y se mueva cuando se presente un sismo.

Usted participó en el estudio de micro zonificación sísmica de Cali. Explíquenos un poco el resultado de ese documento.
Cali tiene cerca de 52 fuentes que pueden producir sismos, pero hay diez que son las más importantes.
Y cuáles son las zonas más vulnerables en Cali...
Muchos dirían que el abanico de Cañaveralejo, pero yo diría no. La falla que afecta esta zona está a 200 kilómetros, muy lejos, y llegaría con menos energía (…). Las fallas que cruzan a Cali pasan por los cerros del Oeste pero la gran ventaja es que no tienen gran actividad.

¿Qué tan avanzada está Cali en el tema de estudios y registro de sismos?
No tenemos lo suficiente, ni siquiera lo necesario. Se compraron 12 acelerógrafos (equipos que miden la aceleración del suelo durante un terremoto), pero se requieren al menos 60 o 70. La idea es ubicar unos en sentido al Océano Pacífico para ver cómo llega y se comporta la onda sísmica cuando se presente. Eso no vale mucho.

Pensemos en los edificios indispensables de Cali. ¿Están preparados para un sismo?
Yo diría que los hospitales, en un  95 %, se han reforzado. Pero la respuesta concreta es que Cali no tiene un estudio de vulnerabilidad física (de edificaciones). Solo hay un avance que está en fase uno, pero no hay un registro de los edificios que están reforzados o no. No sabemos cuáles son vulnerables o no.

¿Ese estudio vale mucho dinero?
Calculamos que entre $2000 millones y $3000 millones y eso nos es nada si se tiene en cuenta el daño que puede ocasionar un sismo. Ese estudio se puede hacer en el lapso de un año. Con esa información podríamos saber dónde hay edificaciones y zonas vulnerables y cómo las ondas sísmicas se comportan y ante eso estar preparados.

¿Por qué no se ha hecho este estudio?
Se podría decir que por falta de voluntad política, pero yo diría que falta gestión administrativa.

Ingeniero, hablemos de las megaobras que ya van a cumplir 10 años de ser aprobadas, ¿este si era el gran proyecto de infraestructura que necesitaba Cali?
Las megaobras no fueron más que el producto de un estudio que se realizó en 1993 y que señalaba cómo se movía la gente en Cali y por dónde se necesitaban más vías. No es un proyecto de renovación urbana. Pero hay obras que son importantes.

Hay obras de ese paquete que no se han hecho aún, como mejorar el acceso de la Vía al Mar, el puente de Chipichape. ¿Realmente se necesitan o es mejor ver otras alternativas más urgentes?
Cali es una ciudad región ¿y cuáles son las obras que le dan esa connotación?. En ese sentido es necesario mejorar el acceso de la ciudad desde la Vía al Mar; hacia el Sur se tiene que prolongar la Avenida Ciudad de Cali y la Avenida Circunvalar. Entonces, cómo decir que somos inter regionales  si no podemos salir ni siquiera hacia esos municipios.

Una  megaobra que parece que nunca  se ejecutará es la prolongación de la Avenida Circunvalar...
Esa obra tiene un problema, además de los líos de adquisición de predios, y es que ese corredor muere en la Calle 122, es decir, atrás de la Universidad de San Buenaventura. Algún funcionario me dijo: “Cuando llegue ese problema pues lo resolvemos” y allí es cuando me doy cuenta que en Cali falta visión de planificación de mediano plazo.

Una de las megaobras que toca directamente a la sede de la Sociedad de Ingenieros es la de la  Avenida 2 Norte, el parque río Cali, ¿cree que fue necesaria?
Creo que fue un error. Donde habían cuatro carriles, dejan un paso peatonal oculto y un muro lleno de matas. Eso lo que hizo fue llenar de inseguridad la zona. Creo que el problema fue que se pensó más con la emoción que con la razón. Se consiguieron unos recursos para la obra, arrancan, pero cierran dos carriles que son necesarios. Hacer eso es falta de planeación. Nosotros tendemos a improvisar mucho y allí es cuando nos preguntamos: “¿eso es un embeleco, la hemos embarrado?” y así no se modelan las ciudades pensadas (…) yo diría que Cali es una ciudad no planeada.