Este miércoles, Clementina Vélez volvió a ser el centro de atención en el hemiciclo del Concejo de Cali. Solo que no fue para exponer un nuevo proyecto de acuerdo o para hacerle control político a un funcionario de la Administración local.
Esta vez ‘la Dama de Hierro’ enmudeció a todos los presentes en el Cabildo cuando Audry Toro, presidenta de la corporación, informó del fallecimiento de quien ocupara un lugar privilegiado en ese recinto durante 27 años, a lo largo de los cuales fue ponente de 29 acuerdos municipales.
Nacida en el barrio El Bosque, de Cali, ‘Clema’, como la llamaban sus amigos, empezó la actividad política medio siglo atrás, combinándola primero con su labor como enfermera, ya que se había graduado de la Universidad del Valle, y luego con la docencia, puesto que, tras egresar también de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre, fue contratada para dar clases a los futuros abogados.
Pero, según le contó en noviembre pasado a El País, tras sufrir un infarto su médico le dijo que tenía que escoger entre su profesión o su pasión y ella decidió que era “más grave dejar de servirle a la gente y de conseguirles becas a los hijos de los líderes o cupos en las universidades o alimentación para los niños”.
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Liberal de convicción y de partido, incluso pese a los desengaños que siempre le generó algún dirigente ‘rojo’, Clementina vio desfilar por el Cabildo a 19 alcaldes de Cali, a quienes respetaba pero también ‘llamaba al orden’ cuando en su criterio no estaban expresando el mismo amor que ella por la ciudad.
Su deceso se produjo tras “hablar” a lo largo de 24 años con el cáncer, por lo que, tras no alcanzar una curul en el Concejo en las elecciones de octubre pasado, anunció que se dedicaría a acompañar a otras mujeres que también estaban luchando contra esa enfermedad y especialmente a conseguirles prótesis a las pacientes de menos recursos económicos.
La mala noticia sobre su salud le llegó cuando adelantaba la campaña que, esperaba, la llevaría a repetir escaño en el Congreso de la República en el 2002, pero logró sobrevivir “gracias al cuidado de su familia y a un cambio extremo de vida”.
Tal vez por eso su actitud frente a la política era clara: “Hoy en día en las corporaciones públicas no se vive el amor sino la crítica, la maldad, la envidia, pero hay seres humanos buenos, mujeres trabajadoras y jóvenes que han aprendido y les ha gustado la política; necesitamos que ellos llenen estas corporaciones de amor, respeto y admiración”.
Claro, el Cabildo no fue el único espacio en el que Clementina Vélez desarrolló su actividad. También fue diputada a a la Asamblea del Valle en dos ocasiones y representante a la Cámara en el periodo 1998–2002, cuando perteneció a la Comisión VI de Servicios Públicos.
Sin embargo, es evidente que en el hemiciclo del Concejo, donde ayer hubo un minuto de silencio como inmediato homenaje a su deceso y se suspendió el debate que se adelabantaba sobre las restricciones de construcciones en altura en Cali, fue donde ‘la Dama de Hierro’ desplegó con mayor ímpetu su quehacer político.
“Paz y descanso eterno para la Dama de Hierro, su herencia y legado quedan en las corporaciones a las que sirvió, su impronta y lucha en acuerdos, ordenanzas y leyes, y sus discursos y enseñanzas en miles de personas que profesaron su afecto, amor y amistad a quien en vida entendió que la política es el arte del servicio y que se sirve hasta el último minuto de vida”, escribió Duván Guerrero, jefe de la Oficina de Comunicaciones y Relaciones Corporativas del Concejo, una de las personas más cercanas a ‘Clema’ en ese recinto de la ciudad.