El Parque Nacional Natural Farallones de Cali cumple 55 años de ser declarada reserva natural. La belleza y biodiversidad que caracterizan esta área protegida son motivo de orgullo para el Valle del Cauca y todo el país. Sin embargo, es una celebración agridulce, pues varios ‘flagelos’ hoy amenazan la existencia de este gigante verde y su riqueza ecosistémica.

Farallones es el área protegida terrestre más grande del Valle del Cauca, con 196.364 hectáreas, y una de las más antiguas, puesto que fue creada el 15 de julio de 1968. Este paraíso es el hogar de alrededor de 626 especies de aves y de allí nacen 30 ríos que abastecen el suroccidente colombiano.

Un grupo de observadores de aves disfruta del avistamiento de estos animales en los Farallones de Cali.

El Parque se extiende por cuatro municipios: Jamundí, Cali, Dagua y Buenaventura, y cuenta con cuatro ecosistemas: bosque húmedo tropical (entre 200 y 1.200 metros de altitud), bosque subandino húmedo (entre 1.200 y 2.000 metros sobre el nivel del mar), bosque altoandino húmedo (entre 2.000 y 3.500 metros de altitud) y páramo (con altitudes superiores a los 3.500 metros).

En el marco de la celebración del cumpleaños de este Parque Nacional se llevarán a cabo más de 20 actividades culturales, académicas, sociales y ambientales, que se extenderán hasta el mes de septiembre.

A las 4:00 p. m. de este sábado 1.° de julio tendrá lugar el lanzamiento del cumpleaños de Farallones. En el Centro Cultural de Cali, la celebración iniciará con exposiciones fotográficas, agrupaciones musicales en vivo, talleres de serigrafía, estands culturales y ambientales y premios.

Además, el 15 de julio, a las 10:00 a. m., se realizará un foro nacional en la Biblioteca Departamental del Valle y el lanzamiento del libro de anfibios del PNN Farallones de Cali. También se harán foros locales con comunidades de los municipios de Jamundí, Dagua y Buenaventura.

Para la celebración de este año se escogieron tres líneas temáticas que recogen la riqueza ecosistémica y cultural del área protegida. La primera es agua para la vida, enfocada en los ríos y quebradas que conforman las 11 cuencas hidrográficas del área protegida.

Otro enfoque es el de biodiversidad y servicios ecosistémicos, que destaca los beneficios que los seres humanos obtienen, como la provisión de alimentos, agua, la regulación del clima, la calidad del aire, la polinización y la recreación, que son esenciales para nuestro bienestar y supervivencia. La tercera línea es la participación social en la conservación, gracias a las acciones de las diferentes comunidades étnicas y campesinas.

La minería ilegal es uno de los negocios ilegales que afecta esta reserva.

Los flagelos que amenazan los Farallones

Los graves problemas por la presencia de grupos ilegales en la zona de los Farallones no dan tregua. Personas inescrupulosas se benefician de la tala de árboles, el dragado de ríos y la extracción de materiales, así como la minería ilegal, uno de los peores flagelos que tiene como consecuencia la contaminación de los ríos con mercurio.

En este amplio sector son muchas las trochas que se utilizan para el ingreso de materiales prohibidos destinados a la extracción de oro y a la construcción ilegal. Precisamente, hace solo seis días la retención de 30 soldados en Pichindé, que impedían el paso de estos materiales, puso en evidencia la grave situación por la minería ilegal en la zona.

Vista general de los Farallones de Cali.

Las autoridades ambientales están alarmadas por la destrucción de zonas boscosas y la contaminación de los ríos que abastecen buena parte de la población de Cali, como es el caso del río Felidia, cuyos afluentes desembocan en el acueducto San Antonio, que provee de agua a aproximadamente 700 mil personas. La minería ilegal no solo pone en riesgo a la población, sino que amenaza el hábitat de 109 especies de mamíferos, 300 de aves, 63 de reptiles y 40 de anfibios.