“Dentro de las especificaciones técnicas de nuestros proyectos de separadores viales se incluyen todos los elementos complementarios del Espacio Público. Las rejas, por ser uno de los ítems más representativos, son construidas con material resistente a la intemperie (tubería galvanizada), así como su acabado y embellecimiento con material antioxidante y pintura de aceite”.

Así lo escribió el pasado 18 de enero en su cuenta en twitter la Unidad Especial de Gestión de Bienes y Servicios de la Alcaldía, en referencia a los separadores viales en los que el gobierno de Jorge Iván Ospina gastó $ 8.306 millones en el 2022 y más de $ 7000 millones en el 2021, pese al clamor de diversos sectores que consideran absurdo embellecer estos espacios cuando las vías de Cali están destruidas.

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Más de $15.300 millones en unos islotes cercados con rejas que ya presentan daños en algunos tramos, que se han convertido en basureros en otros o que han sido arrancados para venderse como chatarra.

Incluso, las obras que se entregaron hace menos de un mes ya evidencian deterioro, pese al trino de la Unidad de Gestión de Bienes y Servicios sobre la calidad de las mismas.

El País recorrió los tramos que comprenden las últimas cuatro obras que fueron realizadas y entregadas la última semana de diciembre y, pese a que aún no se han liquidado los contratos, según la interventoría, ya varios tramos registran un deterioro excesivo para llevar solo días de funcionamiento.

Además del óxido que aflora en algunas estructuras, hay rejas flojas por el mal anclaje, cerramientos que quedaron sin terminar, señales viales deterioradas que debieron intervenirse y sardineles sin reparar ni pintar, además de que en uno de los tramos ya se robaron parte de la reja.

Incluso, aunque el costo del contrato incluye entre $5 millones y $11 millones por tramo para ‘limpieza general’, hay lugares donde siguen amarradas a las rejas trozos de cinta amarilla y negra de ‘precaución’ y bolardos que conservan parte del empaque, evidenciando que con el aseo tampoco se cumplió.

“Es absurdo el afán de la Alcaldía con ese invento de encerrar separadores viales para gastarse más de $14.000 millones, que además parecen bordes de cama antigua, que se los están llevando, que en varias partes están oxidados y en otras los han dañado los carros, cuando al lado está la calle llena de huecos y las vías sin señalar”, dice el concejal Roberto Ortiz.

Oda a la improvisación

Lo que revelan los informes finales de auditoria es la poca planificación que hubo por parte de la Alcaldía a la hora de estructurar los pliegos y la manera como los contratistas han debido improvisar sobre la marcha.

En el contrato de los separadores viales de la Avenida 6 entre la Calle 35A Norte y la Calle 44, firmado con el Consorcio Separador Verde 2022 por $1705 millones, varias de las obras proyectadas no se pudieron ejecutar porque se gastaron más de $500 millones atendiendo los ‘imprevistos’. Es decir, el 30 % del presupuesto se destinó a cubrir los errores de cálculo.

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Lo que denota esta Administración, según el concejal Fernando Tamayo, es una falta de planificación terrible “y lo otro, que es dolorosísimo, que da la sensación que hay una plata que se tenía que gastar y se hace cualquier cosa para despilfarrar un dinero en medio de la escasez de recursos que tenemos y cuando hay otras prioridades”.

“Es absolutamente necesario un plan de andenes en Cali. Lo otro, y que es lamentable, es que esos separadores viales en vez de mejorar la movilidad, lo que hacen es hacerla más caótica; y ese es uno de los problemas más graves que tiene Cali”, señala Tamayo.

El concejal Juan Martín Bravo dice que falla la Administración porque hace obras, pero no genera un modelo administrativo que permita conservarlas.

Ninguna de las cuatro obras instaló los comederos para aves que propusieron ni los tótems triangulares de concreto adornados con cerámica, y se redujeron a su mínima expresión la cantidad de bolardos que garantizarían que motos y autos no invadan los senderos peatonales (muchos ni tienen).

Frente a las presuntas irregularidades que se evidencian en el recorrido, Edwin Fernando Cadavid, representante legal de la Unión Temporal Interseparadores La Fortuna, encargado de la interventoría a las obras, explica que las obras no se ha liquidado y omitió hacer referencia a las mismas.

“Los entes de control tienen los expedientes, los registros y los informes de esos contratos. Les sugiero que sigan el conducto regular porque además hay pólizas y están todos los documentos que garantizan la estabilidad de un proceso y la calidad de un servicio”, indica el representante legal de la firma interventora.

Algo más de $450 millones pagó la Alcaldía de Cali por el contrato de interventoría con la Unión Temporal Interseparadores La Fortuna para seguimiento de las obras.

En varios sectores es la comunidad la que manifiesta su descontento porque las obras parecen un obstáculo para la movilidad. “Yo caminaba con mi perro de esquina a esquina del separador, pero ahora han atravesado rejas y se limitó el paso de un lado a otro. Frente al Sena es imposible que pueda cruzar la calle una persona en estado de invalidez”, advierte David Ramírez, residente en Salomia.

Pero otro trino de la Unidad Especial de Gestión de Bienes y Servicios de la Alcaldía, del 17 de enero, se refiere a lo incluyente del proyecto y con el emoticón de una persona en silla de ruedas destaca que es especial para personas con movilidad reducida.

7.044 millones de pesos fue el valor
de las obras de los separadores viales que se hicieron en 2021.

“La gente con movilidad reducida necesitaba unos espacios más amplios”, señaló en un boletín el exdirector de la Unidad de Gestión de Bienes y Servicios, Carlos Salazar, quien fue la persona que firmó los contratos, pero no quiso referirse a ellos aduciendo que ya no está en la entidad.

Pero lo evidente en el recorrido es que buena parte de los pasos peatonales no son tan incluyentes, que quedaron con sardineles altos y que una persona en silla de ruedas debe desplazarse dos o tres cuadras para cruzar la vía.

Frente a las obras que se contrataron el 2021, el deterioro es más evidente y advierten desde el Concejo que al paso que van estas obras, los separadores viales están camino a convertirse en una decepción más y un nuevo despilfarro de recursos en el gobierno de Jorge Iván Ospina.