Luis Hernando Banguero cumplió ayer 74 años rodeado por el agua del río Cauca. Con una voz serena, como la de alguien que ya experimentó todo para poderlo contar, relata que en las tres décadas que lleva viviendo en La Playita, sector ubicado sobre el Jarillón, son muchas las veces que se ha levantado para apreciar un panorama como el de los últimos días: el de su hogar inundado a causa de la temporada de lluvias que se vive en Cali y el Valle del Cauca.
A escasos metros del río, esta zona, ubicada en la Comuna 6 de la ciudad, es una de las que históricamente más se ha visto afectada por los estragos de la temporada de lluvias. Los recuerdos de la mayor parte de las familias que habitan allí se remontan al 2010, año en el que el ‘Fenómeno de La Niña’ produjo que el Cauca amenazara con llevarse todo a su paso.
Doce años después, y ante la nueva ola invernal que afecta a la ciudad, residentes del sector piden ayuda y celeridad con el Plan Jarillón, una estrategia que pretende reubicar a todas esas familias que dependen del cauce de un río que esta semana elevó su nivel hasta los 10.02 metros.
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“No tenemos dónde ir. Toca dormir con el agua debajo de la cama. Mi mujer se murió hace dos años y yo vivo entre el frío y la soledad, con las cobijas mojadas”, dice Luis, mientras mira con profundidad el agua color café que se mueve entre las casas del lugar como una gran boa que amenaza con engullir todo, cada que cae un nuevo aguacero.
La Secretaría de Gestión del Riesgo hace un monitoreo constante al río Cauca, que debido a las lluvias ha aumentado su nivel, afectando a las familias que viven en la pata húmeda del Jarillón.
Reinel Rivera, residente del sector desde hace veinticinco años, asegura que siempre que hay una temporada de lluvias, dormir se le hace imposible.
“Cada que eso pasa el agua se me entra y me llega hasta el ombligo. A veces el cauce del río te alarma, pero cuando se crece a la medianoche no te da tiempo de recuperar nada de tus cosas. No se puede dormir con ese miedo, porque las corrientes también traen culebras y bichos peligrosos”, afirma.
Para llegar a sus casas en medio de las inundaciones, las personas que viven en la zona deben caminar en medio del agua, mientras los zancudos hacen de las suyas.
De acuerdo con Eli Shnaider, el gerente del Plan Jarillón, todavía se deben reubicar a las más de 3.000 familias que viven a las orillas del río Cauca.
“En el año 2013, cuando hicimos la verificación de qué personas o familias se encontraban en esta zona, se identificaron 8777 hogares. A hoy ya se han intervenido 5105, dejando una cifra todavía de 3500 hogares, de los cuales 2100 están en la zona jarillón”, explicó.
Las basuras, otra problemática
Por otro lado, y ante la declaración de calamidad pública por la temporada de lluvias, la Unidad de Servicios Públicos, Uaespm, se encuentra realizando un plan de acción para limpiar separadores viales y canales de aguas lluvias, para evitar que las basuras saturen el sistema de alcantarillado.
Marco Aurelio Vera Díaz, director de la entidad, aseguró que en esta articulación con Emcali y con el Dagma esperan recoger más de 24.000 toneladas de residuos durante cuatro meses.
El plan contempla la limpieza en 17 sectores impactados por residuos ordinarios, voluminosos (muebles, electrodomésticos, armarios) y de la construcción y demolición (o escombros).
“Ya hemos recolectado 8000 toneladas. Este es un plan de choque en el que queremos que la comunidad también entienda que debe disponer de los residuos de buena manera para evitar complicaciones en esta temporada de lluvias”, aseguró Vera.
Actualmente en Cali se recogen entre 80 y 100 toneladas de basura en los canales de aguas lluvias, según Emcali.
Sobre las basuras
Marco Aurelio Vera, director de la Unidad de Servicios Públicos, Uaespm, aseguró que se está trabajando fuertemente para poder evacuar la llamada escombrera de la 50, uno de los puntos críticos de residuos.
Cabe recordar que la recolección de los residuos voluminosos se puede coordinar con las empresas de aseo a través de la línea 110. Este servicio tiene un costo.
Arrojar residuos domiciliarios a las redes de alcantarillado, acueducto, canales aguas lluvias es una práctica prohibida.