La recuperación del Bloque A de la institución educativa Santa Librada, uno de los más deteriorados del lugar, empezaría obras en junio del 2023 y estaría terminada dentro de un año, es decir, en abril del 2024. Así lo anunció el secretario de Infraestructura, José Darwin Lenis, en la sesión realizada en la mañana de este miércoles en el Concejo.

Es preciso recordar que el estado del claustro educativo ha llevado a que varios espacios sean cerrados para proteger la vida de los estudiantes, además de 400 de los 1500 de ellos tuvieron que ser reubicados en otras instituciones por amenaza de desplome en 19 de los 50 salones, hace tres años.

Según explicó Lenis, el predio del colegio está a nombre de la Corporación Santa Librada, que oficialmente no existe, por lo que primero se debe adelantar un proceso de titularización para que ese quede a nombre del Distrito, proceso que puede tomar alrededor de dos meses y medio.

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Luego se elaborarán estudios de vulnerabilidad, solicitud de concepto de patrimonio, un proceso de implementación y regularización para contemplar si se modifica el conjunto arquitectónico, y después se radicaría una licencia de construcción.

En este sentido, apenas se estaría adjudicando el proyecto para mayo del 2023. “Si no tenemos el bien legalizado, no podemos hacer inversiones de forma estructural. Una cosa es hacer adecuaciones, que son obras menores, y otra cosa intervenciones estructurales, las cuales requieren licencia”, enfatizó Lenis.

Dicha intervención costará $ 4500 millones, pero a esto se suma la construcción de una gran ciudadela con nuevos espacios educativos, culturales y deportivos en Santa Librada, cuya construcción tendrá una inversión de $ 45 mil millones y está prevista para entregar en mayo del 2025.

Las fuentes de financiación provendrían de recursos propios del Distrito, en el primer caso, y de vigencias futuras, para la ciudadela.

Sin embargo, este anuncio no fue tan bien recibido tanto por la comunidad educativa de Santa Librada como por los concejales.

“Me alegra saber que ya hay una partida de $ 5000 millones, pero me preocupa mucho el plan hasta el 2025, creo que la condición de la sede no da para ese tiempo”, aseguró la rectora de la institución, Mónica Medina, quien recordó que desde 2017 ha radicado solicitudes ante la Alcaldía para hacer acciones contundentes.

Señaló que “si bien es cierto que se debe hacer una normalización de la titularización, esto no es obstáculo para hacer inversiones, pues en el pasado la Secretaría ya ha hecho obras en el predio, incluso con licencias y permisos de curaduría”.

El concejal Roberto Rodríguez lamentó que “los funcionarios (de la Secretaría de Educación) conocen la situación de Santa Librada desde hace más de 10 o 15 años, entonces decir que se necesitan más estudios para lo básico me parece una irresponsabilidad”.

“Hoy no existe claridad, solo están dilatando y dilatando. Ya nos hablan de obras que van hasta los años 2024 y 2025, y es algo con lo que no puedo estar de acuerdo”, aseveró Rodríguez.

Por su parte, el cabildante Carlos Andrés Arias opinó que el tema no obedece tanto a falta de voluntad política sino a presupuesto, por lo que propuso declarar la emergencia educativa para Cali y acudir al Fondo de Infraestructura del Ministerio en busca de más financiación.

A su vez, el concejal Terry Hurtado comentó: “Queda en evidencia que aún no está seguro el proceso de Santa Librada, no está garantizada una fecha en la cual entren a operar los $ 5000 millones. En contraposición, el Concejo planteó otros caminos más expeditos, ya que en esta ocasión el Secretario ha dicho dificultades de índole administrativo, sin que ello sea algo que quede claro, pues años anteriores se han hecho obras de tipo estructural sin ningún tipo de problema. Quedamos con el sinsabor frente a articulación de la Administración para que las dependencias puedan sacar adelante el colegio Santa Librada”.

Estudiantes

Isis Dayana Henao, representante estudiantil de Santa Librada, aseguró que los bloques A y H siguen caídos, con la capilla a punto de ser clausurada por el estado del techo.

“Para los estudiantes ha sido complejo, hemos tenido que cambiar horarios y manejo de salones. No hemos podido hacer uso de laboratorio o salones de informática, por ejemplo”, indicó.