Ante la avalancha de críticas que ha recibido el Proyecto Integral Cristo Rey por parte de la comunidad que habita alrededor de lo que será el tramo 2, desde la Alcaldía aclararon algunos aspectos.
Los habitantes aseguran que la afectación más importante será al medio ambiente, ya que recientemente han observado la tala de árboles que hay en la zona.
Ante esto, Julián Perdomo, coordinador de Compensaciones del Dagma, explicó que cuentan con un permiso de aprovechamiento forestal de 34 individuos arbóreos y el traslado de un almendro. Además, dijo que los árboles que se están interviniendo son especies de corto aliento, es decir, no les queda mucho tiempo de vida.
“Se van a sembrar 400 árboles por compensación y 4000 plantas de jardín polinizadoras, así que vamos a aumentar la diversidad de especies, garantizando así una restauración ecológica activa y el regreso de las aves que antes existían en el sector”, dijo.
Sin embargo, la ciudadanía de los barrios aledaños (San Fernando y Cristales) convocó para la mañana de hoy una movilización en defensa del medio ambiente, insistiendo en que el parque daña la cobertura vegetal, genera situaciones de alto riesgo para la comunidad y destruye la protección que se tiene contra posibles inundaciones.
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“Queremos que la obra se suspenda y se destinen estos recursos a las verdaderas necesidades de la ciudad, y que el bosque se respete”, dicen los vecinos de Cristales.
Jorge Pazos, arquitecto del Departamento de Planeación, también explicó que de no haber tomado la Alcaldía la decisión de ejecutar este proyecto, el predio se hubiera urbanizado con más de 200 viviendas, pues en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) ese lote tiene la connotación de predio urbanizable.
Además, resaltó que el predio era privado y ahora con el proyecto se convirtió en público, con la finalidad de que la comunidad disfrute del corredor ambiental planeado.