Mientras en el mundo los científicos advierten sobre una posible tercera ola de contagios del nuevo coronavirus debido a la celebración de la Semana Santa 2021 (domingo 29 de marzo – sábado 3 de abril), y los viajes y reuniones que propicia la época, en Cali los sacerdotes se alistan para conjurar el virus con las únicas armas hasta ahora comprobadas como efectivas: el distanciamiento físico, el uso del tapabocas y el lavado de manos.

— Tendremos bancas familiares. Solo se podrán sentar en una misma banca las personas que vivan bajo el mismo techo – dice el padre José Over Gallego Londoño, el director de comunicaciones de la Arquidiócesis.

Antes incluso que la bendición, en los templos se ofrecerá alcohol para la desinfección de los feligreses, que recibirán la comunión en la mano y no en la boca. Justo después de comulgar se recogerá la ofrenda, “a fin de que no se contaminen” quienes hayan recibido la hostia, dice la Arquidiócesis.

El Jueves Santo no se hará el lavatorio de pies, que en la Iglesia simboliza “la vocación de servicio, la humildad y la igualdad que sus fieles deben practicar”, un ritual que también recrea a Jesús cuando, en la Última Cena, tiró su manto para lavarle los pies a sus 12 discípulos.

Tampoco habrá procesiones, dado que en la celebración del Viacrucis debe evitarse toda actividad pública que “induzca” a la aglomeración en las calles, aunque hay alternativas a las que pueden apelar los párrocos. Como simular un viacrucis dentro del templo. O unirse a la transmisión por radio del Viacrucis de la Catedral San Pedro Apóstol a las 8:00 am.

Los dueños de los hoteles también se preparan para las vacaciones de Semana Santa, una época que ven con optimismo tras un año de habitaciones vacías por la pandemia. Sin embargo, han notado algunos cambios entre sus huéspedes: a diferencia de años anteriores, cuando buscaban el mar, para esta Semana Santa optarán por el turismo de naturaleza: alquilar fincas y hoteles alejados de las grandes ciudades, como escapando del contagio.

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— Esperamos que en destinos como el Eje Cafetero y las zonas rurales se incremente la ocupación, cuya recuperación avanza despacio. Enero lo cerramos con una ocupación del 31% a nivel nacional. En el Valle, fue de apenas el 21% – dice Gustavo Adolfo Toro, el presidente de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia, Cotelco.

Los huéspedes tendrán que tener paciencia. Los servicios de los hoteles, hoy más que nunca, continúan con aforos que deben respetarse – gimnasios, piscinas, restaurantes - y en ningún pasillo o lobby se puede estar sin tapaboca. Aunque es cierto que se sienten más tranquilos si se alojan donde hacen cumplir los protocolos. En el país, 380 hoteles cuentan con el sello ‘Cotelco Juntos contra el Covid’, que certifica a los establecimientos que cumplen con las medidas de bioseguridad.

En el optimismo de los hoteleros por lo que podría ser el milagro económico de la Semana Santa se percibe en todo caso incertidumbre: ahora los viajeros esperan hasta el último momento para dar clic en la reserva. Temen que algún alcalde imponga sin aviso medidas restrictivas que les impida llegar, o salir, de su destino vacacional. Eso podría explicar el bajo número de reservas hasta el momento.

Paula Cortés, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, Anato, dice que en lo que va de marzo de 2021 las agencias han vendido un 20% más con respecto a febrero. Todavía hay gente que lo piensa dos veces para subirse a un bus o a un avión en días de pandemia.

Los restaurantes ofrecen alternativas a sus comensales para la vigilia. La carne roja, dice la Iglesia Católica, se asocia a celebraciones y festines y el Viernes Santo “no es una celebración sino una conmemoración del sacrificio de Jesús”. Por eso, para los que creen, se recomienda comer pescado.

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Más allá del menú, Brany Prado, director en el Valle de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodrés, dice que los restaurantes deberán mantener sus aforos y el distanciamiento de dos metros entre mesas, además de la desinfección de manos. La toma de la temperatura y los tapetes desinfectantes fueron abolidos; no servían para enfrentar una pandemia. Los aparatos con los que tomaban la temperatura se desconfiguraban al punto que registraban 35 grados, como si quien estiraba el brazo estuviera muerto.

Lo del distanciamiento de las mesas sí es imprescindible en estos tiempos, continúa Brany, luego los restaurantes que pretenden recuperar las ventas abarrotando sus recintos sin contar con la ventilación y la distancia recomendada se exponen a una sanción de la Alcaldía y de los comensales, quienes deberán dar vuelta atrás y hacer las denuncias.

Sobre todo los fines de semana, cuando Cali es una ciudad congestionada no solo en las calles sino en centros comerciales, supermercados, parques y restaurantes. Los científicos insisten: el que sería el segundo pico de covid para el Valle es un riesgo latente.

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La doctora Diana María Caicedo Borrero es docente del departamento de salud pública y epidemiología de la Universidad Javeriana de Cali. Lo que se ve en el monitoreo de la pandemia del coronavirus en diferentes regiones del mundo es eso, dice: “la tercera ola”.

— Para el Valle es posible que tengamos el que sería un segundo pico porque hoy se ve otro nivel en el comportamiento de las personas. Hay más movilidad de la población debido a una mayor apertura de la economía – se levantó la ley seca y el pico y cédula - y esta movilidad genera mayor interacción entre los individuos, lo que podría hacer que, en una época de vacaciones y encuentros como Semana Santa, se incremente la transmisión del Sars -CoV- 2. Eso, si no nos cuidamos.

El médico epidemiólogo Alberto Concha, quien trabajó en la OMS, recuerda que Colombia es un país donde aún la vacunación no alcanza un porcentaje suficiente de la población como para suponer – todavía - que sea una protección, por lo que en Semana Santa las medidas de bioseguridad tanto en buses intermunicipales, como en aviones, donde es inevitable el contacto estrecho, deberán ser estrictas.

— Tenemos que seguir cuidándonos, de lo contrario puede llegar la nueva ola de contagios, aunque nadie puede decir si será así o no. Una de las cosas que enseñó el nuevo coronavirus es que los techos científicamente predecibles en otras circunstancias, no han sido exactos en la pandemia.

En la ciudad algunos parecieran confiados por lo que escuchan en las noticias: que las infecciones, como las muertes por covid, bajaron. El comentario es recurrente en peluquerías, galerías, panaderías, “el bicho se fue”. Y no.

El promedio era de 24 muertes diarias en el Valle por covid. Ahora está en la mitad. Aunque hay días que sube un poco, otros cuando baja, y así.

— Son números que siguen siendo altos, por lo que el virus continúa circulando. Todos los días se registran muertes. Un descenso significativo se traduciría en días sin fallecimientos. Así que no hay que confiarse de las estadísticas – dice Lyda Osorio, epidemióloga de la Universidad del Valle.

También ocurre que existe un ‘subdiagnóstico’. En marzo no se están haciendo la misma cantidad de pruebas que al final del año pasado, lo que también explica la baja en las cifras de casos positivos. Aunque es evidente que la curva de la pandemia viene en descenso.

— El análisis que hago es que como seguimos en una tendencia a la baja, y estamos cerca a la Semana Santa, quizá la movilidad en estas fechas no alcance para generar un incremento mayor que el que ya tuvimos. Sí subirán los contagios, pero no como en diciembre y enero, cuando el pico nos cogió con una curva ascendente – agrega la doctora Lyda, y hace un llamado:

Quienes tengan enfermedades de base – diabetes, hipertensión, etc - “aprovechen” la actual curva a la baja de contagios para retomar la actividad física, la recreación, los chequeos médicos, con las medidas de seguridad. Las buenas condiciones de salud influyen en la respuesta inmune ante el virus. Aunque los científicos no logran resolver la pregunta: ¿por qué el SARS -CoV -2 es más letal en unas personas que en otras? La edad avanzada es un factor de riesgo, las enfermedades de base también, ¿pero por qué hay casos de gente de 85 asintomática y pacientes de 40 en una UCI? Quién sabe.

El médico de la Universidad del Valle, Óscar Gutiérrez, uno de los fundadores del grupo Voluntarios Covid – 19, cuyos integrantes diseñaron un protocolo de atención temprana de la infección por SARS -CoV – 2, tiene otra teoría frente a la posible nueva ola de contagios en las vacaciones santas.

— La reducción en los números de infecciones en Colombia se la atribuyo, además de que hay un subdiagnóstico, a que es probable que no hayamos tenido exceso de cepas y el virus está siguiendo su camino: hace mutaciones que lo llevan a ser menos letal y convivir con el hospedero sin matarlo. Pero lo que le quiero decir es que si después de Semana Santa continúa un descenso tan marcado en los contagios y en la mortalidad, es probable que podremos estar presenciando el fin de la pandemia. No la desaparición del virus, si no el paso de una pandemia a una endemia. Una endemia significa que el virus vive con nosotros y tiene brotecitos ocasionales. Como la malaria en el Pacífico. O el dengue. Yo creo entonces – o espero, estoy hablando con el deseo porque esto no se puede comprobar aún - que estamos asistiendo al fenómeno de la conversión de la pandemia en una endemia. Pero eso depende de que nos sigamos cuidando.

Este informe se complementa con la entrevista a la Secretaria de Salud, María Cristina Lesmes, sobre lo que se espera de la pandemia en Semana Santa, léala aquí.