El 4 % de los niños y niñas menores de cinco años en Cali tiene desnutrición aguda, es decir, una deficiencia de peso para su altura.
Así lo informó la Secretaría de Salud Distrital, que además indicó que el
4,7 % de los infantes que hacen parte de la primera infancia en la ciudad cuentan con desnutrición global, lo que equivale a tener menos peso del que corresponde de acuerdo a la edad del menor.
La delgadez es la muestra más clara de la desnutrición, sin embargo, esta patología tiene implicaciones mucho más graves. “La desnutrición crónica afecta el desarrollo cognitivo y la calidad de vida a largo plazo de las personas que la padecen”, aseguró Bertha Forero, exdirectora de Nutrición Nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Para los menores de cinco años la situación es más grave, pues en los primeros años de vida “el cerebro, alcanza el 85 % de su desarrollo y ocurren numerosos procesos biológicos, psicoafectivos, sociales y culturales que impactan el crecimiento y la evolución física, cognitiva, del lenguaje, emocional y social, entre otros”, explicó Forero.
En los casos más graves, la desnutrición puede llevar a la muerte. De hecho, de acuerdo con el último reporte de la Procuraduría General de la Nación, en lo que va corrido del 2022 han fallecido 122 menores de cinco años en el país por causas relacionadas a la desnutrición.
Chocó es el departamento con más decesos, cuenta con el 17,2 % del total de casos (21). Después están La Guajira y Cesar, con 13 cada uno.
Carlos Ernesto Camargo, defensor del Pueblo, sentenció que “como sociedad, debemos sentirnos avergonzados por seguir registrando de manera recurrente que niños y niñas mueren porque no podemos garantizarles alimentación y nutrición adecuada. Toda la institucionalidad del Estado debe trabajar de manera articulada para garantizar la vida de todos los menores. Esta debe ser una prioridad nacional”.
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En cuanto al ámbito local, las cifras dan cuenta de que Cali viene retrocediendo en la garantía nutricional de su primera infancia. Los sectores en los que más se presentan estos casos son las comunas 13, 14, 15, 21 y la 3, es decir, principalmente en estratos bajos.
La funcionaria Ruby Castellanos, referente de Salud Pública, sostuvo que “los indicadores de desnutrición en la ciudad venían presentando una disminución en el 2020, pero a partir de allí empezaron a aumentar nuevamente como un efecto de la pandemia y la postpandemia, cuando se da ese fraccionamiento de la economía y mucha gente deja de tener los ingresos que tenía habitualmente para adquirir comida. Allí la población más vulnerable se ve afectada, además de que tenemos precios muy elevados en los alimentos, entonces el coletazo lo estamos sintiendo y los indicadores de desnutrición en menores de cinco años están aumentando”.
La Secretaría de Salud Distrital aseguró que está implementando un plan de choque en apoyo con el organismo de Bienestar Social, con el ICBF, las Empresas Sociales del Estado (ESE), las Entidades Administradoras de Planes de Beneficio (EAPB) y las IPS.
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Entre las acciones principales están la de continuar con el monitoreo constante de las cifras de desnutrición en la ciudad, así como realizar en los territorios una búsqueda activa de los niños que la padecen y no se encuentran bajo el amparo del Estado.
“Programas como Corazón Contento, de los comedores comunitarios, ayudan mucho a mitigar el hambre en la ciudad. El Banco de Alimentos y el ICBF también hacen un aporte muy importante”, agregó Castellanos.
Recomendaciones
Ante sospecha de desnutrición, la Secretaría pidió a los padres dirigirse al sistema de salud para iniciar la ruta de atención integral.
Bertha Forero, por su parte, recordó un mecanismo que se encuentra vigente: “La implementación de fortificación casera con micronutrientes en polvo. Todas las niñas y niños entre 6 y 23 meses deben recibir complementación con vitaminas y minerales en polvo.
La exdirectora de Nutrición del ICBF pidió a los padres ser insistentes, ya que “hay entidades de salud que no están dando los micronutrientes”.