Cali sí tiene alma, no la ha perdido. Solamente necesita sanar sus heridas. Eso piensan algunos ciudadanos cuando se les interroga sobre el futuro de la ciudad, donde hoy reina la apatía y los comportamientos inaceptables de muchos de sus habitantes.
La esencia de Cali está en las cientos de historias de personas que todos los días tratan de luchar por su familia, y con ello hacer una diferencia.
Ignacio Vega, por ejemplo, es un trabajador informal que ha laborado en construcción, vigilancia, ventas y hasta en estampado de camisetas; y, a pesar de que hace poco perdió la visión de uno de sus ojos en un choque, diariamente sale de su casa con todas las ganas de progresar sin importar sus limitaciones.
Tiene dos hijos, Jefferson y Johan, que lo ven como un hombre polifacético que lucha incansablemente por sacarlos adelante. “En Cali realmente lo que hace falta es ponerse en los zapatos de los demás, entender que uno, con una pequeña acción como un saludo o hablar con alguien, puede cambiar el día de una persona. Anteriormente todos se ayudaban, hoy todos velan por su bienestar propio”, opinó Vega.
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En el barrio Siloé habita José Ramírez, de 56 años y ha dedicado 36 años a la escultura, levantándose todos los días a las 7:00 a.m. y laborando en ocasiones hasta las 10:00 de la noche.
De hecho, Ramírez es el responsable de la realización de doce esculturas que están en la Ruta Turística Isabel Pérez, en Siloé, una estrategia de turismo para ver de una manera diferente este barrio; unas piezas que él calificó como “positivas, porque le brindan la visión a los jóvenes de tomar el arte como ayuda para superar los problemas del entorno. Incluso, algunos de han convertido en guías turísticos”.
El trabajo de este escultor y de otros líderes en Siloé le ha devuelto la esperanza a muchos hogares. Así como las de ellos, hay otras historias silenciosas que hablan de ciudadanos que hacen la diferencia en los barrios.
Cali, por ejemplo, tiene el mejor hospital de Latinoamérica, la Fundación Clínica Valle del Lili; la mejor universidad del país, la Icesi, según un reciente ranking internacional; sus bailarines han ganado, en varias ocasiones, mundiales de salsa; tiene colegiales invitados a la Nasa; 400 mil personas asistieron a la reciente Feria del Libro y una lista larga de hechos que se pueden resaltar y que evidencian que la esencia de la ciudad está viva.
¿Es suficiente?
Varios ciudadanos consultados por El País opinaron sobre cómo reducir la intolerancia y aumentar las historias de liderazgo de la región.
María Angélica Urbano, quien llegó a los 60 años, considera que “se debe tratar de mejorar las enseñanzas que se dan en los colegios, hoy se enfocan mucho en lo teórico, pero no les enseñan a ser personas, a que no solamente sobresale el que mucho sabe, sino el que también mucho respeta”.
En ese mismo sentido, el sociólogo y docente de la Universidad del Rosario Carlos Charry recalcó que hoy la sociedad caleña es muy individualista y que los cambios se inician desde las pequeñas acciones.
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“Aunque suene trillado, se debe pensar en qué puedo hacer yo como ciudadano para que mejore la situación de Cali. Por ejemplo, no arrojar basuras en la calle, comportarse bien mientras se conduce, ser solidarios cuando alguien necesite un favor, esas pequeñas acciones logran grandes cambios. Los únicos que solucionan el tema son los ciudadanos”, dijo Charry.
Además, recordó que, a partir de los Juegos Panamericanos de 1971, la ciudad fue catalogada como ejemplo de civismo, pero fue el crecimiento desmesurado el que complicó las cosas.
“Se olvidó que, a la par de esa ciudad cívica, crecían paralelamente el Distrito de Aguablanca y las zonas marginales adonde ese modelo de ciudad no llegó. Entonces habría que preguntarse si en realidad esos planes de desarrollo de las alcaldías contemplan a estas poblaciones para que tengan un mejor desarrollo de vías, económico y educativo”, comentó el sociólogo.
En Cali recientemente se han hecho eventos que sirven para recuperar la identidad de los caleños, tales como el Festival de Salsa y la Feria del Libro.
Ante esto, el historiador y docente Benjamín Barney expuso que es necesario que Cali regrese a esa vida de barrio en la que toda la gente se conocía, se saludaba en la calle y se cuidaban los unos a los otros.
“Yo creo que para lograr eso se deberían generar pequeñas ciudades dentro de Cali, para que así se logren concentrar de mejor manera las problemáticas de cada sector y se les pueda dar mejor solución”, resaltó.
A su vez, la exconcejala Diana Rojas recalcó que es prioritario que no se deje de creer en Cali, que haya reconciliación entre ciudadanos y que se tenga un esfuerzo colectivo para sacarla adelante. “Según el Índice de Competitividad de Ciudades, Cali tiene el primer lugar en el pilar de sofisticación y diversificación, cosas como estas son un gran punto de partida para creer una y otra vez en esta ciudad. Pero avanzar significa entender que en este momento somos una ciudad muy fragmentada y primero tenemos el deber de reconciliarnos”.
Y el vicepresidente del Concejo de Cali, Harvy Mosquera, opinó que se debe recuperar la confianza y el respeto en la autoridad. “La Alcaldía parece no enterarse de esta desilusión de la ciudadanía. En el Plan de Desarrollo que se aprobó quedó consignada la creación de una política pública de cultura ciudadana que hasta la fecha no hemos visto formulada; lo mismo ha ocurrido con otras cinco metas que buscan paz y sana convivencia, aún no están materializadas”, dijo. Sin embargo, algunos ciudadanos han manifestado que hace falta invertir más en el deporte, el arte u otros áreas que le enseñen a la ciudadanía a construir colectivamente.
“El arte es una de las herramientas que se pueden utilizar para devolverle el civismo a la ciudad. Espectáculos artísticos, obras de teatro, performances, entre otras manifestaciones, pueden calar más en el subconsciente de la ciudadanía que un mensaje escueto. Además, tener una actividad de esparcimiento fuera de sus obligaciones le da un respiro a la gente”, expresó Yuli Medina, docente y bailarina.
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De hecho, las anteriores opiniones se ejemplifican con la reciente Feria del Libro de Cali, un evento en el que se reunieron miles de personas por un gusto común y que le brindó vida al centro histórico de la ciudad.
“Desde la Alcaldía tenemos una gran plataforma para devolverle el espíritu a los caleños y es la temporada de festivales. Entre ellos, la Feria del Libro, Petronio Álvarez, el teatro, la salsa, entre otros. En unos cuantos días estos eventos nos regresan una ciudad en la que se respetan las diferencias, la diversidad y los ciudadanos se abrazan a algo que tienen en común: su identidad”, resaltó el secretario de Cultura de Cali, Ronald Mayorga.
Coinciden los ciudadanos que volver a la Cali de antaño requiere levantarse, superar los embates que dejaron la pandemia y el paro nacional, abrazar la diversidad y sumar esfuerzos para reconstruir la tan nombrada y descuidada Sucursal del Cielo.
Iniciativa Cali Para Mí
¿Qué harías si pudieras construir la Cali de tus sueños?, ¿qué harías si pudieras decidir el futuro de Cali? Bajo estas premisas nació la iniciativa Cali Para Mí, la cual quiere contribuir a la construcción de esa capital del Valle ideal, cívica y competitiva.
Este movimiento cuenta con el apoyo de la Cámara de Comercio de Cali, Comfandi, Comfenalco, ProPacífico, la Universidad del Valle, la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, la Universidad Autónoma de Occidente, la Universidad Icesi y la San Buenaventura de Cali.
Su principal objetivo es que los caleños voten por los que ellos creen que serían los proyectos a los que más se le debería de apostar en la ciudad, a través de la página https://www.caliparami.org/lainiciativa. Las votaciones ya están abiertas y quedarán habilitadas hasta el 25 de noviembre del presente año.
Una vez finalizada la votación, los aliados del proyecto darán a conocer cuáles son las iniciativas por las que más votaron los caleños, y a su vez masificarán este mensaje para que lleguen a las autoridades municipales, regionales y nacionales para que prioricen el ‘sentir’ de la ciudadanía.
Algunos de los proyectos por los que los caleños pueden votar son: seguridad ciudadana, descontaminación del Río Cauca, lucha contra el hambre, educación de calidad y sistemas de cultura y arte.