Además de ser ingeniera industrial y de poseer varias especializaciones en el área financiera y comercial, Luz Elena González es ‘coach’ organizacional y experta en liderazgo estratégico enfocado al ser.
Uno de los mayores retos que ha enfrentado en su desarrollo profesional ha sido encontrar el equilibrio entre alcanzar los resultados y las exigencias del mundo empresarial y ser ella misma, tan femenina y humana como hoy se reconoce.
“Hubo un momento en el que sentía que si era más humana no iba a lograr que las personas pudieran encaminarse hacia los resultados que la compañía necesitaba, sobre todo en un entorno masculino”, expresó.
Y cómo no pensar así, si cuando llegó a la empresa, hace 24 años, las juntas directivas solo estaban conformadas por hombres. Las mujeres en altos cargos brillaban por su ausencia.
“Antes de ser gerente de la Zona Franca Palmaseca, mis jefes me llevaban a las reuniones y los miembros de las juntas eran puros hombres adultos. Acomodarme a eso fue bastante exigente porque era un medio muy masculino”.
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A raíz de ello, Luz Elena sentía que para poderse adaptar a dicho entorno debía combatir su “ser femenino”. No le faltaban competencias, de hecho desde muy joven y antes de ser gerente de la compañía, demostró aptitudes que la llevaron a dirigir el área financiera, operativa y jurídica de la empresa.
No obstante, según ella, ese problema al que muchas mujeres se enfrentan está en la autoexigencia tan característica del género femenino, y que no se limita a lo individual sino que también es social, pues afirma que “desde niñas nos enseñan que debemos ser perfectas”.
Y por eso aconseja: “Las mujeres tenemos que confiar más en nosotras mismas, en nuestras propias capacidades, dejar esa presión social de la perfección y valorarnos, darle al trabajo que hacemos la importancia que merece”.
Esta empresaria es una mujer empoderada, agradecida, amable y determinada a quien la sonrisa no le falta; desde que llegó a la Zona Franca tomó la decisión de aprender todo sobre el negocio. Ese empeño la llevó a que luego de 13 años, de pasar por varios cargos, llegara a la gerencia de forma aparentemente inesperada.
“Yo fui muy curiosa, creo que eso es parte de la mujer, me dediqué a estudiar y conocer. Entonces poco a poco fui ganando más espacio en la empresa. Por el desempeño que iba teniendo, los dueños fueron creyendo cada vez más en mi trabajo y en la primera oportunidad que el gerente anterior se retiró me dieron la encargatura de la gerencia, yo cumplí esa labor con mi mejor voluntad y se dieron cuenta que tenía la capacidad de gerenciar la compañía”
Desde entonces han pasado 11 años, en los cuales la Zona Franca Palmaseca ha crecido no solo en el número de empresas que la conforman sino en el desarrollo de las mismas.
“Nuestras empresas han ido creciendo de manera importante dentro de la organización. Hoy también contamos con Pymes a las que apoyamos completamente y creo, aunque suene extraño, que en el rol de acompañamiento a estas empresas es fundamental el papel de la mujer por esa capacidad de servicio, de cuidar y proteger que tenemos”.
En este momento la Zona Franca Palmaseca tiene como meta ampliar su concesión y régimen por 30 años más con el Estado, objetivo fundamental para que la compañía continúe siendo competitiva y atractiva para las empresas.
Respecto a la reciente Ley de Financiamiento, Luz Elena asegura que la expedición del artículo 110 en la misma fue sorpresivo hasta para el Gobierno e implica varios retos para el sector.
“Ese artículo se aprobó prácticamente en el último día, no se le dio el debate suficiente, y en él se determinó hacer una auditoría conformada por la Superintendencia de Industria y Comercio, la Dian y la Contraloría General de la Nación a todos los incentivos y beneficios fiscales que tiene el Estado colombiano y a todas las personas jurídicas de las zonas francas para determinar su permanencia, eliminación o modificación”.
Para ella la noticia fue inesperada porque considera que el sector en general ha demostrado resultados importantes para la economía del país, sin embargo, con actitud positiva afirma que más que una dificultad puede ser una oportunidad.
“Ese es un tema que hoy enfrentamos como zona franca pero también estamos haciendo un trabajo gremial para demostrar su importancia en la generación de empleo y atracción de la inversión. Esto quizá es una oportunidad para demostrar todo lo que aportamos al país”.
Al hablar de agremiaciones o sociedades, ella no puede dejar de mencionar la importancia de que las mujeres en todos los escenarios aprendan a unirse y no a verse como competencia.
“Hoy me encuentro con colegas, muchas gerentes mujeres que hacemos buen equipo de trabajo, lejos de competir. Ese es otro tema, nosotras debemos apoyarnos. En el sector hay cada vez más mujeres y hemos hecho mucho trabajo en equipo”.
Asegura que hoy la zona franca esta muy cerca de la igualdad de género: un 60 % son mujeres y 40 %, hombres, esto por la capacidad que ellas demuestran en sus labores diarias.
“Estoy rodeada de colaboradoras valiosísimas, entregadas, comprometidas. En la Zona Franca Palmaseca ahora hay personas muy jóvenes y ha sido muy bonito darles oportunidad a tantas mujeres, incluso madres cabeza de familia”.
Su rol como gerente de una empresa tan importante para la región cambió su vida en muchos aspectos, le permitió esencialmente reconocerse a sí misma como una mujer que no necesita adoptar una actitud masculina o hablar fuerte para ejercer la autoridad.
Asegura que a través de los años ha aprendido a pedir ayuda cuando la necesita, a desprenderse de limitaciones que solo se encuentran en la mente y a valorarse en todos los roles que desempeña.
Y culmina con este mensaje: “Hay que reconocer cuáles son nuestras limitaciones pero jamás permitir que ellas nos atrapen”.
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