Así como han venido realizando las diferentes dependencias y entidades descentralizadas de la nueva Alcaldía de Cali, revelando todos los hallazgos y el estado en que recibieron los organismos por parte de la Administración, esta vez fue el turno para Metrocali.
Fueron cuatro puntos principales los destacados por el gerente del ente gestor del MÍO, Álvaro Rengifo: una compañía en alto riesgo de liquidación, millonarias deudas y nuevas obligaciones sin disponibilidad presupuestal, un MÍO empeorado y deficiencias en los servicios al usuario.
“Hicimos el proceso de empalme y allí uno conoce una parte, solo la punta del iceberg. Ya con este primer mes estamos viendo qué tan grande es ese iceberg que nos estamos encontrando y poder evitarlo y revivir al MÍO”, señaló Álvaro Rengifo.
En el primer punto, la gerencia habló sobre el que se tiene con el operador GIT Masivo, en el que recién el pasado 15 de enero se logró pactar una nueva reforma al Acuerdo de Reestructuración, lo que le permitirá a Metrocali presentar un plan de pagos bien estructurado para la deuda en los próximos meses sin entrar en proceso de liquidación.
“No solo estamos en Ley 550, en el que uno entiende que se está en riesgo de ir a liquidación, sino que se tenían varias fechas en muy corto plazo en las que Metrocali hubiera podido ir a liquidación. El 15 de enero, el 9 de febrero con el fallo de un tribunal interpuesto por uno de los concesionarios (Blanco y Negro) también hubiera podido llevar a Metrocali a una liquidación”, dijo Rengifo.
Con Blanco y Negro Masivo se acordó un plazo adicional de tres meses para conocer el fallo de la demanda interpuesta por el operador.
En el segundo punto, de las millonarias deudas sin recursos para pagar, la entidad reveló que al cierre de la vigencia 2023, el ente gestor quedó debiendo a los concesionarios $ 65.013 millones y al concesionario del SIUR $ 2700 millones por concepto de diferencial tarifario.
Además, ya en lo referente al presupuesto del 2024, la nueva gerencia reveló que hay faltantes para cubrir con todas las obligaciones anuales. De este modo, para los $ 242.000 millones requeridos para cubrir el diferencial tarifario a los concesionarios, la saliente Administración solo aforó $ 93.000 millones, por lo que hay un monto de pago de $ 149.000 millones sin disponibilidad presupuestal.
Y lo mismo ocurre con una remuneración adicional que tendría que ir para el concesionario del SIUR por un valor de $ 95.500 millones. Tampoco hay disponibilidad para atender otras obligaciones operativas relacionadas con la seguridad, vigilancia, aseo, servicios públicos y mantenimiento del sistema: hay un faltante de más de $ 10.000 millones.
“La base de lo que ha generado tantos problemas en el servicio se deriva de estas situaciones financieras. Partimos con unas deudas del 2023 y para el 2024 se tenían unas proyecciones” que no cuentan con recursos, añadió Álvaro Rengifo.
De acuerdo con datos del Ministerio de Transporte, el MÍO ocupó el penúltimo lugar en recuperación de demanda, entre los siete Sistemas Integrados de Transporte Masivo del país.
El gerente también manifestó que se encontraron muchas deficiencias en el servicio, empezando por el hecho de que, pese a que se programan a diario 722 buses para la circulación, solo salen a rodar 570.
“Esto quiere decir que los usuarios están viviendo unos 152 huecos o espaciamientos en la programación diaria, lo que significa que la flota no pasa de manera regular y que los tiempos de espera son mayores a los que deberían ser porque la flota, cuando es irregular, empieza a pegarse y se generan unos huecos muy grandes”, señaló.
Pero varias cifras más empeoraron. Mientras en 2019 un bus podía circular tres días sin vararse, en 2023 solo puede hacerlo dos días antes de quedarse en la vía. Asimismo, hubo una reducción del 36 % en la cantidad de pasajeros transportados, ya que, mientras en el primer año en mención se movilizaba a 450.000 personas, a noviembre del año pasado solo se movían 289.000 usuarios.
En el último punto, de las deficiencias en los servicios a los pasajeros, se reveló que en toda la red troncal del MÍO hay 34 accesos al Sistema que están siendo atendidos por una sola máquina de recarga, lo que expone al usuario a que si esta falla, se queden sin la posibilidad del servicio de recarga.
La nueva gerencia está trabajando para que, en aquellas estaciones donde no hay taquilleras, haya por lo menos dos máquinas de recarga para que no le pase eso al usuario.
Y en otros problemas, ya puntuales de algunas estaciones, se encontró que Petecuy venía funcionando sin energía y solo abasteciéndose con una planta eléctrica desde el 12 de diciembre, lo que está entre las principales razones que desencadenaron el incendio en ese punto el pasado 7 de enero.
Mientras tanto, en la recientemente inaugurada Terminal de Aguablanca no hay servicio de acueducto, por lo que aún a día de hoy no están en servicio las baterías sanitarias. Para el caso de Petecuy, la estación ya cuenta con energía, mientras que en Aguablanca se sigue trabajando con Emcali para solucionar el tema.
“Todo esto lo estamos empezando a trabajar para corregir, próximamente tendremos un PSO (Plan de Servicio Operativo) donde vamos a hacer un plan que sea cumplible para decirle a la gente qué es lo que de verdad puede esperar y que ese sea el servicio que vamos a ofrecer”, concluyó el gerente Álvaro Rengifo.