El fallecimiento de una niña de once años luego de caer desde lo alto de un edificio en el barrio Los Andes, norte de Cali, causó conmoción y alarma entre la comunidad caleña por la vulnerabilidad de los menores ante accidentes de este tipo.

El caso registrado el pasado lunes se convirtió en la tercera emergencia de caída de altura que el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cali ha atendido en lo que va de este año, dos de las cuales fueron adultos y una menor.

Según comentó el cabo Marco Gómez, coordinador del Centro de Operaciones de Bomberos Cali, aunque las caídas de altura son casos que se presentan ocasionalmente, no deben ser vistos con menor recelo que otras emergencias, teniendo en cuenta que son eventos de alto impacto.

Lea también: Sigue polémica por los 'taches': ahora se instalaron en el barrio Versalles

“En ocasiones nos llaman por estas emergencias por ser intentos de suicidio, pero eso es difícil determinarlo. En muchas ocasiones son accidentes que se generan porque la gente no tiene una previsión del riesgo que corre cuando se acerca a ventanas o balcones”, afirmó Gómez, quien manifestó que son más las ocasiones en las que se debe atender la caída de adolescentes y adultos que de niños.

En ese sentido, el Coordinador del Centro de Operaciones de Bomberos Cali añadió que “estas caídas se dan, específicamente, cuando la gente se sienta sobre los barandales o en las ventanas y pierden el equilibrio. Varios de estos casos se dan en las madrugadas y cuando los hemos atendido resultan ser personas que están bajo los efectos del alcohol”.

Para el presidente de la Asociación de Ingenieros del Valle del Cauca, Miguel Charry, en las edificaciones de la ciudad “hay falencias en cuanto a medidas de seguridad, pues en muchos no hay barandas que le brinden un soporte a la gente o le ayuden a agarrarse en caso de perder la estabilidad, esto es súper peligroso”.

Charry continuó diciendo que una de las estructuras a revisar dentro de las viviendas, oficinas y espacios ubicados en edificios son los balcones y terrazas. “Los balcones tienen un gran problema y es que los hacen muy bajitos y la tendencia es que alguien se asoma y el mismo peso les puede ganar, haciendo que se vayan de cabeza sin tener la menor intención de caerse. A esto están muy expuestos los niños, por lo que se les debe restringir el paso hacia estos sitios y recurrir a mallas de seguridad, pues ellos buscan la manera para escalar y asomarse; lo mismo pasa en algunas terrazas, donde no hay tapias, muros de seguridad ni barandales y lo peor es que ni siquiera se limita el acceso de la gente”.

Ubique barandillas verticales en las ventanas y balcones para evitar escaladas al exterior. La distancia máxima entre barrotes no debe superar los 10 centímetros.

El ingeniero advirtió que “en el país no conozco una guía o una forma de revisar que se tengan en cuenta aspectos que velen por la seguridad de los residentes. No existen manuales claros para el mantenimiento de los edificios, ni mirar los sitios de riesgo; estaría bien que las autoridades determinaran las alturas de las barandas, formas de abrir ventanas, seguridad para las ventanas, no solo para evitar que se meta un ladrón sino para que un niño, que no tiene noción del peligro, se caiga”.

¿Cómo mitigar las caídas?

No son pocas las estrategias que se pueden implementar en las edificaciones para evitar las caídas al vacío a las que están expuestos tanto niños como adultos. 

Sebastián Aguilera, gerente de Redpro Colombia, una firma dedicada al suministro de soluciones de seguridad para niños en casa, remarcó que el 4,2 % de las muertes de los niños que tienen entre 0 y 17 años son originadas por caídas.

“Para evitar las caídas hay dos soluciones fundamentales: enmallar o enrejar la ventana o balcón, esto es lo más efectivo porque pese a que el adulto diga que siempre está pendiente del niño, en un segundo puede ocasionarse una tragedia. Una segunda estrategia es no tener muebles como mesas, sillas o sillones cerca a las aberturas de peligro; si se dejan estos elementos, los niños, en medio de su curiosidad y buscando el desarrollo motriz, pueden subirse y caer”, apuntó Aguilera, quien dijo que es oportuno ubicar mallas o rejas mientras los niños tienen de cero a cinco años.

El especialista en seguridad indicó que mecanismos como una malla tienen la capacidad de soportar hasta 140 kilogramos, razón por la cual estos elementos superan el espectro de protección de los niños y se vuelven útiles en los casos en los que haya adultos con vértigo o acrofobia.

Otras recomendaciones

  • No deje a los niños sin supervisión sobre lugares elevados como camas, muebles, mesas, sillas, etc.
  • Asegúrese de que los protectores de las ventanas estén fijos, de tal manera que solo un adulto pueda abrirlas en caso de requerirse.
  • Mantenga las puertas que llevan a escaleras cerradas y use algún sistema seguro de bloqueo que impida la apertura de puertas, balcones y ventanas, y el acceso de los niños y niñas a las escaleras.