A través de una biblioteca itinerante, la Fundación Nuestro Cuento lleva historias, juegos y libros, a parques, calles, canchas y esquinas
de sectores vulnerables de la ciudad para enseñar a niños a leer, escribir y soñar nuevos mundos. También, a ser mediadores de paz.
En una colorida callecita de Siloé se encuentran niños jugando, hay pinturas por todas partes; los más chicos corretean, mientras la brisa caleña aletea a su alrededor. En la mitad están los adultos que pintan el suelo empedrado con muchos colores. Todos trabajan juntos para que este lugar se convierta en un espacio donde los más pequeños de la Comuna 20 puedan jugar y atreverse a imaginar nuevos mundos.
Quienes hacen esto posible son los integrantes de la Fundación Nuestro Cuento, una organización sin ánimo de lucro que funciona como una biblioteca itinerante. Esta es como un barco literario que lleva historias y libros a rincones inimaginables. Llega a parques, calles, canchas, esquinas... así llena de magia decenas de lugares de Cali.
A través del juego los integrantes de la Fundación enseñan a leer y escribir. De esta manera, transforman las callecitas en sitios donde los niños y niñas de barrios como Siloé puedan soñar.
“En esos espacios no convencionales promovemos talleres enfocados en la literatura. Nosotros llegamos a estas zonas creyendo que en estos sitios podemos dar un mensaje a la comunidad por medio de la literatura, el juego y la construcción de paz. Trabajamos en zonas parcializadas por la violencia y el estar aquí nos permite ser mediadores de paz”, afirma Nathalia Hoyos, fundadora de Nuestro Cuento, mientras muestra fotos del trabajo que hacen en los distintos barrios. Su cara refleja orgullo por lo que logran.
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Este sueño de construir una Cali distinta a través de la literatura comenzó hace tres años. Quien lo soñó y ahora capitanea el barco de los cuentos es Nathalia Hoyos, comunicadora social y periodista. Hace siete años se embarcó en un viaje sin regreso, el trabajo social, y creer firmemente en el poder de transformación que tienen las letras la han llevado hasta donde está. Pero este barco no lo navega sola. Su esposo, el ingeniero de sistemas Andrés Guerrero es también su compañero en esta travesía. Juntos buscan cambiar la realidad de su ciudad desde los libros, tal como ella afirma: “hacer de Cali, la Sucursal lectora”.
Los libros publicados por la Fundación son vendidos a través de sus redes sociales y los recursos que se recogen a través de las ventas son utilizados en las jornadas que se realizan todos los sábados.
Encalla el barco
Es sábado, y los niños cada hora están más ansiosos... el barco literario se aproxima. Alrededor de las 2:00 p.m., llega Nathalia junto con los voluntarios de ‘Nuestro cuento’, caminan las calles y cada niño que encuentran en el camino se une a la aventura, desde los más pequeños, de 6 años, hasta los más grandes, de 13. Pasan el trayecto imaginando qué traerá la aventura del día. ¿Serán osos polares que conocen la selva o se tratará de la historia del niño de Nunca Jamás? No lo saben, solo les queda seguir caminando entusiasmados hacia el lugar donde vivirán una nueva travesía.
Johnilber García, de 6 años, asegura que le gusta mucho venir a las actividades “con mis profes de ‘Silolee’, porque aquí leemos, jugamos, nos reímos y aprendemos. A mí me gusta mucho pintar y jugar al torito. También vemos películas y escribimos cuentos”.
Actualmente ‘Nuestro cuento’ está en la Comuna 20: Siloé con barrios como La Nave, Belén y San Francisco; en la Comuna 9, en el sector del Centro; en el barrio Sucre; también en la Comuna 13, en barrios como El Calvario y San Pascual. Hace poco llegó al Oriente de Cali, al sector de Llano Verde. Trabaja en zonas ‘rojas’ de la ciudad, barrios en condiciones de vulnerabilidad en los cuales a través del arte, la lectura, el pensamiento creativo y la inspiración buscan empoderar a la comunidad, específicamente a la infancia.
“El proceso se ha realizado en un ritmo muy conectado al querer de la comunidad. ‘Nuestro cuento’ está orientado a las necesidades de los barrios, nosotros brindamos una propuesta y de esta manera conectamos con los líderes de la zona, con las familias y con los niños. Hemos llegado a los distintos territorios con una oferta que se adapte a los requerimientos del entorno”, cuenta Nathalia.
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El autor Benito Taibo en su obra ‘Persona normal’ afirmaba: “El libro es jardín que se puede llevar en el bolsillo, nave espacial que viaja en la mochila, arma para enfrentar las mejores batallas y afrentar a los peores enemigos, semilla de libertad, pañuelo para las lágrimas. El libro es cama mullida y cama de clavos, el libro te obliga a pensar, a sonreír, a llorar, a enojarte ante lo injusto y a aplaudir la venganza de los justos. El libro es comida, techo, asiento, ropa que me arropa, boca que besa mi boca. Lugar que contiene el universo”.
En todo eso, precisamente, se han convertido los libros y la Fundación Nuestro Cuento para estos niños. El primer momento de la jornada en este barco literario es leer para imaginar; aquí inician leyendo y escuchando a los más grandes entonar todo tipo de historias, con esto estimulan la imaginación. El segundo, es imaginar para crear; la imaginación se convierte en la herramienta clave a la hora de crear sus propias narrativas, sueñan mundos distintos. El tercer momento es crear para participar, y el cuarto, participar para inspirar.
Todos esos momentos han permitido que, junto al laboratorio de Escritores de Paz por Cali, naciera el libro ‘La paz es nuestro cuento’. Una obra en la que los niños crean sus propias historias y narran sobre La Sucursal del Cielo.
Para continuar con el programala Fundación necesita implementos para adecuación de sus bibliotecas, refrigerios, materiales creativos y libros infantiles, juveniles y de literatura universal.
Se pueden realizar donaciones a la Fundación a través de su perfil de Instagram @nuestrocuento.cali.
Cada cuento comparte dos elementos principales: son historias que suceden en Cali y contienen un concepto de paz. La publicación se realizó gracias a la convocatoria Estímulos 2021 y fue realizada con niños de los barrios El Centro y Siloé.
Juan Diego López, uno de los pequeños escritores, afirma entre sonrisas y nerviosismo: “A mí me gusta correr, pintar, jugar fútbol. Lo que más me gustó de escribir en el libro ‘La paz es nuestro cuento’ fueron mis personajes. Cuando comencé a pensar esta historia no sabía cómo continuar, pero, poco a poco, lo pude lograr. Y aprendí que todos los niños podemos escribir cuentos de los temas que sean”.
Entre muchas de estas historias también se encuentra la de Johcielcy García, una niña de 9 años, migrante de Venezuela. La inspiración de su cuento nació cuando en la Feria del Libro de Cali de 2021, en la actividad ‘La retreta’, a la que fue invitada la Fundación, vio por primera vez la Plazoleta Jairo Varela, el sonido que salía de la trompeta de aquel lugar le recordaba su tierra natal. Su cuento narra cómo un personaje se mete en la trompeta de la plazoleta y viaja hasta Venezuela. Cuando regresa de la aventura le cuenta a su mamá y le dice que vaya con ella porque es un lugar que extraña mucho.
Este es solo uno de los tantos cuentos que se pueden encontrar. Ahora la Fundación tiene una segunda publicación, ‘Un borondo por Siloé’, y ya van para la tercera, un proyecto enfocado en que los niños puedan narrar a través de cómics.
Esta entidad continuará con su labor. Según Nathalia, llegarán a más barrios y zonas de la capital del Valle, ‘pintarán’ cada día más esta ciudad como la Sucursal de la Literatura. Una ciudad en la que se narran muchas historias, pero también, se transforma a los más pequeños a través del cuento.
3 años tiene la Fundación Nuestro Cuento llevando libros, juegos
y otras actividades a niños de sectores vulnerables de Cali.