En las últimas tres semanas, los caleños han visto cómo son pegados carteles en las entradas de los centros asistenciales de la ciudad informando las suspensiones en los servicios que estos prestan. Tres casos han sido advertidos por los medios: la clínica Rey David, siendo el primero de estos, la clínica Rafael Uribe Uribe y la clínica Dime.
Los cierres de estas instituciones son ejecutados por la Secretaría Distrital de Salud, por lo que se ha llegado a cuestionar que existe una persecución por el poco tiempo en el que se han llevado a cabo estas tres intervenciones.
Sin embargo, desde la entidad adscrita a la Alcaldía de Cali aseguraron que este no es el caso, y que simplemente ocurre que los centros asistenciales no están cumpliendo a cabalidad con los criterios exigidos por el organismo distrital. Asimismo, que la Secretaría también está atendiendo los casos en respuesta a las quejas que han venido realizando los pacientes.
“La Secretaría, en ejercicio de sus competencias de inspección, vigilancia y control, realiza permanentemente auditorías a todos los prestadores de la ciudad”, explicó Yanet Vélez Jaramillo, subsecretaria de Prestación de Servicios del organismo de Salud de Cali.
De este modo, la dependencia programa las visitas y una vez las realiza, determina si se presentan hallazgos de incumplimiento en las condiciones mínimas para prestar una atención con calidad y oportunidad a los pacientes, lo cual se rige a través de los estándares del Sistema Único de Habilitación.
La funcionaria reveló que desde que la Secretaría asumió las competencias como Distrito, en el primer semestre del año 2022, se viene trabajando en dirección de garantizar el cumplimiento de los niveles más altos para la prestación de los servicios médicos y asistenciales.
Se han establecido mesas de diálogo con las instituciones de salud a fin de que estas conozcan a fondo los motivos que han llevado a la suspensión de sus servicios, a lo que estas se han comprometido a realizar las correcciones y los procedimientos necesarios para mejorar la calidad en la atención.
De igual modo, la subsecretaria Vélez les explicó a los usuarios de salud que sus EPS tienen redes de prestadores de servicios, por lo que el cierre de una clínica no debe ni puede impedir que se continúe recibiendo la atención de manera oportuna.
La polémica por los cierres ya venía desde el primer evento, pero terminó por extrañar a la población cuando se intervino durante los últimos días la clínica Dime, en el norte de la ciudad. En esta se cerraron los servicios de cirugía plástica y estética, mientras se permitió que continuara la operación en las demás áreas.
Frente a lo sucedido, la clínica en cuestión emitió un comunicado: “Informamos a toda la comunidad en general que Dime Clínica Neuro-cardiovascular sigue y seguirá prestando sus servicios con total normalidad. Ante cualquier duda, los invitamos a comunicarse con nosotros a través de nuestras redes sociales oficiales”.
Como en los otros casos, no se revelaron mayores detalles sobre qué fue lo que la Secretaría encontró en la institución. El cierre anterior a este ocurrió tan solo con unos cuantos días de antelación, el 8 de septiembre pasado.
La Alcaldía de Cali, a través de la Secretaría Distrital de Salud, procedió a realizar el cierre de varios servicios prestados por la Clínica Rafael Uribe Uribe, ubicada en el norte de la ciudad.
Esto se debe a una medida de seguridad luego de que fueran verificadas las condiciones de habilitación del centro médico, evidenciando que el prestador de los servicios de salud incumplía con algunos de los requerimientos.
En ese sentido, fue decretado el cierre total en las áreas de urgencias, hospitalización de adultos, hemodiálisis e imágenes diagnósticas ionizantes en la institución, la cual atendía a alrededor de 20.000 pacientes al mes.
Asimismo, el pasado viernes 25 de agosto, la Secretaría dispuso el cierre de la clínica Rey David, que atiende al personal del magisterio y de pensionados de Puertos de Colombia. Pese a esto, la institución emprendió rápidas acciones correctivas y logró reabrir el 1 de septiembre.