Este es el caso de Stephanie Arce la última víctima de esta modalidad criminal, a quien le robaron el cabello sin darse cuenta, mientras realizaba sus compras navideñas.

Un nuevo caso de robo de cabello a una joven de 22 años esta semana reactivó las alarmas sobre el uso de esta modalidad delictiva en la ciudad.Se trata de Stephanie Arce, a quien le robaron su largo y negro cabello sin darse cuenta, mientras iba de compras por el centro de Cali.Hacia las 10:00 a.m. del lunes, Stephanie iba caminando con su mamá por la calle 14 con carrera 9, cuando sintió un jalonazo en el cabello, que le daba a la cintura. Lo único que dijo en ese momento fue: "¡Oiga! Tenga cuidado", pero no sospechó lo que había sucedido. “Íbamos a realizar las compras navideñas, hacía mucho calor y enrollé mi cabello a la altura de la nuca. Había mucha gente y me pareció muy normal lo de los empujones. A los dos minutos, sentí que me picaba mucho la espalda y el pecho; en el momento en que entré a un almacén para medirme ropa, me toqué el cabello para recogerlo mejor y fue cuando me di cuenta que me lo habían cortado y robado”, dijo la joven.Aunque Stephanie dice que ya lo ha superado y que cada vez que le cuenta la historia a sus amigos o a su familia se ríe, dice que sintió mucho dolor y estuvo deprimida, tanto así que asistió a misa el pasado martes, algo que no realiza eventualmente.“Me sentía bien con mi cabello, iba cada ocho días a la peluquería y me hacía diferentes cosas para mantenerlo hermoso. Ahora no quiero volver al centro, tengo miedo, aunque sé que ya no tienen nada más que robarme”, dijo. “Yo estaba horrorizada, pero le doy gracias a Dios porque no le hicieron nada a mi hija, yo le digo que el cabello vuelve a crecer”, dijo doña Anunciación Carvajal, madre de Stephanie y quien se desempeña como maestra en el colegio Ciudad de Cali.Stephanie, quien llegó hace una semana de cursar una maestría de Administración Financiera en Argentina, dice que este tipo de delincuencia no se ve en ese país y que cuando sus familiares le contaron sobre otros casos, no lo podía creer.“Ahora aparte de mi bolso y mi celular tengo que cuidar de mi cabello al salir, es un poco ridículo”, dijo Stephanie, quien tuvo que ir a una peluquería del barrio El Jardín, donde vive, para tratar de arreglar los daños en su cabellera. “Se siente diferente corto, toda la vida lo he tenido largo. Si eso es así con el cabello, entonces en estos días le van a robar a las mujeres un brazo, un ojo o una pierna”, concluyó la joven.Según la Policía Metropolitana de Cali, aparte de este caso sólo está reportado oficialmente otro robo de cabello que se presentó en el mes de abril en el barrio el Ingenio, al sur de la ciudad, cuando una joven de 18 años fue desviada de su camino por un hombre quien mediante engaños, la llevó hasta la orilla del río y la retuvo durante una hora mientras le cortaba el pelo.El comandante de la policía de la ciudad, general Fabio Castañeda, dice que la creciente demanda de las extensiones de cabello humano y lo rentable que resulta su comercialización ha hecho inevitables los robos. Los delincuentes roban con rapidez, usando tijeras o bisturí. “Según las investigaciones, los delincuentes buscan cabellos que no hayan sido teñidos ni alisados, muchas veces realizan el secuestro 'express' para robar el cabello. Por el momento se desconoce sí en Cali existe alguna banda criminal o si actúan en forma individual”, dijo el general Castañeda.Mercado de cabelloEl alto valor que tienen las extensiones de cabello natural ha hecho que los delincuentes vean atractiva esta nueva modalidad delictiva. Los precios del cabello natural oscilan entre los $110.000 y los $220.000, mientras que las extensiones semi-humanas cuestan $30.000Igualmente, el cabello sintético dura sólo dos meses, mientras que el natural tiene una vida de más de seis meses, por lo cual es tan apetecido para fabricar pelucas y extensiones. Según un empleado de una peluquería del Norte de Cali los clientes más frecuentes son personas que han perdido el pelo por cáncer, mujeres de raza negra y jóvenes que las usan por vanidad.Según lo pudo establecer Elpais.com.co en dos peluquerías del Norte de Cali, que prefirieron no revelar sus nombres por seguridad, los peluqueros exigen a sus clientes llevar las extensiones de cabello. “Nosotros preferimos que el cliente traiga el cabello, así no nos hacemos responsables, y además porque todos los gustos son distintos”, dijo un empleado de una peluquería de la ciudad, quien prefirió omitir su nombre.Por su parte, una comercializadora de productos para la belleza del centro de Cali explicó que sus productos son importados y que el costo de las extensiones depende del largo y de si son sintéticas o naturales.