Por Daniela Monroy y Juan Carlos Moreno Urán, reporteros de El País.
Este jueves, 21 de diciembre, Ana Erazo elevó una fuerte denuncia sobre la obra de aducción del río Cali. La concejala afirmó que sería uno de los mayores elefantes blancos que tiene la capital del Valle.
“Uno de los mayores elefantes blancos que tiene Cali, la obra de aducción del río Cali, el cual terminó en abril de este año con el embargo de más de 45 cuentas y 12 inmuebles de funcionarios de @EMCALIoficial y contratistas de la obra, termina ahora con un laudo arbitral el cual la misma EMCALI solicitó, llevando a tribunales al Consorcio Español y donde como resultado, nos condenan a pagar más de $13 mil millones por irregularidades en la ejecución y tiempos de contrato”, expresó.
La concejala argumenta que la obra de aducción del Río Cali, que ha sido objeto de polémica desde su inicio, ahora se encuentra en el centro de la atención ciudadana tras un laudo arbitral que dictamina que la ciudad deberá pagar la considerable suma de $13 mil millones de pesos por presuntos incumplimientos.
Este desenlace se suma a los $14 mil millones de detrimento alertados por la Contraloría General de la República en relación con el proyecto.
Cabe aclarar que esta controversia jurídica fue dirimida en el Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable de la Cámara de Comercio de Cali y que se resolvió con el número de caso 20210604/0820 y que es donde se definen los montos a pagar.
La ciudadanía paga los platos rotos
El proceso legal, que inició con el embargo de más de 45 cuentas y 12 inmuebles de funcionarios de EMCALI y contratistas de la obra en abril de este año, ha culminado con un resultado desfavorable para la ciudad. El laudo arbitral, solicitado por EMCALI y dirigido contra el Consorcio Español, implica una significativa carga económica para los caleños.
Cabe destacar que los embargos de las 45 cuentas y 12 inmuebles de funcionarios de EMCALI y contratistas de la obra, “los ejecutó la Contraloría por considerar que existía un detrimento patrimonial por la obra de alrededor de $14 mil millones y por ende para recuperar parte del costo del detrimento decidió realizar los embargos de manera preventiva. Ese proceso es competencia del ente de control y hasta el momento va en ese ejercicio” especifica la concejala Ana Erazo.
La concejala Ana Erazo, a través de sus redes sociales, expresó su preocupación y señaló responsabilidades compartidas entre los alcaldes Armitage y Ospina, quienes estuvieron involucrados en la firma y gestión del contrato, respectivamente.
El proyecto, que tenía como objetivo garantizar el suministro de agua potable para una gran parte de la ciudad, ahora deja a más de 700 mil caleños perjudicados y sin la infraestructura necesaria que requiere esta obra.
La situación plantea un escenario desafiante para la ciudad, que se ve obligada a afrontar no solo las pérdidas económicas sino también la ausencia de una obra vital para el abastecimiento de agua.
¿Cuál es la obra que no está terminada?
La obra de aducción del río Cali es un proyecto que consiste en un desarenador y un canal de conducción de agua cruda desde la bocatoma del río Cali, en Santa Rita, hasta la planta actual de San Antonio.
Esta obra busca garantizarle el agua potable a más de 700 mil caleños y caleñas y es una obra que ha tenido el visto bueno y ha contado con la colaboración del Gobierno Nacional por ser una obra de alto impacto para la ciudad.
¿Cuáles fueron los errores que se cometieron tanto desde la alcaldía de Armitage y Ospina?
La concejala Ana Erazo comenta que: “El error de Armitage no es un error doloso, pero sí es llamativo que le haya entregado las dos obras más importantes en materia de agua potable y de EMCALI a dos consorcios españoles y los dos han sido un fiasco total”.
Por otro lado, especifica que: “La planta Cañaveralejo que costó más de 30 mil millones en este momento, está a punto de colapsar a mitad de obra y esta obra de aducción del Río Cali no se termina”.
Esto en cuanto a las responsabilidades del mandatario anterior Maurice Armitage. Y en cuanto a Jorge Iván Ospina, la edil comenta lo siguiente: “Ospina tuvo retrasos en la ejecución a la par del contratista por los temas de la pandemia y estallido social, no supo sortear bien las coyunturas y de manera torpe va a un tribunal de arbitramiento sabiendo que podría perder y en efecto, de la pretensión de $22.000 millones que tenía el consorcio español, se llevan 13.000 millones. Un descalabro total porque se llevan la plata y la obra no existe”.