Momentos de pánico y angustia vivieron dos colaboradoras de un establecimiento de comercio ubicado en un centro comercial al oeste de la Cali, cuando un hombre ingresó a intimidarlas con un arma blanca, mientras se encontraban cumpliendo con sus labores diarias.
Este incidente que quedó registrado en video, sucedió en la mañana del pasado jueves, 28 de diciembre, y generó preocupación en la comunidad caleña.
Tras ser intimidada con un cuchillo, la trabajadora del establecimiento -en diálogo con El País- habló por primera vez sobre estos hechos y reveló detalles.
“Nosotras estábamos realizando nuestros quehaceres y afuera del establecimiento sonaron dos disparos, pues al hombre lo veían persiguiendo. En ese momento tomamos la decisión de hacernos en la parte de atrás del local. Y, de manera repentina, el hombre entra con un cuchillo en la mano. Estaba de espalda mirando hacia afuera”, narró la mujer.
Así habría iniciado los minutos más angustiantes de estas dos colaboradoras. “Él me cogió con el cuchillo y me tenía amedrentada. Les decía: ‘No se vayan a meter porque la vida de ellas corre peligro y si les pasa algo, queda en su conciencia’”.
Frente a la situación, la trabajadora del establecimiento y su compañera optaron en pedirle a la comunidad que se encontraba molesta que no entrarán al local. “No, no se metan acá, porque las perjudicadas somos nosotras”, expresó la mujer.
Al aparecer, el hombre estaba siendo perseguido porque había robado unas cuadras antes. “Un hombre le gritaba: ‘Este man estaba robando afuera de mi casa’”, contó.
En diálogo con El País, la mujer reveló que fue amedrentada por el hombre, quien, al parecer, era un habitante de la calle al que nunca había visto.
La valentía le salvó la vida: “Lo agarré del cabello”
El hombre tenía a la mujer intimidada con un cuchillo y al mismo tiempo, lanzaba cuchillazos para evitar que la comunidad y las autoridades pertinentes entrarán al local, ubicado en un centro comercial de la capital del Valle.
“Intenté taparme con una tabla de picar, pero este me la arrebató. Me dijo: ‘Quítate esa tabla’. En ese momento dije: ‘me mató’”.
La colaboradora narró que el hombre implicado cogió una olla que se encontraba sobre el mesón de la cocina, que tenían adentro unas papas calientes y procedió a tirarlas al suelo, con el fin de alejar a las personas que intentaban sacarlo del local.
“La olla estaba caliente. Él cometió un error, porque el piso quedó resbaloso. Por ello, cuando volvió a lanzarme el cuchillo este se le resbaló y cayó al suelo. Él tenía el cabello largo, se lo agarré, lo cogí del cuello, lo tiré al suelo y me puse encima de él”, explicó la mujer que gracias a su valentía, logró inmovilizarlo.
En diálogo con El País, la trabajadora afirmó que inmediatamente ingresaron las autoridades competentes quienes se llevaron al implicado. “Cuando lo retuvieron, las personas querían lincharlo”.
Tras este hecho, la mujer envió un mensaje contundente sobre la seguridad en el sector. “Necesitamos más presencia. Nosotras somos unas simples trabajadoras que no tenían nada que ver. Uno sale a trabajar y ganarse la vida, prácticamente nos la iban a quitar”.
En ese sentido, Carlos Gil, propietario del establecimiento comercial, enfatizó: “Es una situación desesperante la que tenemos que vivir a diario los comerciantes, espantando locos, porque hacen lo que les da la gana, presionan a la gente para que les dé dinero y agreden a los turistas cuando están bajo el efecto de las drogas. Lo más grave es que estamos a dos cuadras de la Alcaldía y ni así han podido erradicarlos; se le salió de las manos la indigencia a este gobierno”.
“Estaba drogado”
En el incidente que fue grabado por transeúntes y comensales que quedaron anonadados al ver la terrorífica escena, se evidencia la actitud violenta del hombre.
“Yo digo que él estaba drogado porque decía voces extrañas, se azotaba la cabeza y todo. Cando se llevaron al San Juan de Dios, dicen que el mismo se tiró de cabeza y se abrió más la herida que tenía”, expresó.
La colaboradora en conjunto con su compañera establecieron la denuncia. “Nos llevaron a la estación de La Flora y después nos trasladaron a la Fiscalía”.
“El que metió la mano fue Dios. En ese momento le pedimos mucho a él, si no se le hubiera caído el cuchillo, no hubiéramos hecho nada”, concluyó en diálogo con El País.