¿Qué está pasando en el humedal El Retiro, en el sur de Cali? Es la pregunta que se han planteado algunos caleños debido al traslado de un grupo de patos que se encontraban ubicados en esta zona de la ciudad.
Por medio de redes sociales, ciudadanos han expuesto que el operativo, supuestamente, fue realizado en condiciones irregulares. “Personal del Dagma sin chalecos y sin identificación realizan operativo cazando los patos y gansos del lago”, escribió un usuario de X, junto a un video en el que se observa momentos del operativo.
Sin embargo, desde el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente indicaron que este operativo fue realizado por personal especializado en el manejo de fauna de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca y siguiendo los lineamientos del Plan de Manejo Ambiental.
Siete de los más de 60 patos que estaban ubicados en el humedal (al frente de la Pontificia Universidad Javeriana) fueron trasladados a un predio en el municipio de Yumbo, pues, según las autoridades ambientales, el exceso de población de estos animales doméstico está afectando el ecosistema y la calidad del agua del humedal El Retiro.
”La medida busca preservar la integridad de un ecosistema estratégico de la ciudad, que ha sufrido las consecuencias del aumento de esta especie. Muchos de estos patos han sido abandonados en el humedal y al aumentar su población, consumen los recursos de las especies silvestres y nativas, ahuyentándolas por sus comportamientos territoriales”, explicó Ana María Valencia, bióloga del grupo de Conservación de Ecosistemas del Dagma.
La experta también advirtió que el aumento de los excrementos de estos animales domésticos no solo afecta la calidad del agua, sino que también contribuye al crecimiento excesivo de algas y a la disminución de oxígeno, aspectos esenciales para la vida acuática.
”El objetivo principal de esta acción es cuidar y restaurar la calidad del agua y proteger la biodiversidad nativa, seriamente afectadas por la proliferación de esta especie doméstica en un entorno natural”, añadió Valencia.
Mientras tanto, Mónica Londoño, líder del grupo de Conservación de Ecosistemas del Dagma, remarcó que la fauna doméstica no debe estar en este tipo de ecosistema.
“Traen enfermedades que afectan a la fauna silvestre, nos contaminan las aguas y propician el aumento de algas. En el momento que ellos van picoteando todas sus orillas, pues desestabilizan el humedal porque van consumiendo la capa vegetal, la van dañando y nos causa un gran problema”, señaló.