El próximo martes, 22 de noviembre, se cumplirá la segunda jornada del ‘día sin carro y sin moto’, en Cali, un ejercicio pedagógico que sigue dando de qué hablar en la ciudad.
Mientras algunos sectores como el comercio rechazan la iniciativa, ambientalistas, expertos en movilidad y académicos, dicen que es el camino correcto para crear conciencia sobre el uso otros modos de transporte más amigables con el ambiente.
No obstante reconocen inconvenientes, especialmente en lo que tiene que ver con el sistema de transporte masivo, e incluso individual, tipo taxi, que presentan graves fallas en términos de calidad del servicio y seguridad para los usuarios.
Marcela Navarrete, coordinadora del área de gestión ambiental de la Escuela de Ingeniería de Recursos Naturales y del Ambiente de la Universidad del Valle, sostuvo que sí hay un impacto positivo en la medida en que alrededor de 400 toneladas de CO2 se dejaron de emitir a la atmósfera durante la primera jornada realizada el 22 de septiembre.
“Esto es realmente una cantidad significativa. Lo mismo con el ruido que disminuye considerablemente, alrededor de dos decibeles, pero dependiendo del lugar de la ciudad, podría ser un poco más, lo que mejora la calidad de vida de los caleños”.
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Sin embargo, la experta dijo que no se puede enviar un mensaje contradictorio a los caleños respecto a que mientras se ponen en marcha este tipo de iniciativas para desestimular el uso del carro particular, la Alcaldía permite la compra de permisos para circular en horario de pico y placa, cuando esa medida se creó para aliviar el tráfico.
En cuanto al transporte público, aseguró: “Me atrevería a decir que la infraestructura del transporte masivo se queda corta frente a la necesidad real de la población, no solo en el número de buses sino también de rutas, entonces no hay un uso masivo de este sistema de transporte porque es deficitario”.
Por su parte, Alejandro Sánchez, coordinador del Observatorio Cali Visible de la Pontificia Universidad Javeriana, subrayó que el ejercicio del ‘día sin carro y sin moto’, es fundamental para que una ciudad aprenda a moverse de maneras distintas al carro particular.
Entre los costos asociados con la contaminación están las infecciones respiratorias que este año han ido en aumento en la capital del Valle.
“En este momento podemos empezar a medir los costos asociados a las congestiones de tráfico que ya se están experimentando en algunos puntos del sur, causadas fundamentalmente por el abuso en la utilización de este medio de transporte individual”, expresó.
Propuso pensar en un día sin carro y sin moto, más periódico, que no sea todo el día, mientras la ciudad aprende y se sigue fortaleciendo el transporte público y masivo, porque la solución no es ampliar la malla vial ya que esto solo produciría trancones más grandes.
De igual forma, Paola Cruz, profesora en la misma universidad, recalcó que desde el punto de vista pedagógico es sumamente importante para una ciudad como Cali, altamente motorizada.
Si bien estas jornadas de un día no van a contribuir significativamente en disminuir la contaminación y niveles de ruido, a mediano y largo plazo sí traen beneficios, pero se requiere implementar estrategias novedosas para que la gente no se quede en casa sino que saque su bicicleta, camine o realice otras prácticas de movilidad amigables con el ambiente.
Pero otra cosa opinan los comerciantes de la ciudad que siguen inconformes con la medida, pues consideran que el impacto económico es más alto que los beneficios.
Octavio Quintero, presidente de la Junta Directiva de Fenalco, expresó que el gremio está muy dispuesto a colaborar en la lucha contra la contaminación, pues el planeta lo necesita, sin embargo, considera que el camino no es con restricciones a la movilidad.
Según estiman los comerciantes de Cali, en un día sin carro las ventas se pueden afectar entre el 40% y 70%, dado que muchas personas lo que hacen es dejar de salir, y algunas empresas promueven el teletrabajo.
Expertos dicen que Cali tiene que pensar en un sistema de transporte multimodal
que le permita fácilmente comunicarse con los municipios vecinos.
“Sabemos que tenemos que aportar para tener un medio ambiente sano, pero no todo puede ser basado en restricciones. Son 12 horas, incluso algunas compañías cierran y dejan de producir”.
Agregó que, adicional a esto Cali enfrenta muchos problemas de movilidad porque no tiene un servicio eficiente del MÍO. “El comercio está dispuesto a sentarse con la Administración para diseñar estrategias que permitan reducir la contaminación en la ciudad y que tengan más impacto que el día sin carro”, dijo.
Carlos David García, experto en movilidad, criticó también que aunque en la pasada administración se construyeron 100 kilómetros nuevos de ciclocarriles, estos espacios han sido tomados por las motocicletas y usados para parqueo.
El tema del transporte colectivo y masivo es muy complicado porque falta información general de rutas, mucha gente llega a Cali y no hay tarjetas para la venta. “Entonces, ¿cómo vamos a promocionar un medio al que no tenemos como acceder?”, preguntó.
Se calcula que unos 700 mil vehículos dejarán de circular el martes.
Nuevos análisis
En Cali se mueven alrededor de 800 mil vehículos y de acuerdo con estudios sobre el ruido, el parque automotor es el que más aporta a este tema con un 84,7 %. Asimismo, la contaminación del aire es causada principalmente por fuentes móviles con un 93 %.
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Wilmar Álvarez, líder del Ruido del Dagma, precisó que durante la primera jornada del día sin carro, las mediciones no fueron tan contundentes debido a que la flota del MÍO fue mayor a la que esperaba, así como el transporte de empresas y motocicletas.
En esta oportunidad habrá mayores restricciones para medir con mayor precisión el impacto de la jornada.