La proliferación de una nueva modalidad de establecimientos nocturnos, como son las llamadas “terrazas”, ha generado malestar en la comunidad, que pide a la Administración intervenir estos lugares.

La petición se debe, a la perturbación que les generan estos negocios a los vecinos: por un lado, están los líos de movilidad y, por otra parte, los niveles altos de ruido que acaban con la tranquilidad.

Ana es una caleña que vive en los alrededores del edificio de la Alcaldía.
Ella denunció que cerca de su vivienda se encuentra una de las discotecas en terraza más reconocidas de la ciudad, la cual le estaría generando “daños para la salud mental”.

“En La Pérgola la rumba comienza a las 6 de la tarde y termina a las 3 de la mañana. Son gritos, música a todo volumen, gente cantando y brincando. Es terrible, solo duermo dos horas, de 3:00 a.m. a 5:00 a.m., pues tengo que levantarme a trabajar”, narró Ana.

La líder ciudadana Darschan Ocampo, quien ha denunciado la situación, comentó que “muchos establecimientos se han aprovechado de estos espacios en los que es imposible insonorizar. Nosotros, en el barrio Centenario, oímos el ruido que llega desde el Hotel Faranda, que queda por el Bulevar. Otra cosa es que algunos lugares tampoco tienen el uso del suelo”.

Los sectores en los que más se encuentran las terrazas son el centro y las zonas de rumba, pero ya se han esparcido por toda la ciudad. Algunos de los establecimientos más conocidos son 1060, el Mulato Cabaret y La Terraza Bar.

Ante las denuncias, el director del Departamento Administrativo de Planeación de Cali, Roy Alejandro Barreras, explicó que estos negocios no están permitidos en toda la ciudad, sino en los sectores específicos que el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, indique.

Se trata de las zonas mixtas e industriales, en las que “se supone que no hay residentes” y la actividad económica del expendio y consumo de bebidas alcohólicas en el interior de los establecimientos está regulada.

En Cali, en gran parte de las comunas 2, 3 y 4 se permiten estas terrazas. También en varios sectores de las comunas 5, 6, 9, 17 y 22.

Sin embargo, el director de Planeación aclaró que se debe cumplir con un Esquema de Implantación y Regularización, debido al alto impacto que ocasionan en la comunidad.

“En una terraza a cielo abierto es muy difícil que haya una discoteca porque no tienes cómo mitigar el ruido. No sabemos cuántas hay, no es como si cada una viniera a pedirnos permiso, deben ir a sacar una licencia en una curaduría con su uso de suelo, pero nadie lo hace”, reconoció Barreras.

Para el caso de ‘La Pérgola’, por ejemplo, el lugar se encuentra en un sector permitido, pero no estaría cumpliendo con la reducción del impacto en la comunidad aledaña.

¿Qué hacer ante estos casos?

Si el establecimiento no está ubicado en un lugar permitido por uso de suelo, la denuncia puede ser remitida a la Alcaldía y la Secretaría de Gobierno debería proceder a realizar el cierre inmediato del lugar.

Si el inconveniente es por la perturbación y el ruido, la comunidad puede dirigirse al Dagma o a la Secretaría de Salud Distrital.

Wilmar Álvarez, coordinador de calidad acústica del Dagma, manifestó que este organismo sí ha recibido quejas de la comunidad por las terrazas y que constantemente se realizan operativos para medir su impacto.

“Nosotros hacemos un paralelo entre el ruido con el equipo de sonido encendido y el equipo apagado. Si la comparación me da por encima de tres decibeles, ya podemos iniciar el proceso sancionatorio”, explicó Álvarez.

Sin embargo, es muy complejo hacer estas mediciones, y tal como lo dijo Planeación es difícil que se mitigue el ruido que sale de las terrazas.