Garantizar el acceso de las comunidades rurales a los mercados y a los servicios sociales de primera necesidad debe ser una apuesta regional. Facilitar los desplazamientos a los centros de educación, salud y trabajo contribuye a mejorar las condiciones socioeconómicas de la ruralidad. Además, una mejor conectividad vial fomenta la integración entre los centros de producción, comercialización y consumo de productos, y dinamiza el turismo, lo que aporta a la generación de empleo.
Fortalecer las vías terciarias debe ser prioridad, dada su funcionalidad de conectar corregimientos con cabeceras municipales o corregimientos entre sí. La amplia presencia en el territorio nacional de este tipo de vías también es un factor relevante. De acuerdo con el Plan Nacional de Vías para la Integración Regional 2018 (PNVIR), de los 204.389 km que componen la red nacional, casi el 70% corresponden a vías terciarias.
En el Valle del Cauca esta proporción subió al 78 % según cifras de 2019.
Preocupa que solo el 19% de la red terciaria en Colombia está en buen estado y cerca del 41% es regular, situación que tal vez ha cambiado en los últimos años. Una de las principales causas es la débil continuidad de las inversiones, lo que se atribuye a que cerca del 71% de la red terciaria es responsabilidad de los municipios, que, en general, presentan limitaciones financieras. La concurrencia del nivel nacional y departamental resulta insuficiente dada la cantidad de municipios que requieren cofinanciación.
Lea además: Puente de Juanchito, una obra sin fin: ahora dicen que estará listo en julio del 2023
No podemos perder de vista que las vías rurales tienen presencia importante en las grandes ciudades. Para el caso de Cali, el proyecto “Vuelta de Occidente” busca conectar gran parte de los corregimientos y consolida las relaciones urbano-rurales, favoreciendo el ecoturismo y la comercialización de alimentos.
Es evidente la necesidad de priorizar intervenciones en favor de la accesibilidad de las comunidades, tal cual como lo señala el ODS 9 que hace énfasis en consolidar infraestructuras regionales para el desarrollo económico y el bienestar. Así, establece como indicador central al 2030 la proporción de la población rural que se encuentra a menos de 2 km de una carretera transitable durante todo el año; esta métrica corresponde al Rural Access Index (RAI), del Banco Mundial, que advierte que solo el 35% de la población rural cumple esta condición, y propone que mediante intervenciones costo-efectivas al 2030 se podría pasar al 70% de accesibilidad.
Le puede interesar: Reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, una gran oportunidad para el Valle
Desde ProPacífico venimos trabajando para fortalecer los esquemas de priorización existentes para la red terciaria regional. Basados en planes viales municipales y departamentales se busca profundizar en la relación entre la localización de las poblaciones y los servicios socioeconómicos, con los tráficos esperados, costos y tipos de intervenciones viales. Esto permitirá adelantar gestiones articuladas para proveer una mejor cobertura de los servicios de transporte rurales, promovemos así el crecimiento bajo criterios de equidad y sostenibilidad.
Manuel Reina
Coordinador de proyectos de ProPacífico