Este pereirano de 43 años, que llegó a Cali cuando solo tenía un año de edad, no vacila en confesar que se enamoró de la capital vallecaucana y que se siente un caleño raizal. Por eso, desde su labor, busca recuperar e civismo perdido de la ciudad.
Este pereirano de 43 años, que llegó a Cali cuando solo tenía un año de edad, no vacila en confesar que se enamoró de la capital vallecaucana y que se siente un caleño raizal. Por eso, desde su labor, busca recuperar e civismo perdido de la ciudad.
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Este pereirano de 43 años, que llegó a Cali cuando solo tenía un año de edad, no vacila en confesar que se enamoró de la capital vallecaucana y que se siente un caleño raizal. Por eso, desde su labor, busca recuperar e civismo perdido de la ciudad.