La sensación que tienen muchos caleños es que en lo últimos años la calidad de vida en la ciudad se ha deteriorado. La pregunta que muchos se hacen es hasta que punto se trata de un tema de percepción o si en realidad las cifras y los datos avalan esa sensación.
Un reciente estudio adelantado por el Centro de Pensamiento Libertank que mide el Índice de Bienestar Económico y Social Municipal, Ibesm, en una escala de 0 a 1, donde cero es muy bajo y uno el más alto, ubicó a Cali en la quinta casilla en materia de calidad de vida, entre doce grandes ciudades, con 0.64.
Esta herramienta evalúa el desempeño de los principales municipios de Colombia en términos de economía, sociedad, medio ambiente y política. En ese sentido, señala que la capital del Valle, con un PIB per cápita de 25.508.984 COP, (pesos colombianos), al año y una tasa de desempleo del 12.2%, muestra un rendimiento económico sólido. No obstante, advierte que el IPC (inflación) del 13.3% y la cantidad de empresas privadas per cápita de 0.027 no son satisfactorios.
En cuanto a la parte social, el estudio revela que la tasa de analfabetismo de Cali es del 4.4%, mientras el déficit habitacional es del 14.02% y la tasa de hurto a personas del 3.6%. En estos índices, según el informe, se ha mejorado.
Otra dimensión importante es la ambiental donde la ciudad presenta una excelente calidad del agua (100), no así de la calidad de aire (15) y de las emisiones de CO2 (12.1) que requieren atención.
En el ámbito político, tiene un alto índice de transparencia municipal (72,5), así como un impresionante índice de libertad económica (63,04), aunque el abstencionismo electoral (51,67) es realmente preocupante.
Frente a estos resultados, el Centro de Pensamiento Libertank recomienda que las dimensiones en las que más debe trabajar Cali son: Ambiental y Político, para mejorar el bienestar de sus ciudadanos.
Indicadores que no pasan el examen
Por su parte, Marvin Mendoza, director del programa de Cali cómo Vamos, resaltó algunos temas como educación, empleo y seguridad.
Según dijo, mientras la matrícula para transición, preescolar y jardín aumentó en el 2022, en contraste se redujo el número de matrículas en la educación secundaria y media.
“De hecho se resalta que la cobertura bruta y neta en educación media fue mucho más baja que la de educación secundaria. Esto indica que hay un tema de abandono desde la educación secundaria”, repuso Mendoza.
Pero, a pesar de que en los niveles de prejardín, jardín y transición hubo un incremento en la matrícula, en general durante toda la etapa de educación preescolar, básica y media, se generó una reducción en el número de matriculados en la ciudad.
Este fenómeno también se observa en la tasa de cobertura en educación básica y media que pasó de 74.3% en el 2021 a 73.1% en el 2022.
“En cuanto a la cobertura por niveles académicos, en la media fue de 71.1%, mientras la cobertura en secundaria fue de 81.1%, lo cual muestra que los jóvenes están estudiando hasta el noveno año, pero no están accediendo a décimo y once que sería la educación media”, subrayó.
Según dijo, hay un 20.4% (77.000) de niños, niñas y jóvenes, entre los 5 y 16 años, por fuera del sistema educativo y las cifras van en aumento.
En materia de empleo, si bien ha habido una recuperación después de la pandemia, las mujeres, jóvenes y la población afro presentan la mayor tasa de desocupación.
En el tema de seguridad aunque los índices de homicidios han mejorado, sigue siendo el hurto a personas y especialmente a celulares, uno de los principales problemas en la ciudad. El año pasado fue históricamente el más alto en denuncias con 25 mil reportes y hasta el 31 de mayo de este año iban 9600 denuncias por hurto.
Por su parte, Valeria Troffimof, investigadora del Observatorio de Políticas Públicas, Polis, de la Universidad Icesi, señaló que uno de los retos de Cali es la informalidad.
“Cali es una ciudad de informales en su composición económica. La tasa de informalidad, según el Dane, para el tercer trimestre de 2022 fue del 44.9%, por encima de ciudades como Bogotá o Medellín. Una de las principales razones es la baja acumulación de capital humano en la ciudad. Las bajas tasas de escolaridad conllevan a que sea más fácil laborar en la informalidad”, explicó la experta.
Coincidió con Mendoza en que la seguridad es un problema muy fuerte en Cali, una ciudad que desde finales del siglo pasado es sumamente violenta, teniendo en cuenta que en el 2021 la tasa de homicidios fue de 54.8, mientras la de Bogotá y Medellín fue de 14.7 y 15.7, respectivamente.
“También es una ciudad donde las lesiones personales son altas. Desde 2006, Cali ha sido la primera o segunda ciudad con mayor tasa de lesiones personales por cada 100 mil habitantes, y esto es una muestra de su idiosincrasia violenta y su poca capacidad para resolver problemas de manera pacífica”, conceptuó Troffimof.
De ahí, agregó, la importancia de abordar la seguridad desde una perspectiva social para evitar los transmisores de violencia, especialmente en menores y jóvenes.
Otro reto importante es la movilidad, pues en la encuesta poblacional Calibrando del Polis, encontraron que el MIO ya no es el principal medio de transporte de los caleños que ahora prefieren andar en moto o en vehículo particular, por la eficiencia en el servicio, dado que mientras un recorrido en el sistema dura en promedio 50 minutos, en un transporte pirata es de 27 minutos.
“En el 2015 el 47% de los caleños usaba el MIO, en el 2021 solo el 25% y el año pasado el 35%, esto afecta la operación del sistema por el bajo número de usuarios. Se debe mejorar calidad y cobertura”, enfatizó la investigadora.
Otro tema es el tejido productivo que solo se puede mejorar fortaleciendo el capital humano. En Cali, este tejido está compuesto en su gran mayoría por microempresas que tienen mayores niveles de informalidad, menor capacidad de innovación y menores tasas de supervivencia.
¿Cómo va el Plan de Desarrollo?
El cumplimiento de las metas del Plan de Desarrollo es fundamental para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Sin embargo, la Unidad de Acción Vallecaucana, UAV, informó que a pocos meses de terminar el período de la actual administración, 22% de las metas del Plan de Desarrollo siguen con desempeño crítico y el 10% de ellas no refleja ningún recurso ejecutado.
Según el informe, las dimensiones Social e Institucional tienen avances cercanos al 70% mientras los temas ambientales y económicos no superan el 56%. Adicionalmente, cerca del 25% de los programas reportan cumplimientos inferiores al 50%. No obstante, en relación con el avance acumulado de tres años y tres meses de desempeño, se reporta una eficacia del 65%. Aunque se esperarían avances del 75% solo dos dimensiones alcanzan este nivel: ‘Cali Solidaria por la Vida’ y ‘Cali, Gobierno Incluyente’.
Para Jaime Ahcar, director de la carrera de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, el tema de desempleo reduce la calidad de vida de los caleños, al igual que la seguridad, debido a los homicidios y hurtos, así como los altos precios en la canasta familiar, sumado a una pobre percepción sobre la administración pública. “Cuando el ciudadano siente que la ciudad no va para ningún lado, esto reduce mucho la calidad de vida de los mismos”.
Finalmente, Julio Escobar, jefe regional de Estudios Económicos del Banco de la República, sostuvo que Cali tiene pésimas vías públicas, alumbrado público, excesivo cobro de servicios públicos y de predial, por lo que aseguró: “vivir en Cali es un calvario, tiene la peor calidad de vida en la historia de la ciudad”.