Por Gerson David Hincapié, periodista de Cali

En la sede de la Cruz Roja Valle, las 9 de la mañana es la más hora feliz en diciembre, porque es el momento en que empiezan a llegar todos los jóvenes voluntarios que el 23 de diciembre, en víspera de Navidad, darán una alegría a miles de niños de escasos recursos en Cali gracias a la campaña ‘Un regalo, una sonrisa’.

Ya son las 9 y la puerta se abre, la primera en llegar es Sheilly, una joven de 15 años que vive en el barrio Las Granjas, del oriente de Cali, y que pese a su corta edad, ya asegura estar lista para dejar de recibir y empezar a dar alegrías en Navidad.

— Yo toda la vida he tenido regalos, y ver que hay niños que no pueden tener ese momento de felicidad al abrir así sea un regalo, de verdad es algo que te pone a pensar que, aunque tenemos diferentes oportunidades, por decirlo así, yo tengo el poder de ayudar y hacer algo para que eso cambie para que estos niños tengan sus regalos.

María Paula ayuda cada día a empacar regalos en la sede de la Cruz Roja Valle entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde. Por su colaboración, esta entidad le brinda el almuerzo y el refrigerio. | Foto: El País

Por eso es que, aunque muy temprano, se levanta feliz todos los días de diciembre desde hace cuatro años, ya que empezó a apoyar en la campaña de regalos desde que tenía 11 años.

Algo poco pensado para niños de esa edad, pero ella siempre lo tuvo claro gracias a una tía que también es voluntaria y que la introdujo desde muy chica en ese mundo.

Asegura que estos primeros cuatro años han sido tan solo el inicio, ya que tiene un proyecto social a largo plazo de la mano de la Cruz Roja. “Quiero lograr algún día ya no estar solo como ayudante empacando regalos o en recolección, lo que quiero es tener mucho más poder para hacer más cosas y para ayudar a esta linda campaña desde muy adentro. Esa es mi meta”.

Minutos después que Sheilly entró María Paula al pequeño cuarto de empaque de la sede de la Cruz Roja Valle, ubicado en el barrio San Fernando Nuevo de Cali, al lado de la Clínica Imbanaco.

Ella venía desde más lejos, la había traído su padre desde el norte de la ciudad, donde vive. La misma ruta, pero más corta, que suele hacer durante todo el año, cuando va a la sede del sur de la Universidad Libre, donde estudia Medicina.

Con el fin del semestre, cuenta que muchos de sus amigos universitarios buscan diferentes trabajos para ocuparse en el último mes del año y ganar buen dinero. Ella no, a sus 20 años ya sabe que su diciembre es para enfocarse en ayudar a sacarles una sonrisa a muchos niños.

Jóvenes entre los 13 y los 25 años representan la mayoría del grupo de voluntarios de la campaña. | Foto: El País

— Como es el lema de nuestra campaña, ‘Un regalo, una sonrisa’. Así mismo lo vivimos nosotros el día de la entrega oficial, cuando a los niños se les nota en la cara el agradecimiento de recibir un regalo y que en esa Navidad están recibiendo también una sonrisa. Ellos lo demuestran abrazando, diciendo que muchas gracias, se les nota en el afecto que les dan a las personas la alegría de que están recibiendo el regalo.

Como Sheilly, María Paula expresó que tiene una familia de voluntarios, que la motivan a hacer parte de la campaña y que se sienten muy orgullosos de la labor social que ella hace por la niñez caleña.

“Empecé con la Cruz Roja con 14 años”, sostiene, y agrega que su motivación está en ver la sonrisa sincera en el rostro de los niños cuando reciben esa muestra de afecto, representada a través del regalo.

Como ellas, hay alrededor de 50 jóvenes, principalmente entre los 13 y los 25 años, que hacen parte del equipo de voluntarios que se la juegan en diciembre por la campaña.

Ellos van todas las tardes a los diferentes centros comerciales donde se hace la recolección de regalos, desde las 3:00 p.m. hasta las 8:00 p.m., mientras otro grupo se dedica a envolver en la sede de la Cruz Roja los presentes que se darán a los niños.

Una tarea titánica de tres semanas en busca de lograr la meta de 4000 regalos para este año. “Sin ellos esto no sería posible porque son quienes están en los puntos invitando a la gente, quienes finalmente hacen la labor ardua día tras día de decirles a las personas que donen con toda la amabilidad del mundo y la cordialidad”, así describió su labor Valeria Escobar, representante de la Agrupación de Juventud de la Cruz Roja Valle, grupo encargado de la campaña.

Un grupo de jóvenes, identificados con los logos de la Cruz Roja, los estarán esperando en los puntos de recolección para recibir los regalos. | Foto: El País

Reveló que, aunque tiene toda la esperanza de lograr el objetivo, a la fecha solo se han logrado recolectar 1500 regalos, por lo que pidió la ayuda de todos los ciudadanos para no fallarles a los niños y niñas.

— La invitación es a la comunidad, entidades, empresas y organizaciones para que se pongan la mano en el corazón, esta es una labor que llevamos haciendo hace 15 años en los que hemos hecho felices a muchos niños, una labor que sale desde el corazón. La hacemos con mucha satisfacción cuando sabemos que es el deber cumplido y que se está haciendo el bien, entonces es invitar a la gente a que done su regalo, a que brinden una sonrisa, a que hagan felices a muchísimos niños.

¿Dónde donar?

Los caleños pueden dejar sus donaciones de regalos en los puntos de Clasificados El País: Principal (Carrera 2 # 24-46), y en los centros comerciales Chipichape y Cosmocentro.

También son puntos habilitados las sedes de Los Reblujos de Pati: centros comerciales Cosmocentro, Valle del Lili y Unicentro en la Torre Pasoancho.

La Cruz Roja Valle está recibiendo regalos en su sede principal del barrio San Fernando Nuevo (Carrera 38 Bis # 5-91).

Los promotores de la campaña ‘Un regalo, una sonrisa’ explicaron que no se están recibiendo juguetes bélicos o que inciten a la violencia, como armas o carros de guerra, tampoco peluches, juguetes usados, ropa o útiles escolares.