Un estudio que involucró a más de 600 adultos mayores en Colombia, muchos de los cuales tuvieron una hospitalización reciente o estaban manejando una enfermedad crónica, evidenció que al menos uno de cada tres adultos padece malnutrición. La malnutrición puede tomar muchas formas, incluyendo desnutrición (bajo peso), sobrepeso, obesidad o deficiencias de vitaminas y minerales.
Sin embargo, el estudio realizado por Abbott, una compañía global dedicada a la salud, en asociación con el Hospital San Ignacio, muestra que la malnutrición en los adultos mayores es un problema grave, pero solucionable.
Los participantes que estaban malnutridos o en riesgo de malnutrición se les aplicó un programa de nutrición, que incluía educación nutricional, ejercicio y nutrición especializada durante 60 días.
Los resultados del estudio muestran que la atención nutricional redujo significativamente el uso general de los recursos de atención médica durante 90 días, incluidas las hospitalizaciones, las entradas a unidades de urgencias y a las citas ambulatorias en más del 40 %, lo que significa un ahorro de costos entre 130 y 210 dólares por paciente.
Además, después de seguir el programa de manejo nutricional, más de dos tercios de los participantes tuvieron mejoras en el peso. Más de la mitad de los participantes del estudio mostraron una mejoría en su estado nutricional y en la circunferencia de la pantorrilla, una medida de la masa muscular de las piernas. Los que consumieron nutrición especializada tuvieron casi el doble de probabilidades de experimentar mejoras en su estado nutricional.
De los más de 600 adultos mayores, el 84 % de los participantes mejoraron su bienestar psicológico; el 76 % mejoró su calidad de vida al tener una mejor movilidad y autocuidado (baño, aseo, etc.); el 75 % mejoró la función cognitiva; y el 48 % había mejorado la funcionalidad física.