En el Valle de Aburrá, ya circula una bacteria potencialmente devastadora. Las autoridades sanitarias están trabajando en darle solución a esto y frenar los posibles estragos que podría ocasionar en el sector citricultor. Esto se debe a que se estaría poniendo en jaque a más de 5.000 empleos. Esta alerta comenzó exactamente en el pasado año de 2022, más exactamente en noviembre. Ahí, el ICA realizó muestras de ADN en árboles.
Estos estaban ubicados en parques, avenidas y jardines del municipio de Bello y se pudo confirmar la presencia de la enfermedad de origen chino HLB (huanglongbing). Esta es causada por una bacteria que se transmite por el insecto Diaphorina citri. En aquel entonces, se hizo la erradicación respectiva de la zona que estuvo afectada. No obstante, se dejó la advertencia que esos brotes se iban a intensificar. Hace dos meses, el ICA declaró cuarentena fitosanitaria en el Valle de Aburrá.
Esto se debe a la presencia de HLB. Los investigadores están haciendo todo lo que está a su alcance para evitar que este cruce la barrera natural del Alto de Minas. Esto se debe a que podría bajar hasta el suroeste, el cual causaría desastres en miles de hectáreas que sostienen la producción de cítricos en el departamento de Antioquia y en el país. En el primer reporte oficial, la presencia de la Diaphorina se remonta al año 2008 en nuestro país.
Pese a que no se descarta que haya estado circulando desde antes, en ese entonces los citricultores tenían un desconocimiento sobre la forma de transmisión de la HLB y los grandes estragos que podría causar. En el año 2016, se logró el anunció oficial del hallazgo de HLB en Colombia. Desde esa fecha hasta la actualidad, los investigadores y productores libran una carrera contrarreloj. Esto porque quieren comprender el comportamiento del insecto vector.
Esta bacteria enferma de manera irreversible a las plantas, las altera y mata de manera lenta a las ramas. También las deforma y provoca enanismo en el fruto. Además de eso, también tiende a volver inútiles a sus semillas. La Diaphorina citri encontró en Colombia un territorio próspero para convertirse en plaga. Su expansión potencial no se restringe a las 107.000 hectáreas productivas de cítricos en el país, sino también a otras 400.000 más que no tienen doliente.
Así lo logró explicar el investigador Juan Humberto Guarín Molina. Él es líder del Centro de Investigación La Selva de Agrosavia. Las plantas de la familia de las rutáceas se vuelven hospedajes de este insecto. Ahí se incluyen variedades de árboles que producen naranjas, limones, mandarinas y demás críticos que el país produce. Además de producirlos, el país logra exportar a una veintena de países en el mundo.
Juan Humberto Guarín explicó que Santander, una de las regiones citrícolas, fue declarada en emergencia por la presencia de HLB. Esta bacteria llegó a ese departamento debido al material vegetal infectado. En estos momentos, el riesgo es que viaje por las vías del Nus para llegar rápido al nordeste antioqueño y a su incipiente producción de cítricos. El equipo de Guarín lo que busca es una estrategia para poner un tapón biológico para evitar que penetre el departamento.
El Centro de Investigación La Selva, la cual se encuentra en Rionegro, se montó una planta piloto para producir Tamarixia Radiata. Esta es una avispa pequeña que tiene la capacidad de parasitar en los estados inmaduros de la Diaphorina citri. De esa manera se altera su desarrollo. En la planta de 2.000 metros cuadrados se crearon condiciones necesarias no solamente para producir rutácea, hospedero del insecto vector, sino la avispa que le hace control biológico.
Debido a esto se han podido liberar más de miles de avispas Tamarixia en zonas importantes del país. Solamente en Antioquia se liberaron 60.000 en San Roque, Vegachí, Yalí y Yolombó. Esto se debe a que en estas zonas están expuestas del ingreso de material vegetal contaminado desde Santander. Otras 140.000 Tamarixias fueron liberadas desde Barbosa hasta La Estrella, las cuales hacen parte de ese plan de contención biológica.
En esas zonas donde se hizo la liberación, se muestra el control de la Diaphorina del 95 %. El departamento de Antioquia tiene una capacidad de volumen de producción cercana a las 140.000 hectáreas de cítricos al año. Se considera que tiene el mejor rendimiento del país con más de 25.000 kilos por hectárea. Lo que se estima es que las personas que indirecta o directamente se benefician de toda la cadena citrícola, rondan las 5.000. Esto convierte al HLB no solo en una amenaza sanitaria, también en una económica y social en grandes cantidades.