Dar vida jurídica nuevamente al partido político con el cual se impulsó en la década de los noventa para ganar la Presidencia de la República en 1998, la Nueva Fuerza Democrática, es lo que quiere en este 2023 el expresidente Andrés Pastrana Arango.

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En tal sentido, el jefe político que gran parte de su vida ha estado militando en el Partido Conservador, pero del cual se distanció de manera definitiva desde mitad del año pasado cuando sus mayorías apoyan al presidente Gustavo Petro, le hizo la solicitud de que le retorne la Personería Jurídica al Consejo Nacional Electoral, CNE.

Pastrana con la Nueva Fuerza Democrática eligió en su momento en 1991 a nueve senadores entre ellos a Efraín Cepeda, Claudia Blum y Eduardo Pizano de Narváez entre otros, en una lista que él lideró hasta que se retiró para ser candidato presidencial en 1994.

Ahora Pastrana, considera que “frente a la tragedia que vive nuestro país, la Nueva Fuerza será una opción genuinamente democrática, diametralmente opuesta al delirio totalitario del presente gobierno y a su coalición de políticos mañosos y partidos fletados”.

Para Pastrana, la Nueva Fuerza Democrática será un partido de manos limpias y con realizaciones concretas para sacar adelante los retos que tiene el país en materia de paz, medio ambiente, justicia social, educación, defensa de la propiedad privada y garantizar un apoyo a los emprendedores y empresarios que generan empleo.

Incluso ya se podría tener claro algunos de los pesos pesados que acompañarían a Pastrana en el reencauche de la Nueva Fuerza Democrática, la exvicepresidente de la República, Marta Lucía Ramírez, el expresidente del Partido Conservador Omar Yepes y el exsenador José Darío Salazar, entre otros.

En un comunicado leído, Pastrana señaló además que “para la Nueva Fuerza Democrática la paz a medias y los pactos totales con las organizaciones criminales del narcotráfico no son paz real sino entrega del estado colombiano a las mafias. Desde la Nueva Fuerza enfrentaremos sin contemplaciones al narcotráfico, cáncer que corroe a Colombia, desangra a sus gentes y corrompe sus instituciones”.

Considera además que “las verdaderas mayorías que se expresarán en las elecciones venideras ni coinciden ni coincidirán con los desmanes totalitarios, la destrucción de las instituciones, la complicidad con la corrupción y el crimen, y el desmonte de los grandes logros sociales de la economía y el bienestar ciudadano”.