En medio del luto y la conmoción que el país ha estado atravesando esta noche del jueves, 16 de mayo, a causa del asesinato del director de la cárcel La Modelo, de Bogotá, coronel Elmer Fernández que se registró en la calle 80 con carrera 30, se conoció un pronunciamiento del jefe de la banda criminal de La Inmaculada, Andrés Felipe Marín Silva, alias Pipe Tuluá, quien negó cualquier tipo de responsabilidad con este hecho criminal.
“Nuestra organización no tuvo nada que ver con el asesinato ocurrido el día de hoy”, señala uno de los apartes del comunicado enviado por MAGO y en el que de manera cínica aseguran que “siempre asumimos nuestros actos, ante la opinión pública y autoridades competentes”.
En el comunicado enviado a “nuestros guerreros y hermanos en las prisiones” el grupo delincuencial asegura que se encuentran en diálogos con organismos para el cese al fuego y “frenando cualquier actividad que atente contra la integridad de funcionarios públicos, en especial personal del Inpec”.
“En esta ocasión no tenemos nada que ver con los sucesos y muerte del director de la Cárcel de la Modelo en Bogotá”, concluyeron los criminales en el comunicado.
Por otro lado, cabe recordar que el pasado sábado, 11 de mayo, la revista SEMANA dio a conocer que Pipe Tuluá cuando fue trasladado a la cárcel la Picaleña en Ibagué hace dos semanas, llegó dando órdenes e infundiendo temor entre los funcionarios penitenciarios quien los amenazó en caso de interponerse en sus planes y afirmó que no dudará en tomar “medidas”.
Según la información recolectada por el medio de comunicación mencionado, estas fueron las palabras de Marín al llegar a la cárcel: “Espero que la guardia tenga claro quién soy yo, llegué a mandar, como lo he hecho en todas las cárceles, y espero que nadie se meta en mi camino, porque no me temblará la mano para seguir matando guardianes. No me importa si tengo que matar capitanes, cabos, dragoneantes”.
Pero no solo es la actitud de Pipe Tuluá la que ha prevenido a los guardias del Inpec, según SEMANA, en realidad ha prendido la alerta de los guardianes son los privilegios con los que, al parecer, cuenta y que están en contra de las normativas del centro de reclusión. Aparentemente, el ingreso de algunos artículos se aprobaron por medio de una solicitud de seguridad, ya que el recluso considera que su vida está en riesgo.