Un vuelo de la aerolínea Avianca que cubría la ruta entre Bogotá y Madrid, España, tuvo que aterrizar de emergencia en horas de la tarde del pasado jueves, 31 de octubre de 2024, debido a una dificultad técnica que el avión sufrió durante el recorrido entre ambas ciudades.
Tras la emergencia, se conoció que el avión presentó una despresurización en la cabina del avión, es decir, la cabina perdió presión de aire. Justo cuando la aeronave volaba sobre el océano atlántico, las alarmas advirtieron sobre la disminución de la presión en la cabina.
Ante esta contingencia, el piloto tomó las medidas de precaución necesarias, entre ellas notificarle a los 250 pasajeros a bordo cuál era la situación. Una vez los viajeros se enteraron, debieron seguir las instrucciones de la tripulación y conservar la calma, mientras se lograba el aterrizaje de emergencia.
Teniendo en cuenta los protocolos establecidos, en estos casos, las mascarillas de oxígeno con los que está equipada cualquier aeronave se despliegan de manera inmediata. Esto es clave para que los pasajeros logren respirar con normalidad, mientras el piloto lleva a cabo las maniobras requeridas para aterrizar en el terminal aéreo más próximo.
Gracias a la coordinación entre el capitán con la torre de control, el vuelo AV46 de la aerolínea Avianca pudo desviarse hacia el aeropuerto de Ponta Delgada, en las Azores, Portugal. Una vez allí, la aeronave fue inspeccionada, pero, además, los pasajeros recibieron asistencia oportuna.
Por fortuna, los nueve miembros de la tripulación y los 250 pasajeros no tuvieron complicaciones de salud, lo que evidenció la efectividad de los procedimientos realizados por la tripulación durante el control de la emergencia.
Finalmente, la aerolínea colombiana dio a conocer que los pasajeros fueron reubicados en otro vuelo hacia el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas durante las primeras horas de este viernes, 1 de noviembre de 2024.