El miércoles pasado, el presidente Iván Duque y el ministro de Salud, Fernando Ruiz, firmaron un memorando de entendimiento con la farmacéutica Inovio para la realización de pruebas de fase 3 de una vacuna contra el covid-19 y la posterior producción de vacunas en el país.
Este acuerdo, que es un nuevo intento del país por involucrarse en la producción de vacunas contra el covid (Colombia ya ha participado en ensayos con otras farmacéuticas), le podría permitir recuperar su capacidad de producir vacunas, que perdió desde hace ya veinte años, y, además, hacerlo con una tecnología novedosa, sin agujas y de fácil acceso, en comparación con otras vacunas que ya están en el mercado.
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Kate E. Broderick, Ph.D. vicepresidente Senior de Investigación y Desarrollo de Inovio y encargada del equipo que trabaja en la creación de la vacuna de ADN, explicó a Colprensa los objetivos que persigue la empresa en su alianza con Colombia.
Colombia, según Broderick, es un lugar estratégico para llegar a otros países de Latinoamérica que no han tenido facilidades para vacunar a su población de manera eficaz.
“Estamos muy honrados de poder participar en los ensayos clínicos en Colombia y es un gran privilegio para nosotros poder estar aquí y poder traer nuestra vacuna al país donde creo que hay una verdadera necesidad de que las personas tengan acceso a las vacunas y haciendo estos ensayos clínicos ahora nos permite poder desarrollar una vacuna que tenga la habilidad y capacidad de ser más asequible para todos en el mundo no solo las personas en países más desarrollados”, expresó la doctora.
Y agregó: “hay muchas otras vacunas disponibles para el covid-19 y el mundo está muy agradecido con todo lo que hay y se ha avanzado hasta ahora; en los países más pobres sólo 2% de la población en esos territorios han recibido la vacuna”.
Colombia no es ajena a esta falta de acceso a la vacuna. Aunque el país superó precisamente esta semana los 20 millones de esquemas completos de vacunación, aún falta por llegar a más del 50% de la población, en especial en zonas rurales. El hecho de que esta vacuna no requiera refrigeración, es un factor favorable.
“No necesitan ser congeladas y eso es muy importante porque así podremos transportarla a lugares más diversos geográficamente y donde pueden acceder más personas”, explica Broderick. Reducir costos y mejorar los métodos de distribución son aspectos fundamentales en las próximas fases de vacunación.
En los ensayos de la fase tres, la vacuna se aplicará a personas mayores de 18 años, exceptuando mujeres embarazadas. Cuando concluya esta fase, se podrá también analizar aplicación a menores de edad y a mujeres embarazadas. Los primeros ensayos de la vacuna se llevaron a cabo en Corea del Sur y China.
Una de las características claves de la vacuna, en la que la compañía trabaja con apoyo del Instituto Wistar y las universidades de Pennsylvania, Texas, Fudan y Laval, es que se trata de un medicamento desarrollado a partir del ADN, una tecnología en la que la farmacéutica se ha especializado.
Científicos del laboratorio explican que este tipo de medicamentos de ADN "se pueden administrar directamente a las células del cuerpo a través de un dispositivo inteligente patentado para producir de manera segura una respuesta inmune sólida". Es decir, es aplicada sin agujas. El dispositivo se adhiere a la piel y envía información genética en dos dosis de 2,0 miligramos cada una, es decir, una pequeña proporción del líquido entra en la piel y se distribuye en el organismo.
Al igual que las vacunas de ARN, como las de Pfizer/BioNTech y Moderna, el medicamento transmite información genética al organismo que le enseña a reconocer el virus y combatirlo.
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Según la experta, “fue una decisión muy estratégica para nosotros elegir Colombia tanto por su ubicación geográfica y el acceso a centros de investigación clínica que hay aquí en el país. Es claro que en América Latina hay mucha disparidad entre personas que tienen la vacuna y las personas que no y lo que queremos hacer es que todos puedan tener acceso a las vacunas si lo desean”.
Sobre el hecho de que el desarrollo de esta vacuna sea liderado por una mujer, como ocurrió también con otras vacunas como la de Oxford/Astrazeneca, afirma: “Ha sido maravilloso tener la posibilidad de mostrarle a otras mujeres y niñas o jóvenes que no se necesita y no se debe ser un hombre para ser un científico talentoso y espero que quizás esto inspire a otras mujeres y jóvenes para estudiar una carrera en ciencias”, dice Broderick.
En general, las mujeres han tenido una participación muy importante en la lucha contra el covid.