En los últimos días se han registrado varios movimientos telúricos en Colombia, que han generado preocupación entre la población. Que en el país se presenten este tipo de eventos no es de extrañar, puesto que Colombia, según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), está localizada en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo cual es un país sísmicamente activo.
El Cinturón de Fuego del Pacífico es un área de unos 40.000 km que abarca zonas como los Andes en América del Sur, la costa oeste de México y Estados Unidos y Japón, y que es donde se registra la mayor actividad volcánica del planeta. En esta franja ocurren cerca del 90 % de los terremotos que se presentan en el planeta.
En el Cinturón o Anillo de Fuego se encuentran varias placas tectónicas —losas macizas de la corteza terrestre que están en movimiento— como la inmensa placa del Pacífico y las de Filipinas, Juan de Fuca, Cocos y Nazca. Estas placas están en movimiento continuo y cuando se encuentran con las placas continentales, chocan y una se mete debajo de otra, en un proceso que en Geología se denomina “subducción”, se pueden producir erupciones volcánicas y terremotos que afecten los territorios.
En el Cinturón de Fuego del Pacífico han sucedido algunos de los peores terremotos de la historia reciente, incluidos los de Chile de 1960 y 2010, el de Alaska de 1964 y el de Japón de 2011. También el que produjo el tsunami devastador del océano Índico en 2004.
El riesgo en Colombia
Según estimaciones del Banco Mundial, el 86 % de la población y el 44 % del territorio colombiano se ubican en zonas de amenaza sísmica media y alta. Ante esa realidad, Héctor Julio Fierro Morales, director general del Servicio Geológico Colombiano, recalca que “es muy importante subrayarles a los ciudadanos que Colombia tiene una historia sísmica. No podemos predecir ni enfrentarnos a la energía de la naturaleza que se expresa mediante sismos, pero sí podemos tomar medidas como garantizar que las edificaciones tengan una construcción sismorresistente”.
En Colombia persisten desafíos para lograr viviendas de calidad, resistentes a los movimientos telúricos, principalmente por la proliferación de construcciones informales. Como consecuencia, millones de colombianos ocupan viviendas vulnerables a todo tipo de fenómenos como terremotos, lluvias, incendios, deslaves e inundaciones.
Según estudios realizados por la empresa Etex Colombia, hay cuatro factores a tener en cuenta a la hora de establecer si una construcción es segura, con el fin de reducir el riesgo de colapso. Estos factores son:
1. Diseño, construcción y supervisión de la obra: el primer paso, antes de construir, es buscar la asesoría de un arquitecto, quien se apoyará en ingenieros y personal calificado para la planificación, diseño, supervisión y ejecución del proceso constructivo.
2. Calidad del suelo: ciertas construcciones corren el riesgo de colapsar ante un movimiento sísmico porque no se realizó el respectivo estudio de suelos. Esta acción permitirá identificar qué tan estable es el terreno donde se construirá una edificación. En Colombia se levantan casas en sitios de alto riesgo, principalmente en zonas de ladera o próximas a ríos.
3. Sistemas de construcción: es importante verificar que la vivienda se construya cumpliendo las recomendaciones técnicas. En caso de sismos, es preferible tener muros livianos y flexibles que muros pesados y rígidos. Un sistema ligero pero resistente como el panel de yeso disminuirá los efectos del movimiento.
4. Tipos de materiales: se deben utilizar materiales que cumplan con las normas técnicas correspondientes, con estándares de calidad que garanticen su seguridad y la de su familia. Los paneles de yeso, cuya utilización han venido en aumento en el país, son muy aconsejables en zonas de alta sismicidad, ya que son livianos, resistentes y aportan aislamiento térmico y acústico.