Luego de que el Gobierno de Estados Unidos anunciara que suspendió el monitoreo de cultivos de coca en Colombia, la Embajada colombiana en el país norteamericano se pronunció y ratificó que están redoblando esfuerzos para la lucha contra las drogas.
La Embajada se refirió a este tema que ha causado varios comentarios en el país, y por medio de un comunicado no afirmó ni desmintió el hecho de que se haya suspendido el monitoreo a los cultivos de coca.
“Colombia y Estados Unidos son aliados estratégicos en la búsqueda de soluciones al problema de las drogas y hacia la construcción de paz en Colombia. La estrecha colaboración fruto de nuestro trabajo bilateral, basada en la confianza y el mutuo compromiso, es fundamental para lograr este objetivo compartido”, dijo la Embajada en un comunicado.
Además, manifestó que esta lucha es abordada desde diferentes aspectos por los dos Gobiernos, concentrados en el daño que causan las drogas en las personas y todo lo que se deriva de su tráfico.
“En línea con estos principios, el presidente Gustavo Petro propone una nueva política de drogas en Colombia, que busca reducir las vulnerabilidades asociadas a la producción y uso de sustancias psicoactivas, así como las capacidades de las organizaciones multicrimen”, dijo el cuerpo diplomático.
En ese sentido, indicó que la lucha conjunta entre los dos Gobiernos otorga estabilidad y progreso en la región, y que “bajo el principio de responsabilidad compartida, estamos redoblando esfuerzos para desarticular las redes criminales relacionadas con el tráfico de drogas ilícitas fomentando la seguridad, el desarrollo social inclusivo y la protección del medioambiente”.
El anuncio del Gobierno de Estados Unidos
Fuentes oficiales de la Casa Blanca y el Departamento de Estado confirmaron que el monitoreo se interrumpió hace meses y aún no se ha reanudado.
Esta decisión sorprende, especialmente, después de que Estados Unidos informara el año pasado sobre el descubrimiento de aproximadamente 234.000 hectáreas de cultivos ilícitos en Colombia, la segunda cifra más alta en la historia del país. Estos resultados alarmantes casi llevaron a la descertificación de Colombia en su lucha contra las drogas por el expresidente Donald Trump, quien argumentó que el aumento reflejaba la falta de eficacia de los planes de erradicación.
Entre las razones citadas por Estados Unidos para suspender el monitoreo se encuentra su interés en enfocar esfuerzos en el combate de otras drogas que afectan su territorio, como el fentanilo, que, según cifras oficiales, cobra la vida de alrededor de 100.000 estadounidenses cada año. Por lo tanto, la producción de coca pasaría a un segundo plano en su agenda.
Se ha revelado que la decisión también se basó en los costos elevados de llevar a cabo este estudio, que implica la participación de instituciones como la CIA, además del uso de equipos satelitales para inspeccionar las regiones de Colombia y comparar los cultivos detectados con los resultados del año anterior para determinar el aumento o disminución de las hectáreas ilícitas.
Aunque la ONU realiza un estudio similar, Estados Unidos ha decidido no tenerlo en cuenta a la hora de tomar decisiones e implementar estrategias, prefiriendo confiar en sus propias evaluaciones. Además, el Congreso estadounidense sólo validaba las estadísticas emitidas por la CIA para aprobar los fondos anuales destinados a la erradicación de los cultivos de coca en Colombia.
La decisión de Estados Unidos ha generado preocupación en las relaciones con Colombia. Recientemente, Mario Díaz-Balart, presidente del subcomité de apropiaciones para operaciones en el extranjero del Congreso de Estados Unidos, solicitó congelar la ayuda al país debido a lo que considera un desempeño deficiente en la lucha contra las drogas. Además, esto podría tensar las relaciones diplomáticas entre las administraciones de Biden y Petro, ya que el presidente colombiano ha expresado abiertamente que el desempeño del país no debería medirse únicamente en función de las hectáreas ilícitas cultivadas.
En consecuencia, según informes del diario El Tiempo, Estados Unidos seguirá el monitoreo realizado por la ONU mientras actualiza sus sistemas de observación, que se han vuelto obsoletos y requieren una importante inversión de recursos. Por su parte, Kevin Whitaker, alto asesor para el Atlantic Council y exembajador de Estados Unidos en Colombia, considera que esta decisión puede ser considerada un error de la Casa Blanca en su lucha contra las drogas.