La revista SEMANA reveló que un total de 18 uniformados del Ejército fueron sancionados y retirados de las tropas, esto tras el escándalo de las amenazas y amedrentamiento por parte de los soldados contra la población civil de Tierralta, Córdoba.
Así lo confirmó el comandante del Ejército, el general Luis Ospina, quien dio la noticia en las últimas horas del retiro de ocho militares relacionados con los actos de violencia en la vereda Bocas del Manso en Tierralta. Cabe recordar que en días anteriores ya habían sido apartados, al parecer, los 10 soldados que aparecieron en los videos de las intimidaciones.
Los coroneles implicados son el comandante de la brigada 11 José Edilberto López, el coronel de operaciones, así como el comandante del batallón 33 Junín.
También fueron sancionados el segundo comandante del batallón Junín, dos sargentos mayores, el oficial de operaciones, para finalizar 8 soldados.
Adicionalmente, se informó que otros 13 soldados más serán reubicados a unidades militares en Cundinamarca mientras se establece algún tipo de responsabilidad.
“Se ordenó el traslado de 13 soldados profesionales a unidades en las que no realizarán actividades operacionales ni de inteligencia, y cumplirán labores administrativas y servicios de régimen interno, en tanto se definen los procesos de investigación activos”, informó Ospina.
“Lo registrado en los videos y los resultados de la inspección determinaron que los procedimientos efectuados fueron totalmente contrarios al actuar institucional, trasgrediendo las normas, las leyes y la doctrina militar, al realizar actos inapropiados en contra de la población civil, emplear prendas no autorizadas, cubrirse el rostro, usar inadecuadamente las armas de la República, entre otros aspectos tácticos militares”, puntualizó el comandante del Ejército.
¿Por qué se hicieron pasar por delincuentes?
Según versiones entregadas por algunos militares a SEMANA, la orden de disfrazarse de un grupo criminal y amedrentar a la población civil fue de un sargento de apellido Aldana. Esto, al parecer, con el propósito de realizar un allanamiento para encontrar armas, caletas y droga del Clan del Golfo.
Por otra parte, se sabe que el general Óscar Leonel Murillo, comandante de la Séptima División, y quien estaba al mando de la intervención en Tierralta, seguirá en el cargo por el momento.
Los polémicos hechos
El país se llenó de indignación el pasado 11 de septiembre, cuando varios videos se hicieron virales en redes sociales, en las imágenes se podía ver cómo un grupo de al menos 10 hombres armados llegaron hasta sus casas, para posteriormente amenazarlos y hasta golpearlos.
Los hombres, que cubrían sus rostros con pasamontañas y pañoletas, manifestaron ser parte del frente 5 de las Farc, pero a los pobladores de la zona no les convenció su actuar y pidieron que se identificaran, a lo que los hombres respondieron con amenazas y apuntando sus armas.
Todo esto quedó registrado en grabaciones, las cuales permitieron iniciar una investigación, la cual por ahora está dando como resultado la salida de 18 uniformados.
¿Qué medidas ha tomado el Ejército?
Tras este bochornoso suceso, Córdoba, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, el general Helder Giraldo, emitió una serie de ordenanzas para todas las unidades militares.
De acuerdo con el general Giraldo, lo que ocurrió en Tierralta es inaceptable. “No podemos permitir más escándalos mediáticos que afecten a nuestra institución ni a nuestro país. Las Fuerzas Militares son una institución sagrada y todos los comandantes a todo nivel tienen la responsabilidad de salvaguardar la legitimidad de la fuerza que representamos”.
“Debemos utilizar todas las herramientas disponibles, como la inteligencia o los recursos que nos permitan tener un panorama lo más claro posible del área de operaciones, minimizando el riesgo. Proteger la vida de nuestros soldados es un deber de todos los comandantes. (...) Las condiciones climáticas pueden afectar significativamente el desempeño de nuestras fuerzas, por lo tanto es esencial que se tenga en cuenta este aspecto durante las etapas de planificación y ejecución de las operaciones”, indicó el general Giraldo.
Esto con respecto sobre que los altos mandos deben estar pendientes del accionar de sus subordinados.
“Los comandantes debemos establecer una intención clara, tareas clave y un estado final deseado en cada acción u operación que ordenemos. Además de desarrollar una constante evaluación antes, durante y después”, dijo.