Luego de que el pasado lunes 15 de mayo se encontrara la avioneta desaparecida en el Guaviare con los cuerpos sin vida de siete de pasajeros, los socorristas que atienden esta emergencia aseguraron que mantienen las esperanza de que todavía haya sobrevivientes, pues algunas pistas revelan que varias de estas personas podrían estar deambulando por la selva.
Lo anterior porque recientemente encontraron un tetero y una fruta mordida, situación que dio indicios sobre la posible ubicación de los ciudadanos. Ante esta sospecha, uniformados de las Fuerzas Militares llegaron hacia el lugar donde cayó el avión y ahí encontraron tres cadáveres.
Así entonces, de acuerdo con las autoridades, entre las latas identificaron sin vida a Hernando Murcia Morales, piloto de la compañía Avianline Charter’s, quien alcanzó a reportar las fallas del motor y declaró la emergencia ante la torre de control. No obstante, por el momento se desconoce la identidad de las otras dos víctimas.
En las investigaciones de la Aeronáutica Civil, también se pudieron evidenciar otras huellas que dan esperanza de vida a los organismos de socorro que están siendo parte de este operativo, que tiene lugar en la zona boscosa de la vereda Palma Rosa del municipio de Solano, Caquetá.
“Los comandos de las fuerzas especiales encontraron en los alrededores un bolso abierto, cosméticos, calzado y elementos que darían pistas y esperanzas para continuar tras el rastro de otras cuatro personas, quienes al parecer son menores de edad, entre ellos un bebé”, se lee en un comunicado.
Cabe mencionar que a pesar de los esfuerzos, la búsqueda ha sido compleja porque el mal tiempo ha predominado en el sector con fuertes lluvias y tormentas eléctricas. No obstante, se han dispuesto de más tropas y varios perros expertos en este tipo de labores.
Por su parte, el presidente de la República, Gustavo Petro, dio la orden de desplegar los recursos que sean necesarios para dar con el paradero de los desaparecidos, pues por el momento se mantienen dos hipótesis: una de ellas, que fallecieron en medio del colapso, y la segunda, que están caminando sin rumbo por las montañas.
De esta manera, el mandatario de los colombianos señaló que “por aire y tierra debe buscarse a los niños desaparecidos en el accidente de la avioneta en el río Apaporis”. En la jurisdicción de este afluente se persiguen los pasos porque fue la última coordenada que emitió la aeronave antes de caer.
Cabe recordar que esta pesadilla empezó el 1.° de mayo, cuando el piloto recibió el visto bueno para despegar desde el aeropuerto de Araracuara hacia San José del Guaviare a las 6:03 a. m. Sin embargo, no contó con que se encontraría con este fatal desenlace, a pesar de haber notificado, durante el trayecto, la aparente falla del motor.
Así las cosas, sobres las 7:34 a. m., se declaró en emergencia y fue en ese mismo tiempo, cuando se perdió del radar. Aunque los Servicios de Búsqueda y Salvamento de la Aerocivil recibieron una señal electrónica que daba cuenta de la ubicación: “175 kilómetros al sur de San José del Guaviare”. Al parecer, sobre el río.
De igual forma, se conoció que el avión tipo C206 de matrícula HK 2803 comenzó a volar desde el 30 de abril entre la ciudad de Villavicencio y San José del Guaviare. El despegue fue a las 8:03 a. m. y el aterrizaje a las 9:20 a. m.
Posteriormente, se dirigió hacia Carurú y más tarde retornó a la capital del departamento; también salió hacia La Chorrera y Araracuara, donde permaneció toda la noche, y a las 6:30 a. m. del primero de mayo inició el retorno hacia San José del Guaviare.
En este último viaje iban Magdalena Mucutui Valencia, Lesly Jacobo Bonbaire, Solecni Ranoque Mucutui, Noriel Ronoque Mucutui, Cristian Neryman Ranoque Mucutui, Mendoza Hernández y Hernando Murcia, quien tenía a cargo el recorrido de la aeronave.