El tradicional desfile de años viejos que se realiza en Pasto cada 31 de diciembre, como antesala al Carnaval de Blancos y Negros, generó una polémica que todavía no cesa y bordea la línea entre el humor y el irrespeto.
La gran mayoría de las 38 propuestas participantes que desfilaron hicieron una burlesca alusión al presidente Iván Duque y al senador y exjefe de Estado, Álvaro Uribe.
Las figuras, en las que el actual Mandatario de los colombianos fue representado como un cerdo o un títere manejado por Uribe, tenían nombres como: ‘I.V.A.N un presidente impuesto’, ‘en puerco ajeno’, ‘de la Casa de Nariño, lechona para mi Nariño’, ‘con Duque no hay quien se eduque’, ‘en tierra de ciegos, el puerco es rey’.
La controversia fue, en parte, atizada por el caricaturista Julio César González, ‘Matador’, quien desde sus redes sociales publicó varias de estas imágenes promoviendo un concurso para que sus seguidores votaran por la mejor.
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Quien pronto mostró su indignación fue el senador por el Centro Democrático Carlos Felipe Mejía, que reprochó que este tipo manifestaciones se expresen en eventos culturales.
“Lamentable que un desfile típico de una región, como el de años viejos en Pasto, lo hayan convertido en una muestra de odio y calumnias contra un Gobierno que lleva pocos días y que está tratando con todas sus fuerzas de recuperar al país del desastre y corrupción que nos dejó Santos”, escribió Mejía en su cuenta de Twitter.
Ante ello, el gobernador de Nariño, Camilo Romero, le respondió por la misma vía que “lo lamentable es no conocer a los pueblos, no entenderlos, no sentir y ser como ellos. Senador, acá en el Sur el pueblo es libre y más en carnaval. El desfile de años viejos es para eso, para que el pueblo se exprese. Y la libertad de expresión se respeta, así no les guste”.
El episodio levantó de nuevo la discusión sobre si estas manifestaciones atraviesan el límite del respeto.
Para el experto en marketing Pedro Viveros, los carnavales en cualquier lugar del mundo son escenarios para que las personas afloren sus críticas a la sociedad “de una manera cultural”.
“Ellos tienen el derecho de hacer todas las manifestaciones, se trata de una expresión cultural porque el personaje del momento es el Presidente de la República. Incluso, he visto que la figura de la que más se burlan en este carnaval es de Simón Bolívar y no he oído a nadie que se haya puesto a defenderlo”, señaló Viveros.
El analista se refirió además al senador Mejía, de quien dijo que en toda su carrera política lo que más ha hecho ha sido atacar a las mujeres y la labor del mandatario anterior Juan Manuel Santos.
“Cuando vi al señor Mejía pidiendo respeto, me llamó la atención porque hay que decir que el respeto se gana, no se exige. Él no es la persona más habilitada para pedir respeto. Lo podría pedir el Presidente, que es un señor que ha sido transparente y juicioso, pero el mensajero que escogieron para pedir respeto no se lo ha ganado”, expresó el experto.
Por su parte, el caricaturista Mario Hernando Orozco, Mheo, dijo que estas manifestaciones le parecen de “mal gusto”, sin embargo, respeta la expresión de un sentir popular.
“En lo personal, me parecen pasadas las burlas contra el Presidente, me parece que ahí se vuelven difusos los límites de hasta dónde llega el humor y dónde empieza el mal gusto”, indicó.
Agregó que “eso que pasó en el carnaval es la forma como el pueblo se expresa hacia los gobernantes, es una especie de catarsis. Ese es el sentido de los carnavales, por lo tanto no se deben coartar”.
De igual manera, Orozco consideró que hace falta más autocrítica y tolerancia por parte de los uribistas molestos: “Quienes se pasaron en cuanto a las críticas y al irrespeto al gobernante anterior fueron ellos; se metieron en esa dinámica, entonces deberían guardar silencio frente a esto, ahora que ellos son el Gobierno. Aquí se medirán los niveles de tolerancia y de respeto a estas expresiones y a la libertad de expresión”.
Sobre el tema se pronunció incluso el exjefe del equipo negociador del Gobierno Humberto De la Calle, quien sugirió que el uribismo busca censurar el carnaval de Blancos y Negros.
“Alejandro Ordóñez denunció penalmente a Daniel Samper, Fernando Vallejo y otros. Pedía cárcel por la supuesta irreverencia de una creación fotográfica en SoHo. Defendí sin interés personal la libre expresión. Ganamos. Pero los ataques al Carnaval muestran que toca estar en guardia”, escribió en Twitter.