El problema del tráfico de drogas a gran escala en Colombia es algo que acumula más de medio siglo, desde años antes que iniciaran operaciones los principales carteles (cartel de Medellín y cartel de Cali), y aún hoy en día el narcotráfico sigue golpeando fuertemente a varias ciudades y zonas vulnerables del país.
En la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas que se realiza en Cali y cuya fecha de finalización es este sábado 9 de septiembre, el canciller Álvaro Leyva hizo un fuerte señalamiento sobre la continuidad de este delito en Colombia, indicando que si sigue habiendo gran incidencia es porque sigue habiendo demanda desde el exterior.
“Algo elemental en economía es ‘si no hay demanda, no hay oferta’. Es así de sencillo, pero en Colombia no hay demanda, es decir que los responsables de todo lo que estamos padeciendo en Colombia, o del 80 %, incluyendo la violencia, son los países consumidores”, manifestó el ministro en su intervención.
De este modo, instó a esas naciones altamente consumidoras para que asuman mayor responsabilidad en la lucha contra las drogas, así como mayores compromisos destinados a disminuir la demanda que originan y que permite a los productores en otros países que sigan viendo en este un ilícito rentable.
Sostuvo que lo primero que podrían hacer es destinar una parte de los recursos que invierten en instituciones de control marítimo y territorial para que vaya a políticas de control del consumo.
“Tomé como modelo inicialmente a los Estados Unidos. ¿Cuánto le cuesta al presupuesto federal americano el control de los mares? ¿La DEA, la justicia federal, las prisiones?... Era tal la cantidad de dinero que, si ellos comenzaran a establecer políticas de salud pública, podrían liberar dineros suficientes para hacer un Plan Marshall”, añadió Álvaro Leyva Durán.
Posteriormente, durante el cierre del IV panel de la Conferencia en la jornada de este viernes, el ministro de Relaciones Exteriores resaltó la importancia de construir iniciativas que mejoren la calidad de vida de la sociedad civil, mientras se siguen abriendo espacios de diálogo con los ciudadanos.
Incluso insistió en la necesidad latente de crear una red mundial para la sociedad civil, “para que mundialmente se pueda exigir a todos los estados, a partir de la sociedad, comportamientos de garantías en materia de derechos humanos, naturalmente del control del consumo en los países desarrollados. (...) Nuestro objetivo es ser promotores de la vida, la paz y el desarrollo a través de iniciativas que mejoren la calidad de vida de nuestras comunidades, no solo locales, sino del continente y del Caribe”.
Otro de los ministros que dio sus impresiones sobre la lucha antidrogas en la Conferencia desarrollada en Cali fue Néstor Osuna, dirigente de la cartera de Justicia.
El funcionario reveló que el gobierno del presidente Gustavo Petro va a dar inicio a una nueva política antidrogas para Colombia, la cual se va a ejecutar a 10 años y no puede contemplar simplemente el enfoque punitivo y el prohibicionismo a la clase campesina que en muchas ocasiones ha encontrado en esto el único sustento.
Contrario a esto, se les brindaría alternativas. “Podremos movilizar de las economías ilegales a las legales a 50.000 familias. Llegarle a 50.000 de las 115.000 familias que se espera impactar es solucionar casi el 40% del problema en tres años. (...) si otra actividad le da mejor calidad de vida e ingresos, seguro que se irán a otro lado”, expresó Osuna.
Sostuvo además el ministro que esta nueva política de drogas tiene una ventaja clave y es que fue construida con una enorme participación de los afectados ya que casi 3.000 personas, a lo largo de todo el territorio nacional, hicieron oír su voz para ayudar a la construcción de esta política.