Una alarmante alianza entre estructuras criminales de México y Colombia ha puesto en riesgo a decenas de colombianos, quienes son reclutados bajo engaños para participar en los conflictos internos del narcotráfico. Militares retirados, exguerrilleros y policías colombianos son las principales víctimas de estos grupos ilegales que operan desde Michoacán, epicentro de la violencia en el país azteca.
De acuerdo con documentación reservada y la recolección de testimonios que realizó el diario Semana, los cárteles Jalisco Nueva Generación y Los Viagras, exportadores de estupefacientes, son los responsables de liderar estas operaciones, prometiendo a los reclutados ingresos de hasta 8 millones de pesos mexicanos por cada mes que sobrevivan a los enfrentamientos. Sin embargo, lo que comienza con la oferta de trabajos como vigilantes en plantaciones de cítricos o aguacates, termina en un oscuro escenario de guerra.
Un exmilitar colombiano de 44 años, quien sirvió durante dos décadas en el Ejército Nacional, narró su experiencia tras caer en esta red: “Me entregaron un chaleco, un fusil con proveedores, un bolso camuflado y caminé toda la noche”, relató. Lo que parecía una oportunidad laboral se transformó rápidamente en una confrontación por el control territorial de las economías ilegales.
Intentar escapar no es una opción sencilla. Según su testimonio, “nos reunimos con una gran cantidad de hombres armados. Vi que eso no era bueno. El objetivo era pelear con los otros grupos para recuperar o abarcar más territorio”. En una operación en Michoacán, logró huir tras esconderse en la selva durante días, esquivando drones y sobreviviendo con jugo de limón.
No obstante, otros colombianos no han corrido con la misma suerte del exmilitar que escapó, ya que en episodios de enfrentamientos de estas redes ilegales y las fuerzas estatales de ese país, según datos de la Fiscalía de México, ocho hombres provenientes de Colombia, perdieron la vida al estar presentes en los enfrentamientos. Pese a que la entidad no tiene registro oficial, el sobreviviente reveló que existen fosas comunes, con cadáveres, y entre las víctimas podría haber ciudadanos que fueron engañados como él.
En lo que va de 2024, se han reportado siete desapariciones de colombianos en Michoacán. Tres de ellos han sido identificados como: José Gabriel Sáez, rescatado del cautiverio; Eduban Rodríguez, apareció vivo, y José Fernando Cataño (fue hallado muerto). Además, las autoridades han identificado fosas comunes que podrían contener los restos de víctimas de esta red.
Un informe confidencial señala que estas operaciones están lideradas por personajes como alias “Veracruz”, presunto reclutador de varios de los desaparecidos. Puesto que, familiares de los desaparecidos señalaron en una denuncia que se encuentra en la Fiscalía de Colombia, que sus los desaparecidos fueron contratados por medio de la compañía VIP Logistic Group S. A. S., cuyo domicilio está ubicado en el municipio de Bello, Antioquia, de acuerdo con el registro de la Cámara de Comercio de Medellín.
Una problemática internacional
En noviembre, la Cancillería colombiana denunció otros casos de colombianos involucrados en otros países, siendo partícipes como mercenarios. Acto, que según la entidad, refleja un problema recurrente de participación de connacionales en conflictos internacionales, muchas veces a través de redes de trata de personas. “Tenemos información de colombianos involucrados en guerras como la de Rusia y Ucrania, y en hechos lamentables como el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse”, señaló.
El canciller Luis Gilberto Murillo ha destacado que la falta de oportunidades en el país y la ausencia de programas efectivos para reintegrar a excombatientes son factores clave en este fenómeno. “Colombia no puede seguir siendo fuente de personal para guerra. Nada para la guerra, todo para la paz”, expresó el funcionario anteriormente, frente a otros casos de connacionales que se han visto envueltos en guerras internacionales.