Tres alumnos fueron expulsados del colegio Los Nogales por acosar a un compañero nuevo. La víctima denunció que recibió burlas y agresiones por sus rasgos físicos de forma reiterativa. Aunque el estudiante dejó de ir a clases en noviembre del año pasado, el matoneo continuó a través de chats y llamadas.
Una llamada grupal del 22 de noviembre es la mayor prueba del prestigioso colegio en contra de los tres alumnos de grado octavo señalados de acosar a su compañero. La grabación de la conversación de un minuto y 14 segundos evidencia que los estudiantes insultan a la víctima e incluso amenazan su integridad.
Según el rector del colegio, los padres de la víctima presentaron a la institución pruebas suficientes de que su hijo fue acosado. Los directivos del colegio, por su parte, decidieron expulsar a los tres estudiantes señalados de acosar a su compañero. También la víctima fue llevada a otra institución educativa.
“Dimos inicio a una investigación interna que llevó a la apertura formal de un proceso disciplinario, que siempre tiene un enfoque formativo. Después de haber hecho todo el debido proceso estipulado en nuestro manual de convivencia de escuchar a las distintas partes, de recibir los descargos por parte de las familias involucradas, de pasar por los diversos comités como el comité de convivencia, la decisión del colegio fue hacer una terminación de la matrícula los estudiantes involucrados”, explicó Camilo Camargo, rector del colegio a El Tiempo.
La familia de uno de ellos aceptó la sanción y trasladó al menor a otra institución educativa para que culmine el año escolar. Sin embargo, los padres de los otros dos alumnos expulsados iniciaron un litigio en contra del reconocido colegio.
Los acudientes presentaron dos acciones de tutela en contra de la institución, una queja ante la Personería de Bogotá y ante la Secretaría de Educación. Con estas medidas, las familias buscan reintegrar a sus hijos al colegio, pues alegan que la expulsión fue injusta.
Según los padres de los alumnos expulsados, las agresiones verbales se dieron en respuesta a los supuestos ataques del otro menor. Beatriz Molina, apoderada de las dos familias, dijo a SEMANA que la institución violó el derecho a la educación, a la permanencia en el sistema educativo y a la proporcionalidad.
Mientras tanto, el colegio recalca que los alumnos expulsados violaron el manual de convivencia, “no se vulneró el derecho a la educación del menor y la medida impuesta fue proporcional” a los hechos ocurridos.