Dos audios entregados por Daniel García Arizabaleta, exdirector del Invías, a la Fiscalía General de la Nación, son fundamentales en la investigación que se realiza contra Óscar Iván Zuluaga por los dineros sin reportar ingresados a su campaña presidencial del 2014 por parte de la multinacional brasilera Odebrecht.

En las grabaciones, en las cuales hay conversaciones privadas de Zuluaga con García, el excandidato no solo detalla cuál iba a ser el plan para que los hechos no salieran a la luz, sino que asegura le contó toda la verdad al sacerdote Arturo Uría, mientras se la ocultó a su jefe político, el expresidente Álvaro Uribe.

El excandidato no solo le dijo que no tenía conocimiento sobre las acusaciones que se estaban haciendo en su contra, también le dijo que estaría dispuesto a decir que él sí era culpable si eso permitía que su hijo, David Zuluaga Martínez, quien además fue su jefe de campaña, saliera sin consecuencias del proceso.

Lo único cierto de lo que le dijo Óscar Iván Zuluaga al expresidente Álvaro Uribe es la preocupación que tenía porque su hijo David se librara de las posibles consecuencias del proceso.

“Yo le dije al presidente Uribe, yo no había hablado con él, sino como el día después de la cirugía, nunca más. Fue un encuentro difícil. Fui con mi señora y él estaba con doña Lina, hablando ahí huevonadas, que el partido, que las listas (...). Luego me senté y le hice una descripción de todo lo de Odebrecht. Fue muy difícil, pero fue un momento muy emotivo”, revela Zuluaga en los audios.

Aseguró que se paró de frente al exmandatario y le dijo: “Quiero que a usted le quede claro algo, si tengo que aceptar y decir que hice cosas que no hice, lo voy a hacer para salvar a mi hijo. Quiero que lo tenga muy claro. Para mí no hay ninguna prioridad más grande que salvar a mi hijo y quiero que usted lo tenga presente. Lo que tenga que hacer y lo que tenga que decir. Esa es mi prioridad (...) Fue muy difícil, mi señora estaba sentada y yo lloré, muy difícil, al presidente se le escurrieron las lágrimas. Doña Lina se paró y dijo: ‘hombre, esto es un ejemplo para el país, de su transparencia, de su actuación, de lo que es lo primero en la vida’ (...). Terminamos, me fui para el aeropuerto y él (Uribe) aceptó eso”.

El expresidente y su esposa, Lina Moreno, se mostraron muy conmovidos, según lo que comentó Zuluaga, sin embargo, hoy queda claro que ambos fueron engañados, gracias a los audios revelados por García Arizabaleta.

La razón por la que el exdirector del Invías decidió entregarle a la Fiscalía estas pruebas, en las que sale engañado incluso el expresidente Álvaro Uribe, es sencilla. Ya no confiaba en el excandidato a la Presidencia y los audios le iban a servir como un seguro de vida y contra la justicia, si en algún momento llegaba a ser llamado o imputado por el ente investigador, como efectivamente ocurrió.

Álvaro Uribe Vélez terminó conmovido con lo que le dijo Zuluaga, sin saber que eso hacía parte del plan para ocultar la verdad.

De hecho, sus sospechas se remontaban a poco después de la derrota en la campaña del 2014 debido a que después de que se destapara el escándalo por la financiación de Odebrecht, el abogado Jaime Granados, defensor de Zuluaga, señaló a García de que él era responsable de lo que hubiera podido ocurrir con Odebrecht.

En las grabaciones se escucha la intención de Zuluaga de disculparse con él: “Primero, pedirle muchas excusas con esto de Carolina (esposa de García Arizabaleta, embarazada en ese momento), la afectación, lo de ese momento de Jaime Granados, estas cosas uno no las controla. Puede usted tener la certeza de que le tengo cariño y gratitud”, le manifestó el excandidato.

Pero ya no había nada que hacer, García Arizabaleta no se sentía seguro y por eso decidió realizar las grabaciones. Una vez el Centro Democrático lo abandonó en 2022, cuando quería aspirar al Congreso y después de la imputación de la Fiscalía, simplemente empezó a ser un testigo clave contra el excandidato, a tal punto de tenerlo contra las cuerdas y de tener asegurada su impunidad total. Hoy el exdirector vive en Miami con su familia, sin riesgos que puedan atentar contra ellos.