En medio del marcado ambiente de violencia y confrontación armada que se registra en el Cauca, las comunidades en Popayán participan en la Ruta de la Esperanza, donde portando la cruz, oran a Dios para cambiar ese panorama.
“Ante los horrores que vivimos en El Plateado, El Bordo, Balboa, Santander de Quilichao, como pueblo de Dios nos unimos en oración para pedirle a ese padre creador para que nos ayude a cambiar ese ambiente de violencia, de soberbia de poder, odios e intolerancia, el Cauca merece vivir en Paz y para ello lo primero es poner a Jesús y a su padre de primero”, expreso el párroco de la iglesia Santo Domingo de la capital del Cauca, padre Carlos Hurtado.
Por eso, en este Año de la Esperanza, contemplando esta cruz, los payaneses y caucanos renuevan la fe en Cristo, porque es el “Príncipe de la Paz” como lo platea Isaías en las escrituras sagradas, de ahí que la comunidad de esta zona del país se compromete a ser instrumentos de reconciliación en zona del país.
“Como Peregrinos de la Esperanza, avancemos con fe, amor y alegría, confiando en que Cristo camina con nosotros, de esta manera le decimos adiós a la guerra, le enviamos un poderoso de cambio a esa gente en El Plateado para que cambien de camino, que no necesitamos el odio del poder mal empleado, sino el cambio de los corazones que aceptan vivir en comunidad, desde la diferencia, el amor y el respeto”, agregó el padre Carlos Hurtado, quien explicó que durante este tiempo La Cruz de la Esperanza recorrerá diferentes templos de esta región de Colombia.
La esperanza es que la Cruz esté en las parroquias de Popayán, Coconuco, Puracé y Yanaconas.
Es tiempo de caminar juntos y vivir este jubileo ordinario 2025 en la reconciliación, la conversión y la renovación espiritual, ofreciendo a los fieles la oportunidad de iniciar una vida nueva, como también explicó monseñor Ómar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán al dar inicio a este recorrido, donde los protagonistas son las comunidades, las mismas en cargar La Cruz de la Esperanza durante este recorrido.
“Invitamos a los feligreses agendarse en sus templos para la llegada de la Cruz de La Esperanza, que es símbolo de unión, amor, reconciliación y se identifiquen con el amor de Cristo”, agregó monseñor Ómar Alberto Sánchez Cubillos.
Por eso, La Cruz de la Esperanza está pintada con los cuatro colores del logo del Año de la Esperanza del Vaticano: azul, rojo, amarillo y verde, los cuales representan el pasado, el presente y el futuro, todos reflejando a Cristo como el Señor de la Historia.
Y en esta tierra del Cauca, marcada por el dolor de la violencia y el anhelo de paz, la cruz se levanta como signo de reconciliación y esperanza, recordando las palabras de San Pablo: “Él es nuestra paz, el que de dos pueblos hizo uno solo, derribando el muro de enemistad que nos separaba”, como lo escucharon los asistentes a la misa que este domingo 9 de marzo se celebró en la Iglesia Santo Domingo en cumplimiento de esta Ruta de la Esperanza Peregrina.
“Esta cruz es un llamado a la unidad, al perdón y a la construcción de un futuro en paz para nuestras comunidades. En este Año de la Esperanza, caminamos como Peregrinos de la Esperanza, confiando en que el Señor guiará nuestros pasos hacia la reconciliación y la paz”, acotó el Padre Carlos Hurtado, quien también recordó que esta actividad es un acto de solidaridad con las mujeres, en especial aquellas que buscan superar la violencia de género.