Aún no es claro cuánto tiempo van a permanecer en Bogotá cerca de 4.000 indígenas emberá que llegaron a la ciudad a protestar por los supuestos incumplimientos del Gobierno Nacional a los acuerdos a los que han llegado con ellos.
Líderes de la comunidad indígena han manifestado que esperan ser atendidos por el Gobierno. Si reciben respuesta a sus inquietudes regresarían este viernes 29 de noviembre a sus territorios, y si no, permanecerán en la ciudad varias semanas.
Los miembros de este pueblo indígena exigen garantías de seguridad, acceso a la tierra y soluciones inmediatas ante la crisis de desnutrición infantil que atraviesan.
En la madrugada del martes, más de 60 buses provenientes de Risaralda llegaron a Bogotá, trayendo consigo a un número superior al esperado de indígenas Emberá. Si bien se había anticipado que la movilización incluiría a unas 2.000 personas, finalmente fueron cerca de 4.000 los que arribaron a la capital.
Debido a los esfuerzos de la Alcaldía por evitar su asentamiento en el Parque Nacional, espacio que ya había sido desocupado tras prolongados meses de ocupación por parte de la comunidad, los indígenas se instalaron con carpas en las cercanías de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), a la espera de una respuesta directa del Gobierno.
“Llegamos más de 4.000 indígenas. Permaneceremos el tiempo necesario, lo que se demore nuestro presidente”, comentó el consejero mayor de Risaralda, Marco Fidel Guasarabe, en Noticias Caracol.
¿Por qué volvieron a Bogotá?
El trasfondo de esta nueva movilización radica en las condiciones de vulnerabilidad que enfrenta la comunidad Emberá.
Desde su regreso a sus territorios en septiembre, denuncian que el desplazamiento forzado sigue siendo una realidad debido a la violencia del conflicto armado y que las promesas de ayuda para mejorar su calidad de vida no se han cumplido.
En particular, reclaman soluciones inmediatas ante la alarmante tasa de desnutrición infantil, que ha provocado la muerte de más de un centenar de menores desde 2023.
“Hasta que no nos solucionen, no nos vamos de este lugar”, expresó Lorena Guaquerama, consejera de educación de la comunidad Emberá Chamí, en declaraciones a medios locales.
Las tensiones
El retorno desencadenó, además, un enfrentamiento político entre la Alcaldía de Bogotá y el Gobierno. La administración de Carlos Fernando Galán responsabilizó al Ejecutivo por no cumplir los compromisos asumidos, especialmente en materia de vivienda, salud y educación.
El alcalde manifestó que Bogotá ha colaborado en la atención de los emberá, pero que la solución definitiva recae en el Gobierno. “Esta situación genera un problema en Bogotá, pero la responsabilidad de resolverlo de fondo es del Gobierno Nacional”, afirmó Galán, quien también recordó que existen otros 1.700 indígenas en situación similar esperando ser retornados a sus tierras.
Por su parte, el gobierno Petro señaló que se han abierto mesas de diálogo y que la voluntad de diálogo está vigente, pero los líderes indígenas insisten en que el único interlocutor válido es el presidente, a quien exigen una reunión urgente para abordar sus demandas.
No hay dónde acogerlos
La situación ha revelado también las carencias en los centros de acogida en Bogotá, como las Unidades de Protección Integral (UPI), que enfrentan un creciente hacinamiento y carecen de servicios básicos para atender a las comunidades desplazadas.
La Personería de Bogotá advirtió sobre la crisis social que se está gestando a raíz de la acumulación de población indígena en estas instalaciones, lo que ha sido exacerbado por el caso reciente de abuso sexual a menores dentro de la UPI La Rioja.
En este contexto, la Alcaldía de Bogotá tomó medidas preventivas, como el cierre temporal de accesos al Parque Nacional, para evitar que los indígenas se asienten nuevamente en ese espacio.
“No es responsabilidad de Bogotá”
Sin embargo, el gobierno local también se enfrenta a una creciente presión política por parte de sectores que critican la falta de acción ante la crisis de los pueblos indígenas, un tema que se ha convertido en un punto caliente de debate en el ámbito político nacional.
“Hago un llamado al Gobierno Nacional para que se encargue de asegurar la estadía de esta población en condiciones dignas y garantice su pronto retorno a sus territorios”, expresó Galán en la red social X.
El alcalde precisó que las amenazas de orden público y la situación de desplazamiento que afecta a las comunidades indígenas en departamentos como Risaralda no corresponden a la jurisdicción de la Alcaldía ni a la Agencia Nacional de Tierras, una entidad que, recordó, es de competencia nacional.
“La situación de orden público y la amenaza a poblaciones indígenas en Risaralda no es responsabilidad de Bogotá ni la Agencia Nacional de Tierras es una entidad Distrital”, afirmó Galán.
La situación permanece en un punto crítico, con la comunidad emberá decidida a permanecer en Bogotá hasta ser escuchada por el presidente Petro y obtener respuestas claras sobre sus demandas.
*Con información de Colprensa.