Ese fruto rojo y amarillo, delicia que aquí se conoce como chontaduro, parece que floreciera en las calles de Cali. Su origen es antiguo y más que por su sabrosura, a través de los siglos, ha sido aprovechado como alimento fundamental por indígenas y afrodescendientes.
En la actualidad, muchos investigadores como el profesor Jaime Restrepo de la Universidad del Valle, redescubren a través de la ciencia las bondades nutritivas de este fruto típico de la región Pacífica, el cual podría ser integrado a una dieta muy saludable para todas las personas.
De hecho, “ya en 1975 el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos lo declaró como la fruta tropical más promisoria, debido a su alto contenido en carbohidratos, proteínas, aceites, minerales y vitaminas. Y, a su vez, la Organización Mundial de la Salud dijo que podría convertirse en el cultivo del siglo XXI”, afirma Restrepo.
Recomendado por nutricionistas, fueron los pueblos indígenas los primeros en cultivar y consumir este exótico alimento, del que se ignoran muchos aspectos. De ahí la importancia de conocer su historia para comprender cómo es que hoy representa, tanto la comida de la cultura afrocolombiana, como de la indígena.
Nutritivo y benéfico
De una forma muy empírica los pueblos indígenas y afrodescendientes sabían que consumir chontaduro suplía sus necesidades alimentarias, pero han sido los nutricionistas y científicos quienes recientemente han profundizado en los conocimientos sobre la composición de
este fruto.
“Es un alimento muy completo”, afirma la nutricionista Sandra Patricia Alfaro, al complementar que “el chontaduro es fuente de todos los macronutrientes; tiene proteínas, carbohidratos y grasas de buena calidad. Además, aporta Vitamina A, Complejo B y buena fibra. Es una buena opción para incluir en la dieta, siempre que se cuenten bien las calorías que se requieren, porque se puede decir que tres chontaduros equivalen a un almuerzo completo para una persona promedio”.
En este aspecto, es el profesor Restrepo, especialista en la química de los alimentos, quien ha llegado a importantes descubrimientos sobre las propiedades saludables del chontaduro.
A partir de pruebas científicas, como la resonancia magnética nuclear protónica (RMNP) realizadas en el Laboratorio de Análisis Industriales de la Universidad del Valle, se han observado a nivel molecular los compuestos de este alimento y comprobado mediante experimentos algunos beneficios desconocidos.
En una prueba con roedores alimentados a base de este fruto se demostró que incluyéndolo en la dieta se pueden bajar los niveles de colesterol y de triglicéridos. Además, “encontramos que el factor de fertilidad aumenta mucho, por lo menos en las ratas mejora la reproducción cerca de un 50%. Esto sucede por la presencia de Vitamina E en el alimento”, dice el profesor de Univalle.
En otra prueba quedó claro lo mencionado por la nutricionista Alfaro sobre los tres chontaduros como almuerzo, ya que consumirlo también ayuda a disminuir el apetito. Según Restrepo, esto sucede “gracias al ácido oleico que contiene, el cual desarrolla en el organismo una molécula llamada OEA (oleiletanolamida), que disminuye el apetito, por eso con tres chontaduros que se ingieran al almuerzo se obtiene la alimentación necesaria; al inhibir la sensación de hambre, también puede influir en el control de la obesidad”.
Para el creador de Plan Salud 10 (PS10), Francisco Javier Restrepo, “el chontaduro se compara con el huevo por su alto contenido proteico y adicionalmente, su grasa es tan buena como la del aguacate”.
El terapeuta también destaca su contribución para mejorar la salud del corazón, de la visión y del proceso de envejecimiento por sus altos componentes nutricionales; sin olvidar que ayuda a controlar la diabetes y previene el cáncer.
Restrepo, quien precisa que “la mejor investigación sobre el chontaduro la tiene Univalle por parte del profesor Jaime Restrepo”, agrega que este fruto se vuelve ideal si se requiere energía con poco alimento, “la cual puede ser proporcionada por los carbohidratos y ácidos grasos que contiene”.
Puntualiza, además, que los ácidos grasos no sólo son energéticos, también tienen una importante participación en la actividad muscular, producción de glóbulos rojos y transmisión de impulsos nerviosos.
Referente al evitar el envejecimiento, otro estudio indica que tanto en su pulpa como en la cáscara, el chontaduro contiene antioxidantes (Vitamina E y Beta Caroteno) que al consumirlos actúan contra los radicales libres, que son las sustancias que debilitan las células y las envejecen. A esto también contribuye que su ingesta suministra los ácidos grasos que sirven para regenerar la membrana celular, ayudando a combatir los efectos sobre la piel de los tóxicos del medio ambiente.
A pesar de la antigüedad de su consumo y la variedad de beneficios para la salud que se están descubriendo, el chontaduro sigue siendo un alimento exótico y eventual en la dieta de la mayoría de personas, incluso en el Valle del Cauca donde es más reconocido. Pero, como afirma Jaime Restrepo, “se consumiría mucho más y en otros lugares del país si la gente estuviera más enterada de su poder nutricional”.
¿El alimento de la felicidad?
Restrepo trabaja en “una investigación sobre ¿por qué la gente que consume chontaduro es tan feliz? Mi hipótesis es que el chontaduro tiene ácido graso araquidónico, el cual es precursor de la anandamida (AEA) que es la molécula productora de los estados de felicidad”.