La ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, anunció que Colombia será la sede de la Segunda Conferencia Internacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural que se realizará en el primer trimestre del año 2026.
La líder del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural explicó que la decisión se tomó de forma unánime, pues Colombia recibió el apoyo de los 27 países de la Unión Europea, además del respaldo de Estados Unidos, Reino Unido, India, Camerún y El Congo.
La propuesta que Colombia llevó al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial también fue apoyada por Chile, Cuba, Guatemala y Brasil, un aliado estratégico del país en la protección de la Amazonía.
La conferencia abordará temas clave como la tenencia de la tierra, el cambio climático y la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles. Carvajalino destacó que esta será una oportunidad para que el mundo discuta la relación entre la tierra y el cambio climático, y cómo las comunidades locales pueden ser parte de la transición hacia una producción más resiliente.
“Le hemos dicho a toda la comunidad internacional que es muy importante reconocer a las comunidades locales en la protección de la agrobiodiversidad”, señaló Carvajalino este jueves, 24 de octubre, en la COP16.
En esa línea, esta conferencia buscará generar un debate global amplia sobre temas agrarios, rurales y de acceso a la tierra, en relación con la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional.
La Ministra de Agricultura, además, remarcó que, con Colombia como país anfitrión, se discutirá “la necesidad de fortalecer los sistemas agroalimentarios a partir del reconocimiento de la tenencia de la tierra frente a la crisis climática y el hambre en el mundo”.
La tierra y su tenencia segura juegan un papel crucial en las actividades productivas, desde la agricultura hasta la pesca, afectando a más de 3.800 millones de personas en condiciones vulnerables. De ahí que, según Carvajalino, garantizar la seguridad sobre la tierra es esencial para el desarrollo rural y la lucha contra el hambre y la pobreza.
La Ministra señaló que la apuesta que debemos proponer al mundo consiste en asegurar que las comunidades que viven en zonas agrícolas “no solo tengan una relación segura con la tierra, el agua y los bosques, sino que además tengan un acompañamiento del Estado (…) para mejorar su nivel de calidad de vida”.
Y advirtió que la participación internacional es esencial para que “la producción sostenible y resiliente que hacen las comunidades locales pueda ser el horizonte de la transición de nuestros sistemas agroalimentarios”.
También subrayó la importancia de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas en la conservación y gestión de los recursos naturales, afirmando que la reforma agraria no solo es crucial para la seguridad alimentaria, sino también para garantizar la paz y evitar futuros conflictos relacionados con la tenencia de la tierra.