La situación en esa zona de San Vicente del Caguán, Caquetá, refleja una problemática más amplia que afecta a varios excombatientes en diferentes regiones del país.
Después de dejar las armas, los reincorporados crearon “Caguán Expeditions”, un proyecto turístico que atrajo más de 3000 visitantes y generó desarrollo económico en la región. Además, establecieron el club deportivo de rafting “Remando por la Paz”, que representó a Colombia en los mundiales de rafting en Australia 2019 e Italia 2023, y se clasificó para el Panamericano de rafting en Pucón, Chile.
En el Urabá antioqueño los excombatientes están llevando a cabo proyectos de restauración como “Horizontes Seguros”. Esta iniciativa, que también involucra a comparecientes de la Fuerza Pública, ha formado un total de 3126 personas en Educación en Riesgos de Minas (ERM) en los municipios de Dabeiba, Frontino, Murindó y Mutatá.
El temor del desplazamiento
A pesar de residir en una región aún afectada por la presencia de grupos armados, el firmante destacó que hasta ahora no han enfrentado amenazas directas de desplazamiento. “Ojalá no sucediera esto. Sería muy difícil para nosotros tener que abandonar nuestra vida tranquila, donde trabajamos, convivimos con nuestros hijos y nietos, y compartimos con nuestros amigos”.
El reincorporado expresó su desconcierto frente a los motivos detrás de estos desplazamientos en Miravalle y subrayó la incertidumbre que enfrentan: “Si ellos se llegan a aparecer por acá, uno no sabe qué hacer en el momento”.
A pesar de los desafíos, Úsuga Restrepo reafirmó su compromiso con la Paz: “Los que creemos en estos Acuerdos estamos firmes. Jamás volveremos a las armas. Estamos cumpliendo y el pueblo colombiano sabe que es así”.
A pesar de eso, destacó una de las dificultades más acuciantes desde la dejación de armas, la falta de vivienda digna, a pesar de lo establecido en los Acuerdos de Paz.
“Quiero pedirle al pueblo colombiano que confíe en nosotros. Estamos cumpliendo y seguiremos cumpliendo este proceso de paz. La lucha armada ya no tiene cabida en nuestro camino hacia el futuro”, señaló.
El camino es la paz
Jhoverman Sánchez Arroyave, conocido en tiempos de conflicto como ‘Manteco’ o ‘Rubén Cano’, fue el comandante del frente 58 de las Farc y hoy es un firme defensor del proceso de paz.
Destacó las dos principales inseguridades que enfrentan los excombatientes: la física, que implica el riesgo de ser asesinados, y la seguridad jurídica.
“Desde el inicio hemos estado convencidos de que el camino correcto es la Paz”, afirmó Sánchez a Colprensa. “No vine al proceso de paz a explorar o pasear. Vine a aportar y cumplir”, subrayó.
Asimismo, reveló: “No he considerado la posibilidad de volver a las armas. Contribuyo más al país desde aquí que empuñando armas nuevamente”.
El excomandante lamentó la situación en Miravalle y criticó la incapacidad del Gobierno para garantizar la seguridad de los excombatientes y de todos los colombianos. “Desde afuera, puedo exigir el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y demandar plenas garantías para todos”, afirmó.
Sánchez reflexionó sobre el impacto humano del conflicto armado y la necesidad de evitar más sufrimiento. “Cuando uno se encuentra con las víctimas, es difícil. Por eso no apostamos más por la guerra”, concluyó.
Horizontes seguros
Durante cuatro meses los comparecientes tuvieron la oportunidad de un encuentro con antiguos adversarios para construir confianza y proyectar el trabajo restaurativo en esta región afectada por las minas antipersonales.
En total, 18 comparecientes de las antiguas FARC y de la Fuerza Pública que han aportado verdad y cumplen con sus obligaciones en la JEP se vincularon voluntariamente al proyecto.
Entre los antiguos integrantes de la Fuerza Pública hay siete máximos responsables que fueron imputados por la JEP y que públicamente reconocieron su participación en los mal llamados falsos positivos, asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate en Dabeiba.
“Como firmantes de las extintas Farc, esta experiencia es muy valiosa para nosotros”, expresó Úsuga Restrepo. “No es un secreto que fuimos rivales en una guerra que nos enfrentó a muerte. Hoy, nos saludamos, conversamos y charlamos con el objetivo de buscar una verdadera reconciliación y reparación para las víctimas”, añadió.
Asimismo, señaló: “Este proyecto nos acercó mucho más a la población. Nos vieron en tiempos de guerra con un fusil y un morral en la espalda. Hoy, en otras condiciones, nos miran de otra manera”.
“Con nuestros hechos, estamos demostrando que no solo cumplimos con el acuerdo de paz, sino que estamos dedicados a reparar a las víctimas. La población hoy nos mira con otros ojos”, concluyó el exlíder guerrillero.