El Catatumbo, en Norte de Santander, se encuentra sumido en una crisis humanitaria sin precedentes. El conflicto entre el Ejército de Liberación Nacional y las disidencias de las Farc por el control del estratégico corredor Tibú-Cúcuta ha desencadenado una ola de violencia que afecta gravemente a la población civil.
Esta semana se desató una ola de violencia en la región, provocada por los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc, que llevaron al presidente Gustavo Petro a suspender los diálogos con ese grupo guerrillero.
Según las autoridades, hasta el momento se registran al menos 30 muertos, más de 200 desplazados y familias enteras confinadas en medio del fuego cruzado.
Una región atrapada en la guerra
La disputa por las rutas de transporte de cocaína, clave para los grupos armados, es el principal detonante de los enfrentamientos. El Catatumbo cuenta con más de 30.000 hectáreas de cultivos ilícitos, según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), lo que lo convierte en un territorio estratégico para el narcotráfico.
En medio de esta guerra territorial, comunidades indígenas y campesinas de zonas como Sardinata, Tibú, Campo 3 y La Gabarra han sido desplazadas. La Procuraduría General de la Nación ha reportado que más de 200 personas han llegado a refugiarse en ciudades como Cúcuta, mientras otras permanecen en albergues improvisados.
El senador Iván Cepeda, miembro del equipo negociador del Gobierno con el ELN advirtió este sábado, 18 de enero, que muchas personas, en especial firmantes del acuerdo de paz del Gobierno con las Farc, están buscando desesperadamente salir del Catatumbo por temor a ser asesinados.
Respuesta gubernamental y un llamado internacional
Ante la gravedad de la situación, el gobierno colombiano ha anunciado que presentará los crímenes cometidos en el Catatumbo ante las Naciones Unidas. Las Fuerzas Militares han advertido que actuarán con contundencia frente a los enfrentamientos, pero los habitantes exigen soluciones inmediatas que garanticen su seguridad y la recuperación de su territorio.
Mientras tanto, en Cauca, los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias también han generado confinamientos en comunidades indígenas y campesinas, agravando la crisis humanitaria en el país.